Capitulo 29

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Yu POV
Diciembre
Ha pasado un mes desde que supe que Nagisa está embarazada. Le debo la vida a Nazomi por qué no me haya dejado.
Nagisa me ha llamado porque le he pedido que me presente a su pareja. Necesito saber quién será el responsable de...mi hija. No me cabe en la cabeza el hecho de que esté esperando una hija, no me cabe en la cabeza el hecho de soy padre, simplemente no me cabe el hecho.
Nagisa me ha dicho que Nazomi también podía ir y se lo dije pero de inmediato rechazó la invitación. La noticia del embarazo le cayó como una bomba y no lo culpo. Cualquiera se sentiría presionado en esta situación. Trate de convencer a Nazomi de que me acompañará hasta el punto en que lo harté y me tiró una cuchara en el pecho.

Voy llegando a la misma plaza donde vi a Nagisa embarazada y ahora... La veo pero ya no tiene esa gran barriga, en cambio tiene unas gruesas cobijas rosas en su regazo y a su lado hay una carriola color morado. Me acerco sorprendido y solo me limito a decir un "hola, felicidades".
Miro a su pareja. Se ve más grande que yo, le calculo unos treinta años (si, así de grande estaba) con el cabello café y ojos miel. Tenía la mirada tranquila y una sonrisa en un rostro. Era una sonrisa casi forzada. Una barba corta que le cubría solo el mentón y no tenía bigote.
—Tu debes ser Yu. Nunca imaginé que el verdadero padre de mi hija iba a ser alguien tan joven—dijo el hombre—Por cierto mi nombre es Issei.
—Un gusto—dije extendiéndole la mano que me la estrechó enseguida.
—Sabes Yu—su voz era muy grave. Se veía que ya era un señor—hay algo que se llama métodos anticonceptivos—rió. Su primera impresión fue muy mala y puedo sentir mi aura de irritación crecer. Miro a Nagisa que solo apartó la vista algo sonrojada y comenzó a jugar con la bebé.
—¿Puedo tomarla en brazos?—le pedí a Nagisa. Asintió y me paré del asiento para tomar a la pequeña en brazos—¿cuál es su nombre?—dije contemplando las pequeñas y frágiles facciones de la bebé. Dibuje su rostro son mi meñique y la pequeña poco a poco abrió los ojos.
—Yumi. Su nombre es Yumi.
—Que lindo nombre—dije sin apartar los ojos de mi hija. No cabía duda que era mía. Sus ojos grandes y azules iguales a los míos con espesas pestañas negras. Nariz fina y delgada y un poco de cabello que le salía por el gorro amarillo. Su cabello se veía castaño claro, casi rubio. Igual a como lo tenía Nagisa antes. No cabe duda que la niña es preciosa y sin darme cuenta le estoy sonriendo a la pequeña. Me mira fijamente, clava sus ojos azules en los míos. Nuestros ojos gemelos. No sonríe, no ríe, no llora. Solo se limita a mirarme, como si estudiara cada rasgo de mi rostro.
—¿Nazomi no pudo venir?—dijo Nagisa distrayéndome de la bebé. Se la volví a entregar y tomé asiento.
—No, él no...
—¿Quien es Nozomi?—me interrumpió Issei. Al parecer Nagisa no le ha contado acerca de mi sexualidad.
—Es Nazomi—lo corregí—y él es mi pareja actual.
—¿El?—me miró fijamente, claramente sorprendido. Le devolví la mirada inexpresivo, frío—¿eres homosexual?
—Si—dije totalmente seguro de mi respuesta. Issei solo asintió con la cabeza y se recargó en la silla meciéndola un poco—gracias por hacerte responsable de ella.
—Alguien tenía que hacerlo—mi paciencia se acaba. Quiero ir a casa.
—Claro. Creo que yo ya me retiro—dije mirando a Nagisa para después mirar a Yumi.
Me levante y solo me despedí de Nagisa y la bebé. Issei me miró esperando una despedida que jamás llegó.
Camine hasta mi auto y antes de pasar al departamento fui a un Starbucks. Sé que Nazomi no come bien en situaciones de presión así que baje a comprar un pastel y dos cafés. En el camino me venia tomando mi americano hasta llegar al departamento.
Tiré el vaso de mi café en la basura de la recepción y subí con la bolsa café en una mano y el café de Nazomi en la otra.
—Ya llegué—dije entrando en el departamento y quitándome los zapatos.
—Hola—dijo Nazomi algo desanimado. Estaba acostado en el sillón boca abajo contemplando la televisión apagada.
—¿Qué pasa?—dije dejando las cosas en la mesa de centro y me arrodillé frente a él apoyando mi mano en su cabeza.
—Te extrañé—cerró sus ojos. Me acerqué a él y pegué nuestros labios dulcemente. Un nudo se me hizo en el estomago. Quería más. Junté aún más nuestros labios y Nazomi se incorporó dejandome un lugar en el sillón. Lo acosté y me puse sobre el. Comencé a besar su cuello.
—Ah..Yu...¿q-qué haces?—su rostro estaba sonrojado. Algo digno de admirar. Volví a tomar sus labios y mi mano viajó por debajo de su ropa hasta su pecho donde tomé su pezón derecho y lo pellizqué.
