Capítulo XXV

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—¿La pasaron bien en la playa chicos?—preguntó Pattie a los niños que asintieron con una sonrisa. Habían pasado un día espectacular en la playa. Habían jugado con el agua, hicieron castillos de arena, enteraron a sus padres en la arena, hicieron nuevos amigos y corrieron motora acuática. Sin duda habían pasado un buen día algo qué todos los adultos agradecían porque de lejos se notaba lo cansados que estaban.

—Yo me retiro—dijo Mima poniéndose de pie con Derek en brazos. Se había quedado dormido y apenas había comido. No lo culpaban, él siempre se cansaba muy rápido.

—Buenas noches chicos—sonrió Frank despidiéndose antes de seguir a su esposa rumbo a la habitación. Derek dormiría con ellos.

—Mami, ¿Ya podemos irnos a la habitación?—preguntó Jazzy cansada. Todos lo estaban y habían terminado de cenar.

—Puedo llevarlas a la habitación, nosotros nos iremos—dijo Andrea poniéndose de pie con Elly en brazos que dormía plácidamente.

—Buenas noches mami y papi—dijeron las gemelas abrazando a sus papás llenándolo de besos antes de seguir a su tía dejando solamente en la mesa a Pattie, Jeremy, Amelia, Justin y los mellizos que pronto terminarían dormidos.

—Así qué—empezó Jeremy mirando a su hijo que le daba un sorbo a su vino. —¿No dirán sobre lo que pasó?—preguntó haciendo que Amelia y Justin se vieran entre sí. –Ya saben, los atraparon teniendo sexo—se burló haciendo que ambos escupieran su vino.

—¡Jeremy!—gritó Pattie molesta haciendo reír a su esposo. –Déjalos en paz—bufó y Jeremy miró a su hijo.

—¿Sexo en la playa?—preguntó con burla. –Y para el colmo entre las piedras en plena luz de sol y con niños revoltosos, vaya chicos sí que están desesperados—rio burlándose de ambos que bajaron la cabeza avergonzados.

—Jeremy ya basta—dijo Pattie molesta al darse cuenta lo incomodo que estaba su hijo y su nuera. Ninguno había hablado luego de  que el niño dijera como los encontró. De hecho no habían dicho ni una palabra, solo se habían dedicado a jugar con sus hijos.

—Es que aún no puedo creerlo Pattie—dijo Jeremy. —Un niño de ocho años los atrapó en pleno acto ¿En qué diablos estaban pensando?—preguntó sorprendido y Justin suspiró. Lo mejor era explicar lo que realmente había pasado.

—Llevamos días sin tener relaciones—contestó Justin con incomodidad. No le gustaba hablar de estos temas con sus padres. Casi tenia treinta años y seguía poniéndose nervioso al hablar de sexo con ellos. –Así que cuando vimos que todos los niños se estaban divirtiendo, nos dejamos llevar y pasó—dijo y Amelia negó.

—Eso no fue así, fui yo la que le dije a Justin para hacerlo en las piedras—dijo y Justin la miró mal. Ella no tenía porque explicarles. Simplemente pasó y ya. –Llevamos días intentándolo, pero los niños no nos dejan, así qué vi la oportunidad perfecta hacerlo en las piedras en donde nadie nos vería, pero me equivoqué—suspiró. –Jamás pensé que ese niño iba a descubrirnos—negó avergonzada. Nunca olvidaría la cara de todos incluyendo la de la madre del niño. Esta le gritó que eran unos degenerados pervertidos y Amelia no la contradecía. Ella sabía qué habían niños alrededor, sabía qué alguien podía descubrirlos y aun así obligó a Justin a que lo hicieran ahí.

—No tienen que explicarnos que pasó cariño—dijo Pattie mirándolos con ternura. Lucían realmente tiernos luciendo avergonzados y con sus mejillas rojas. –Sé que aprovechan cada oportunidad para estar solos y eso está bien porque merecen un tiempo a solas, pero no me parece correcto que vayan haciéndolo por ahí en lugares públicos—dijo y ambos asintieron. Ellos también estaban de acuerdo con eso, no volverían a hacerlo en un lugar público. –Y menos aquí en donde hay niños en todos lados, si quieren un tiempo a solas no duden en pedírmelo y yo los ayudo con mis nietos, no me molesta cuidarlos para que ustedes pasen tiempo a solas—sonrió y ambos asintieron agradecidos. Realmente lo estaban.

Vacaciones Compradas {#3 Vientre Comprado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora