Capítulo XXIV

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—Estas gordo—le dijo Maya a Ethan que rio chupándose el pie. Amaba agarrarse los piecitos y llenárselos de besos.

—Maya no seas mala, es un bebé—bufó Amalia con su carita cerca de Emma que reía jalándole el cabello.

—Pero si esta gordo Amy—rio Maya besándole la piernita a su hermanito haciéndolo reír. Era tan risueño.

—Godo—rio Derek al lado de Maya haciéndolas reír. Él también pensaba que sus hermanitos estaban gordos. –Amy tiero—estiró sus bracitos y Amalia lo cargó sentándolo en su regazo estando cerca de Emma. –Bebita—dijo besándole la frente y Emma rio estirando sus bracitos.

—¡Que están haciendo!—gritó Amelia haciendo que todos asustaran y a los mellizos llorar. Rio al ver la cara de sus hijos, amaba asustarlos.

—Nena—bufó Justin pegándole en la cabeza mientras salía de la habitación. Esta se quejó mirándolo mal antes de volver a mirar a sus hijos.

—¡Mamá!—gritaron las gemelas molestas y Justin rio al verlas. Ambas estaban con la mano en el pecho respirando entrecortadamente, Derek la miraba mal y los mellizos hacían puchero llorando.

—Mala mamá—bufó Derek abrazando a Emma que se aferró al cuello de su hermanito. –Tiero bebita—sonrió y Amelia miró a Justin con emoción. Amaba cuando Derek se ponía amoroso con sus hermanitos, era rara la vez que lo hacía, pero cuando lo hacía lucia tan adorable. Sabía que a pesar de que los mellizos le habían quitado la atención de mamá él los amaba.

—¿Qué haremos hoy mami?—preguntó Maya cargando a Ethan que sonrió aferrándose al cuello de esta mientras trataba de ponerse pie en su regazo. Se veía adorable haciéndolo.

—Playa—contestó Justin sentándose en el sofá y rio al ver como las gemelas corrían a su lado sentándoles a Ethan en su regazo.

—Todo tuyo papi, el gordo me acaba de romper los brazos—se quejó dramatizando cayendo al piso y ambos adultos rieron negando. Sin duda Maya Bieber era una excelente actriz.

—Tú me has roto mis costillas con tus patadas y no digo nada—bufó Amalia viendo a Ethan mientras Derek cargaba a su hermanita. Ambos no querían soltarse.

—Se supone que me apoyes ¿Sabias?—preguntó Maya y Amalia rio negando. –No somos gemelas, de seguro eres adoptada—acusó y Amelia rio negando al ver la ocurrencia de sus hijas.

—Claro, porque tengo tu rostro y el mismo lunar en la nalguita, pero soy adoptada ¿No?—rio Amalia y Maya la miró mal. –Además, soy más grande que tú—le sacó la lengua.

—Por cinco minutos nada más—bufó Maya.

—En realidad fueron dos—dijo Justin y Amelia asintió. Por dos minutos Amalia era la mayor. –Aun así, no seas exagerada, este campeón está muy bien así—dijo besando la cabecita de su hijo. –Eres tú que estas tan floja como tu madre que no hace ejercicio—la acusó poniéndose de pie.

—¡Justin!—gritó Amelia ofendida. Vale, es cierto que a ella no le gustaba hacer ejercicio, pero no era una floja. ¡Ella hacia yoga! Bueno, pocas veces lo hacía.

—¡Papá!—se quejó Maya cruzándose de brazos igual a su madre. Justin sonrió al verlas. Maya era igual a él físicamente, pero sin duda ella era parecida a mamá. En el carácter sin duda eran una copia exacta.

—Bueno papi, Maya hace ejercicio dormida—dijo Amalia arreglándole el sombrerito a Emma que reía explorando la carita de su hermanito Derek.

—Y yo hago ejercicio contigo—bufó Amelia y Justin sonrió con picardía. Ahí sí que no podía negarlo, era cierto. Aunque estos días no han podido hacerlo.

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