—Ahhh...Yu...—soltaba gemidos y jadeos en mi boca y en mi oído y me puse duro en unos segundos.
—Mira lo que provocas—dije en tono seductor tomando su mano derecha y la puse sobre el bulto en mis pantalones. Nazomi se sonrojó aún más y con su brazo izquierdo cubrió su cara.
—Quitate el brazo Nazomi. Quiero verte—desabroché mi pantalón y comencé a sobar mi miembro erecto con su mano por encima del bóxer.
Nazomi quito su brazo del rostro y estaba rojo a más no poder.
—¿Ya viste lo que causas? No sé cómo logras ponerme así de duro con solo un gemido—susurré en su oído y lo mordisqueé—pero...hay una cosa que si se. ¿Quieres saber que es?
—¿Q-qué es?—su aliento caliente chocó en mi cara. Nuestros rostros estaban a menos de cinco centímetros, podía ver mi reflejo en sus ojos verde jade.
—Solo tú Nazomi, logras ponerme así de caliente carajo. Solo tú Nazomi haces que me den ganas de cogerte en todos los lugares y a todas horas, solo tú me prendes, solo tú Nazomi—junté nuestros labios en un beso más apasionado, nuestras lenguas se entrelazaban y su saliva se escurría por mis labios. Me separé de él y un hilo de saliva conectaba nuestras lenguas. Sus hermosos ojos se habían vuelto más oscuros, llenos de deseo, sus pupilas estaban totalmente dilatadas. Peine su cabello hacia atrás y volví a juntar nuestros labios. Me separé de él para desabrochar su pantalón mientras el intentaba quitarme la camisa. Aventé sus pantalones al piso y lo abrí de piernas. Su entrada estaba palpitante. Comencé a lamer la orilla de su entrada y Nazomi se estremeció al tacto. La piel se le puso de gallina y seguí lamiendo. Introduje mi lengua en su entrada he hice pequeñas embestidas con esta. La metí y la saque y lamí cada centímetro de su entrada. Tomé su miembro con mi mano y comencé a besarlo, tomé la punta entre mis labios y me la metí toda. Nazomi echaba la cabeza hacia atrás y soltaba gemidos que eran muy excitantes. Mientras lamia su pene, introduje un dedo y Nazomi soltó un grito, de inmediato introduje un segundo dedo para después introducir el tercero. Saqué el miembro de mi boca y busque sus labios. Comencé a entrar lentamente y Nazomi no paraba de gemir, mordí su labio y rodeo mi cuello son sus brazos. Casi de forma involuntaria me rodeó con sus piernas y comenzó a mover sus caderas en círculos mientras soltaba pequeños gemidos. Nazomi quería más. Comencé las embestidas lentas.
—N-no...Yu—Nazomi estaba jadeando y se le dificultaba respirar—Más rápido...
Le hice caso y comencé a gemir de tan Rapido que iba. Fruncí el ceño en busca de más, quería sentirlo todo, quería sentirlo a él.
—Ahh...si Yu...si...aahh...mmm...¡Ahhh!—Nazomi se había corrido y cuando sentí ese cosquilleo en mi vientre salí de él para correrme en su abdomen. Me acosté a su lado y besé su frente. Nazomi cerró los ojos y se acurrucó en mi.
—Umm...Yu—dijo levantando su cara buscando mi rostro.
—¿Si?
—¿Puedes traer una cobija?
—Claro—me levanté y me puse unos pants. Fui a buscar una cobija y regresé al sillón con Nazomi. Me quedé mirándolo un momento. Su piel pálida por el frío, tan delgado, titiritando de frío, tan vulnerable y frágil, pegajoso por el semen de ambos.
Volví a acostarme con el, nos pegamos para darnos calor y acomodé la cobija para Nazomi. Emtrelazó sus piernas desnudas con las mías y comenzó a trazar círculos en mi pecho.
—¿Ya nació la bebé?—dijo casi en un susurro.
—Si—ambos estábamos susurrando.
—¿Cómo es?
—Tiene mis ojos—tenía la mirada perdida en el techo concentrándome en recordar las finas facciones de Yumi.
—Debe ser bonita.
—Así es.
—¿La quieres?—notaba inseguridad en su tono y paró de hacer caricias en mi pecho.
—De cierta manera pero no se compara con el amor que te tengo.
—Lamento no darte lo que Nagisa te pudo dar—No. Sentí las lágrimas de Nazomi en mi pecho. No quería que este tema le afectara y ahora está llorando.
—¿Porque lloras?—dije abrazándolo, pegándolo más a mi cuerpo.
—Y-yo...no te puedo dar una familia....somos hombres...no es posible. L-lo lamento.
Mi pecho estaba caliente. Sus lágrimas y su aliento chocaban en mi pecho.
—Shh. No te preocupes por eso Nazomi. Soy feliz contigo. Disfrutar de estos momentos juntos es lo que importa. No te partas la cabeza en algo de lo que no necesitas preocuparte, ¿está bien?
Asintió la cabeza contra mi pecho.
—Ahora deja de llorar, te traje un café y pastel aunque creo que el café ya se enfrió.
—Te quiero—dijo Nazomi.
—Yo te quiero aún más—besé sus labios.
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Lamento no haber actualizado ;-; les dejé lemmon para que me perdonen
Rorii-chan🍑

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¿Solo amigos? (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora