Capítulo Catorce

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Narra Justin:

—Quisiera decir que tu sonrisa es por ver a tus hijos cielo, pero sé que no—le dijo Mima a Amelia que rio besando la frente de Ethan que sonreía viendo a su mamá. Él nunca apartaba la mirada de ella, siempre que Amelia lo cargaba, él permanecía quieto en sus brazos mirándola con una de sus coquetas sonrisas.

— ¿Cómo que no Mima?—se quejaron las gemelas haciéndome reír. Si ellas supieran, si tan solo supieran por qué su mamá esta tan contenta.

—Mami está contenta de vernos—dijo Amalia confundida y Amelia rio bajito. Yo sabía lo que ella estaba pensando, lo sé por su cara e iba a molestarla con eso.

—Chicas—las llamé y ambas me miraron. — ¿Saben que quería hacer mamá?—pregunté viendo a Amelia que alzó una ceja mirándome. Ella me estaba retando, entonces vamos a ver hasta donde llegaremos. Era así nuestra relación. Nos entendíamos a la perfección y tanto ella como yo sabían lo que tramaba el otro.

— ¿El que papi?—preguntaron ambas y Amelia acomodó a Ethan en su regazo haciendo que mi príncipe mirara a su hermanita que permanecía en mi regazo. Me sorprendió mucho que a pesar de que Ethan estaba a su lado, mi princesa no me haya querido soltar. Créeme, lo intenté, pero no. Ella no quiere soltarme y no me molesta. Yo tampoco quería soltar a mi princesa.

—No quería regresar—dije y Amelia rio mientras las gemelas abrían los ojos como platos. Técnicamente era verdad y mentira a la vez.

— ¿Qué?—dijeron ambas mirando a Amelia aun con sorpresa. De seguro se lo creían, pero no era cierto. Nosotros moríamos por volver a verlas, a verlos a todos aunque más yo que Amelia. Pero vamos, Amelia siempre dice cosa solo para llevarme la contraria. Ella sabe que me enoja eso y le gusta enojarme.

—También dije que no volviéramos nunca—dijo Amelia haciendo que las gemelas se miraran entre si antes de mirarla de nuevo. A mi chica como siempre le gustaba echar leña al fuego. ¿Qué les digo? Es su naturaleza.

— ¡Amelia!—gritó Mima haciéndonos reír. Sabía que a ella no le hacía gracia que jugáramos así con las gemelas.

—Entonces no querías vernos—susurró Amalia y fruncí el ceño al verlas ponerse de pie. Miré a Amelia confundida y esta se encogió de hombros. Ninguno entendía por qué actuaban así, ellas sabían que siempre bromeábamos así con ellas.

—Tampoco estar con nosotros—dijo Maya también poniéndose de pie y Amelia dejó de reír al ver a las gemelas con lágrimas en los ojos. Yo también dejé de reírme. Mierda, la habíamos hecho llorar.

—Nonono chicas—dije, pero ambas sollozaron corriendo a su habitación. ¡Mierda! Sabía que no era buena idea jugar con esto. Me puse de pie con Emma en Brazos. Tenía que arreglar esto, teníamos que arreglarlo. Ellas tenían que saber que solo estábamos bromeando.

—Mierda—se quejo Amelia poniéndose de pie. –Ahora vuelvo—dijo entregándole a Ethan a Frank y la seguí luego de haberle dado Emma a Mima. Teníamos que arreglar esto. Tal vez para nosotros era una broma, pero para ellas no. No debimos decir nada. –Amor, yo no quería esto—dijo y asentí. Yo tampoco quería esto. Solo queríamos jugar con ellas. Jamás pensé que se lo cogerían tan enserio. Ellas sabían que nos gustaba jugar con ellas así luego ellas se enojarían haciéndonos cosquillas y ahí aprovechábamos para mimarlas. –Chicas—dijo entrando a la habitación y las gemelas nos miraron. Me dolía verlas llorar y más por culpa de nosotros. –Mis princesas, solo estaba bromeando—dijo acercándose y estas sollozaron tirándose encima de ambos. Cargué a Amalia y sonreí al sentir como se aferraba a mí, pero no me gustaba escucharla llorar. Me partía el corazón escucharlas llorar. Es como si su vida dependiera de ello y era desgarrador.

Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora