Nazomi POV
Los llantos de Yumi me despiertan acompañados con los rayos de luz que penetran mis párpados. Tomó mi celular y veo la hora. Pasan de las diez de la mañana. No hay nadie en la habitación pero los llantos siguen. Vienen del baño. Supongo que Yu está bañando a Yumi. Entre al baño y me sonrojé al instante. Yu se estaba dando un baño con Yumi. Me pareció muy adorable y estaba a punto de salir del baño lleno de vapor hasta que la voz de Yu me detuvo por encima de los llantos de la niña.
—No te vayas—dijo en suplica—báñate conmigo, digo, nosotros.
Lo dude un momento pero han pasado tantos días que no tengo un momento íntimo con Yu así que me deshice de mi ropa. Tomé la puerta de la regadera pero antes de abrirla me incomodo estar desnudo frente a Yumi.
—Vamos Nazomi—dijo Yu abriendo la puerta del baño—entra.
Tomé su mano mientras contemplaba su cuerpo desnudo. Todo de él. La forma en que cargaba a la bebé sin una prenda encima. Ver cada gota que resbalaba, desde su cuello hasta su abdomen. De su cabello caían gotas empapando el pecho de Yumi.
Por su mirada supe que el también me observaba de arriba a abajo, mirando detenidamente mi cuerpo. Nadie dijo nada. Yumi había parado de llorar. Yu y yo sabíamos que nos necesitábamos.
Entré a la regadera y el agua caliente cayó sobre mi espalda. Mojé mi cabello y Yu se acercó a mí con la bebé en brazos.
—Tómala—dijo extendiéndome a la niña—necesito enjabonarme el cuerpo.
Sin decir nada tomé a la niña y me miró fijamente. Comencé a hablarle y jugar con ella y el agua. Sus ojos eran hermosos. Era como ver a Yu.
En varias ocasiones mire de reojo a Yu, viendo cómo se pasaba la esponja por el cuerpo y como sus músculos se movían bajo su piel. Era tentador mirarlo así. La forma en como la espuma resbalaba por su espalda para detenerse en su trasero.
Dejé de observarlo y miré a Yumi. Sus cabellos rubios ahora oscuros por el agua. Su pequeño cuerpo empapado. Tanta inocencia que hay en los niños. Ella está enfrente de dos hombres desnudos y no se percata de nada. La niña me sonríe y ríe conmigo. Le coloco espuma en el cuerpo mientras se ríe. Yumi es adorable, creo que le puedo dar una oportunidad.
—Veo que te diviertes con ella—dijo Yu abrazándome por detrás. El rocé de su miembro hace que suelte un gemido. Me aprieta más contra el.
—Yo...solo me estoy encariñando con ella—le pasé a la bebé para enjabonarme el cabello. Tomé la botella de shampoo pero Yu me la arrebató de las manos. Con un brazo me jaló hacia el mientras que con el otro cargaba a Yumi. Me jaló y pegó sus labios con los míos. Pasó su mano por mi cabello mojado peinándolo hacia atrás y penetro mi boca con su lengua, despacio.
—De verdad lamento no haberte podido besar en estos días—dijo separándose de mi. Miré a Yumi que jugaba con la espuma de la pared.
—No te preocupes—dije indiferente. Sinceramente extrañaba el toque de Yu pero entiendo que Yumi tiene que estar primero.
Tímidamente rodeé el cuello de Yu con mis brazos y me pegué a él. Lo abracé. Oculte mi rostro es su pecho. Besó mi cabeza y con su brazo libre rodeó mi espalda. Me apretó contra él y volvió a besar mis labios.Tomé a Yumi en brazos mientras Yu se ponía una toalla alrededor de la cintura. Cubrió a Yumi con dos toallas. Las bajas temperaturas eran incontrolables. Me quedé en la ducha pues yo no había alcanzado a bañarme. ¿Cuánta agua se habrá gastado ya?
