Capítulo Ocho

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Narra Justin:

—Entonces Emma eructó y le escupió a Derek—rio Maya hablando rápidamente. Siempre lo hacía para luego romper a reír.

—Y no ha querido acercársele a ninguno de los bebés mami—rio Amalia y esta asintió viendo a Derek.

—Chicas, vayan a buscarle el dibujo que hicieron hoy en el campamento—dijo Mima y ambas asintieron corriendo arriba. Ni siquiera me había dado cuenta que hoy empezaron el campamento con Mima. –Y ustedes seguirán así ¿O qué?—preguntó viéndonos y me encogí de hombros.

—No pienso hablarle a este idiota salvaje—bufó Amelia y la miré mal.

— ¿Yo soy el salvaje?—pregunté molesto y esta asintió. –Sera mejor que te calles Amelia—bufé y esta rodó los ojos.

—Frank, estos dos parecen unos críos pasando por su primera pelea—rio Mima y ambos la miramos mal. No éramos unos críos y mucho menos esta era nuestra primera pelea. Es más, esto ni siquiera era una pelea. Era una estupidez por culpa de Amelia.

—No es una pelea, es una estupidez de parte de la señora esta—dije mirando mal a Amelia.

—Señorita querido—sonrió Amelia y la miré mal. –Y no es una estupidez, este animal entró a la oficina y me jaloneó todo el brazo, mira—dijo enseñando su brazo que aun seguía rojo. Vale, admito que me pase un poco al apretarla, pero no todo fue mi culpa. Nadie la mando a tratarme mal. Yo solo quería que me explicara porque había cancelado el viaje y esta me ignoró como si no estuviera allí.

— ¿Por qué le hiciste es?—preguntó Frank mirándome mal y bufé. Amelia sí que sabía como poner a todos en contra.

—Porque alguien por ahí no quería hablar conmigo y actuaba como si no estuviera ahí—dije mirándola mal y esta bufó. –Es una ignorante—dije y esta me miró.

—Y tu un imbécil—dijo molesta.

—Chicos ya basta—dijo Mima meciendo a Emma en brazos.

— ¿Imbécil porque?—pregunté molesto mientras me ponía de pie. — ¿Por rogarte que me perdonaras por lo que paso ayer o por rogarte que vengas conmigo a la convención de Arizona?—pregunté molesto. –Dime Amelia, dime porque si soy un imbécil yendo detrás de ti—dije saliendo del comedor. Lo menos que quería era seguir peleando con ella. Ya bastante estaba harto. Su maldita actitud me tenía harto.

—Aquí esta papi—sonrió Maya y suspiré. Ambas venían emocionadas con un dibujo en la mano.

—Los veo orita chicas, papi quiere estar solo—dije y ambas asintieron confundidas. De seguro no estaban entendiendo nada. Besé la frente de ambas antes de entrar a mi habitación. Me quité la corbata con furia y me quité la ropa tirándola al piso. Lo menos que me importaba era el reguero. Ahora solo quería darme una ducha para que se me pasara todo el enojo que estaba sintiendo dentro de mí. El agua fría iba a ayudarme. Me di una rápida ducha y sequé mi cabello. Me puse unos bóxers y bufé al ver Amelia entrar a la habitación.

—Justin—suspiró y la ignoré acostándome en mi lado de la cama dándole la espalda. –No me ignores—bufó y apagué la luz. Esta se quejó quitándose la ropa y se metió a la cama abrazándome por detrás. No iba a ceder, no esta vez. Me tenia harto su maldita actitud. Si no quería ir de viaje, bien, iría solo y ya. No iba a rogarle mucho menos pedirle perdón. Ya lo hice y no le importo, no iba a seguir detrás de ella.

—Déjame en paz Amelia—dije y esta suspiró dándome besos en el cuello. No sabía que estaba haciendo, pero era mejor que se alejara.

— ¿Quieres saber lo que me pasa?—preguntó, pero no respondí. –Yo se que si amor, pero debes mirarme—dijo y bufé dándome la vuelta para mirarla. De verdad quería saber que mierda le pasaba para que me tratara mal y cancelara nuestro viaje.

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