—Deja de mirarme Amelia—bufó Justin al sentir la mirada de su esposa por quinta vez en lo que va de mañana. –Me pone de los nervios—gruñó dándole la espalda a su chica haciéndola reír.
—Solo no puedo dejar de mirarte y no imaginarme la gran mancha de mierda que tenías en la mejilla anoche—rio besándole la espalda llegando al cuello de este.
—Vete a la mierda—bufó Justin y su esposa le dio la vuelta besándole los labios.
—Solo bromeaba cariño, sabes que encuentro adorable haberte hecho cargo de los niños a pesar de lo asustado que estabas—sonrió recostándose del pecho de este.
—¿Es por eso que seguimos en la cama?—preguntó Justin y esta asintió besándole los labios.
—Quería recompensarte por el bonito detalle que tuviste ayer de dejarme ir todo el día fuera mientras cuidabas a nuestros hijos, merecías descansar—dijo y este sonrió agradecido. Si que lo necesitaba.
—No debes agradecerme nena, mereces más que un día lejos de los niños y de mi—dijo Justin abrazándola. –Si hay alguien aquí que trabaja duro y se encarga de todo el desastre que causan los niños y yo eres tu—dijo haciéndola reír. Era cierto, ella se encargaba de arreglar los desastres que causaban sus hijos y él.
—Sí que causan muchos problemas en especial tu—dijo Amelia y Justin la miró mal. Eso no era cierto. –Pero no puedo quejarme, somos Bieber—sonrió y Justin rio besándole los labios. –Y los Bieber de por si son problemáticos así que—se encogió de hombros en broma. –Sobre todo tu—tocó el pecho de este que sonrió jalándola sobre él. Amaba tener estos momentos con ella sin interrupciones. Sus hijos todos estaban en la piscina con los demás excepto los mellizos que dormían plácidamente en la sala en sus cuna portátil. –Desde el principio me diste problemas—Justin alzó una ceja con picardía. –No me mires así, no solo me diste problemas hormonales también me diste problemas emocionales—rodó los ojos con una sonrisa.
—No me disculpo por los hormonales—rio Justin acariciándole el trasero por encima de la sabana. Habían pasado una buena noche y sin ningún problema. ¡Algo maravilloso! Agradecía poder haber tenido un tiempo a solas con su chica. Lo necesitaba, realmente lo hacía después del ataque de pánico que había tenido al encontrar a Derek tapando el inodoro y los mellizos embarrados de mierda. Necesitaba liberar tensión y su chica lo había ayudado. –Pero si por los emocionales, me arrepiento mucho de haberlos causado—dijo y esta sonrió. Sabía que él lo hacía.
—¿Te arrepientes de haberme enamorado?—abrió la boca con sorpresa fingida y Justin sonrió.
—Bueno, si venimos hablando de los problemas que me ha causado eso—fingió pensar. –Yo diría que sí—dijo y Amelia le dio una cachetada suave haciéndolo reír.
—Imbécil—bufó Amelia y Justin le dio la vuelta quedando de lado mientras acariciaba la cintura de su chica. –Acabas de romper mi corazón—fingió llorar. –Otra vez—lloriqueó haciéndolo reír.
—¿Cuántas veces te he rompido el corazón?—preguntó Justin y Amelia lo pensó. ¿Cuántas veces su marido le había rompido el corazón? Muchas, pero había una especifica la cual le dolía pensarla y hablar de ello. –Oh..—murmuró Justin al ver como su chica había borrado su sonrisa y apartaba la mirada. No era tonto, sabía por qué el cambio de humor de su esposa. Sabía perfectamente lo que estaba pensando y le dolía. Le dolía porque a pesar de que ambos ya lo habían dejado atrás, siempre existiría esa vez y lo odiaba. Odiaba recordar lo idiota, inmaduro e insensible que fue al haberse acostado con Bárbara. Casi pierde lo más importante y maravilloso que tenía; su esposa. Gracias a Dios logró recuperarla y logró hacerla sentir segura y amada. Cada día se encargaba de hacerle saber cuánto agradecía la oportunidad que le dio, cuan afortunado era de tenerla en su vida y lo más importante; cuánto la amaba. no solo le agradecía a Dios día a día por darle la oportunidad de conocerla y tener unos hijos maravillosos con ella, sino también le agradecía por haberla dejado en su vida. No sabría que sería de él si ella nunca lo hubiera perdonado. –Sé que solo una ha sido la más dolorosa y la peor, pero...—Amelia lo interrumpió.
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Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}
Storie d'amoreNada mejor que tener unas pequeñas vacaciones lejos de todos y a solas. Justin y Amelia querían eso, necesitaban tener unas vacaciones para ellos, pero con cinco hijos sabían que eso sería imposible. Entonces, ¿Por qué no convertir la escapada román...