Algo no esta bien.

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Al legar me abrazo tan fuerte que pensé que me iba a romper.

- ¿Cómo estás? Tanto tiempo sin verte. - le dije cuando por fin me soltó.

-Bien y tú? - me respondió con su voz tan chillona que la caracterizaba. - Después tengo que contarte algo importante. -se puso seria de inmediato.

La miré extrañada, y solo respondí- Oka, después hablamos. Y cambiando de tema, ¿en qué sala nos toca? - solo quería sentarme y esperar a que el día pasara pronto.

- ¿Cómo es posible que estés tan apurada por entrar a clases? - diciendo esto me tomo del brazo y se dispuso a tironearme escaleras arriba hasta la sala.

La primera clase se me hizo eterna, y al parecer a mi amiga también, en el planeta que se encontrara, ya que poca atención prestaba. La profesora, simplemente, hablaba y hablaba sin importar si le escuchaban. Hasta que por fin sonó el timbre, lo agradecí al cielo y salí en busca de mi amiga que había salido corriendo.

Primer piso y no estaba. Segundo piso y no aparecía. Tercer piso y parecía que la tierra se la hubiera tragado. Me di por vencida en el momento que terminó el recreo, y aun así no la encontré.

La segunda clase era música, y como si nada hubiera pasado se sienta al lado mío.

- ¿tu dónde estabas? - le pregunte un poco irritada.

-En el baño. - dice como si fuera obvio.

-Te busque por todo el colegio y no estabas.

-A lo mejor no buscaste bien.

Muy bien esto no tenía sentido, y tan despistada no soy para no haberla visto. Pero lo deje pasar, el profesor estaba a punto de comenzar la clase.

-Nos están vigilando- escuche en un susurro por parte de mi amiga.

De qué carajo me estaba hablando.

Me sentía incomoda, hace tiempo, pero no pensé que fuera eso.

- ¿quién? - pregunte.

-No sé, aún no logro verlo.

Después de observar por todos lados y no tomar atención a la clase, me habla:

-Ya lo vi, está afuera, detrás de los pilares del edificio.

- ¿por qué esta aquí?

- Porque yo estoy aquí.

No entendía a que carajo se refería con esa respuesta, pero la veía tan preocupada que no quise seguir preguntando y preste "atención" a la clase, si es que así se le puede llamar, aún me sentía incomoda.

Sonó el timbre y mi amiga me tomo del brazo al salir.

-Ven tenemos que hablar. Busquemos un lugar donde no nos puedan escuchar.

Eso me tomo por sorpresa, pero simplemente la seguí, me estaba preocupando un poco su estado de paranoia.

Al mirarla detenidamente me di cuenta de que estaba seria y preocupada.Nunca era así. Algo no andaba bien para que su humor diera un giro de 180° deun segundo a otro.

El secreto mejor guardadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora