- ¡Ah!, me duele todo. ¡Maldita sea!
- ¿No se supone que eres buena peleando? - le dije con sarcasmo.
-Si, pero no todos son iguales- ya se estaba enfadando.
-Muy bien, pero no te enojes. Además, te recuperas rápido, no veo cual es el punto a que te quejes tanto.
-Que los bastardos no venían en son de paz. Nooo, tenían que venir a quitar territorio. Esto -hizo un gesto circular con la mano- es nuestro, y ningún vampiro novato nos lo va a venir a quitar.
-Ya, pero que más puedes hacer, son novatos, jamás entienden con palabras.
- Y al parecer a golpes también les va a costar un poco- su cara de mala daba mucho miedo, por lo que mejor le pregunte cómo fue la "gran" pelea.
-Ah bueno, después que te vi llegar a tu casa, decidí que estarías a salvo e iría donde el Alonso. Al llegar junto a él, el lugar estaba apartado de la ciudad, espacioso, mucho pasto alrededor y un riachuelo que corría cerca de allí, perfecto para la batalla, en caso de que fuera necesario. Bueno el punto es que llegue y estaban los tres. Malditos hombres que no tuvieron piedad de mí.
- Ya, pero continua, después te quejas de los idiotas.
-Ya, la cosa es que fuimos super amables con ellos. Los saludamos cortésmente y les preguntamos qué era lo que los traía por estos lados. Ningún idiota respondió y con lo cabeza hueca que son, solo se les ocurrió atacar. Ya con eso basto para que me hicieran enojar. No aguante ni 5 segundos y ya uno estaba siendo estrangulado por mí. Se resistió bastante, diría que me dio mil vueltas hasta que cayo rendido a mis pies- se dibujó una gran sonrisa de triunfo en su cara y se me movió el cabello como toda mujer orgullosa de si misma- ya cuando termine con él, me di cuenta de que el Alonso estaba tratando de protegerme de uno mientras que el otro intentaba derribarlo, es fuerte, pero cualquiera con dos encima puede llegar a caer. No me di cuenta y era yo la que ahora estaba en el piso y había azotado mi cabeza contra el suelo, dolió bastante, aunque el idiota no pensó que era más fuerte que él y cayo. Ya el tercero había sido derrotado hace mucho y no se movía.
-Por lo menos ya no volverán a molestar. Y no te quejes, que tienes suerte de curarte rápido.
-Si, lo sé, aun así, ¡¡me duele todo!!
Fue imposible aguantarme la risa por su comentario. Pero es un alivio el saber que no les paso nada, más allá de unos pocos golpes.
- ¿Y supieron en tu casa?
- ¿Estas loca? Mis padres no saben nada, pero nada. Según ellos soy la niña adoptada más normal que hallan visto jamás en sus vidas, dormí como un bebe toda la noche.
- ¿Entonces ninguno sabe?
-Solo mi prima y mi primo. Y tú, que eres la única en quien confió después de mucho tiempo, deberías estar agradecida.
Esas palabras me llegaron al corazón. Tanto que ya me veía llorando. Si, soy bastante sensible, aunque no logró que las lágrimas cayeran.
-Sabes que siempre podrás confiar en mí. Nunca te defraudaría, y eso lo sabes de sobra. Tu secreto jamás será rebelado, ni siquiera en mi lecho de muerte o con el suero de la verdad.
Con lo último nos dio ataque de risa a las dos mientras que la profesora nos asesinaba con la mirada. La primera hora de clases siempre era el momento perfecto para ponerse al día de cualquier cosa.
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El secreto mejor guardado
Science FictionJamás sabes que puede ocurrir al enterarte que tu amiga no es una simple humana, sino tu enemigo natural. Son muchos los aliados, pero puede que quedes sola.