Me bañé lo más rápido que pude y salí a la habitación. Yu no estaba pero Yumi estaba dormida en la cama, rodeada de cojines y almohadas en modo de protección. Me puse un pants y una sudadera usada de Yu. Me gusta usar las usadas porque son las que tiene su olor.
Salí de la habitación sin hacer ruido y fui a donde estaba Yu. Estaba sentando en la sala con su rostro escondido en sus manos.
—¿Qué pasa Yu?—pregunté sentadome junto a él.
—Estoy demasiado cansado—dijo quitándose las manos del rostro—adoro tener a Yumi aquí pero cuidarla es mucho para mí. No estoy listo para cuidar a un bebé. Las noches son él infierno. ¡Míranos! ¡Tenemos ojeras enormes! Y... ¿Cuándo fue la última vez que hicimos el amor? Necesito llamar a Nagisa. Decirle que ya hice mi parte. Necesito mi vida privada. Necesito estar contigo, Nazomi.
Me partía el corazón verlo así. Me acerqué lentamente a él y lo abracé. Tomé su cara entre mis manos y lo besé. Sujetó mi cabeza y me pegó más a él. Abrí los ojos, Yu tenía el ceño fruncido y los ojos cerrados con fuerza. Me separé de él y abrió los ojos de repente.
—¿Qué pasa?
—No estés tenso. No frunzas el ceño cuando nos besemos—dije desapareciendo la arruga de sus cejas con mi pulgar. Su sonrisa perfecta apareció en su rostro y volvió a besarme. Extrañaba esa sonrisa. Parecía que había desaparecido pero no. Aún seguía ahí.
Me acostó en el sillón y comenzó a deshacerse de mi ropa. Miré sus ojos y sus pupilas estaban totalmente dilatadas, llenas de deseo. No puedo negar que yo estaba igual.
Le estaba quitando la sudadera cuando... Los llantos de Yumi cortaron el ambiente.
—Mierda. Lo siento Nazomi—dijo quitándose encima de mi—será en otro momento.
Otro momento.
Me incorporé y lo vi desaparecer en la habitación. Estaba cansado. Cansado de ya no poder hacer el amor, cansado de que me deje a medias, cansado de cuidar de Yumi.
Salí del departamento para tomar aire. Bajé en el ascensor y salí. La helada brisa chocó con mi cuerpo y comencé a temblar. La nieve hacía que me hundiera en el piso.
Caminé pesadamente en el estacionamiento y a lo lejos vi una figura familiar. Me acerqué lentamente a ella. Detrás de un grueso abrigo morado estaba Nagisa. Corrí hacia ella y cuando me vio, soltó una caja grande en el suelo y escapó de mi.
—¡Nagisa!—grité a todo pulmón mientras corría. El frío y la nieve no ayudaban nada. La nariz se me secó de lo frío y comencé a sangrar. Gotas de sangre salieron por mi nariz manchando la blanca nieve—¡Nagisa! ¡Nagisa no te vayas!
Fue inútil seguir gritando. Se metió en un coche y se fue. Caminé una cuadra de regreso al departamento. Había muy poco tráfico. Casi no se veían coches. Tomé la caja que había tirado y la abrí.
El frío del estacionamiento me estaba matando y mi nariz seguía sangrando. Cuando respiraba, el olor metálico a sangre acompañaba el aire helado que entraba a mi cuerpo.
Dentro de la caja había juguetes y ropa de bebé, biberones, pañales y zapatitos junto con un pedazo de papel. Lo abrí y gotas se sangre cayeron en el.
Comencé a leerlo.
—Mierda—fue lo único que pude decir al terminar de leerla. Tomé la caja y corrí hacia el interior del departamento.Rorii-chan🐝
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¿Solo amigos? (Yaoi/Gay)
Roman d'amourContinuación de "Mi Mejor Amigo" El primer libro lo puedes encontrar en mi perfil <3