Capítulo XIX

6K 258 20
                                    

Narra Justin:

—¡Amalia y Maya levantasen ahora!—gritó Amelia y bufé poniéndome una almohada en la cara. No quería escucharla, necesitaba dormir. Era lo único que pedía. —¡No lo vuelvo a repetir chicas, despierten!—volvió a gritar, esta vez más cerca. Sabía que estaba subiendo las escaleras y nadie iba a salvarse de sus gritos.

—Papi—me giré al escuchar la voz de mis bebés y sonreí al ver a mis chicas con sus pijamas. Las gemelas tenían cara de adormilada mientras que mi pequeña Emma se acariciaba el ojo mientras movía su chupete en la boca. De seguro apenas se había levantado. —¿Podemos escondernos aquí?—preguntó Amalia con Emma en brazos y asentí con una sonrisa. Cargué a Emma acomodándola en mi pecho y me puse en el medio dejando a las gemelas en cada lado de mí.

—Vamos a dormir princesas—susurre y ambas se abrazaron de mi mientras mi pequeña Emma escondía su cabecita en mi cuello. –Mamá está siendo un dolor en el trasero y no descansará hasta tenernos despiertos, así que a dormir—dije y ambas asintieron de acuerdo conmigo. Ellas sabían que estaba diciendo la verdad. Amelia no iba a descansar hasta tenernos despiertos.

—¡Justin tú también levántate!—gritó de nuevo y bufé al escuchar sus pasos más cerca, pronto iba a estar aquí. No le bastaba con levantarnos a gritos a las ocho de la mañana, sino que también nos interrumpía. Amelia Bieber era la persona más insatisfecha que existía. Ella seguirá gritando hasta tener respuesta y ver que hemos hecho lo que ella diga. Siempre ha sido así y Dios, eso me desespera. Se escuchó la puerta abrirse y cerrarse de un portazo. Aun así, no abrí lo ojos. No iba a darle el gusto de interrumpirme el sueño. –Justin levántate—gruñó y la ignoré besando la cabecita de mi princesa que se removía incomoda. De seguro por los gritos de su mamá. –Joder Justin, te estoy hablando—bufó jalando la sabana haciendo que mis bebés se quejaran. –Y ustedes también, tienen una maleta que hacer y ropa que doblar—bufó y me iré a verla.

—No vamos a ir a ningún lado Amelia—dije molesto y esta abrió la boca ofendida. Pues que lo este, no me importaba. No iba a permitir que nos interrumpiera dormir por su berrinche.

—¿Perdón?—gruño molesta y la miré mal. No me importaba que se enojara conmigo, lo único que quería era dormir y levantarme tarde. Era mi primer día de vacaciones y no iba a permitir que me lo arruinara. Aunque ya era demasiado tarde.

—He dicho que no vamos a ir a ningún lado—bufé cogiendo la sabana tapando a las gemelas que volvieron a abrazarse de mí. –Si no tienes sueño tu es tu problema, pero déjanos dormir—dije y esta abrió la boca para hablar, pero volví a interrumpirla. –Fuera Amelia—le ordené y esta apretó la mandíbula.—Si tanto quieres fastidiar hazlo en otro lado, pero aquí no—bufé.

—Bien—bufó antes de salir de la habitación completamente molesta. Bien, que lo este. Ya éramos dos molestos.

—Papi—miré a Amalia que estaba frente a mí. –Mamá se fue molesta—dijo y asentí separando con cuidado a Emma de mi cuello y me puse de pie colocándola en el medio de las gemelas.

—Iré hablar con ellas, ustedes sigan durmiendo—dije y ambas asintieron. Salí con cuidado de la habitación y fui a la habitación de Derek que tenía la puerta abierta. Suspiré al verla doblar ropa en la cama y la abracé por detrás. –Lo siento—dije y está se giró a verme. –Vale, me he pasado con lo que dije, pero entiéndeme bebé—suspiré cogiendo sus manos. –Hoy es el primer día en el que puedo levantarme tarde y vienes tu a levantarme a gritos—bufé y esta suspiró.

—Tienes razón, con todo esto se me ha olvidado—dijo y asentí. –Pero entiéndeme tú amor, quedan solo tres días para irnos y apenas tenemos la maleta de los mellizos hecha—dijo y asentí. Ella tenía razón, apenas habíamos preparado las maletas de los mellizos y las nuestra. Aún faltaban la de Derek y la de las gemelas. Todo era un caos lo sé, pero al final todo iba a salir bien.

Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora