Capitulo 38

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Yu POV
Llegué a la casa de Mitsuki que antes era la casa de la abuela de Nazomi. Le hizo grandes cambios a la casa. La pinto de blanco, agregó una cochera, cambió el jardín y ahora en el jardín había juguetes de niña esparcidos.
Toqué la puerta y un hombre un poco más alto que yo abrió la puerta. Era corpulento, con tonalidad morena y ojos profundamente negros.
—Buenos días, ¿qué se te ofrece?—a pesar de su físico intimidante se veía buena persona.
—Soy el padre de Yumi. Vengo por ella.
El tipo asintió con la cabeza y volvió a entrar a la casa. Supongo que es el esposo de Mitsuki.
Minutos después salió Mitsuki con una bata de dormir y tenía a Yumi en brazos. Olvidé que pasaban de las seis de la mañana. Supongo que debí venir más tarde.
—Lamento haber venido tan temprano—dije rascándome la nuca.
—No hay problema. Desperté hace horas—sé que eso no es cierto pero solo asentí con la cabeza y tomé a Yumi en brazos junto con una bolsa donde venían sus cosas.
—Muchas gracias. Espero y no les haya causado una molestia.
—Para nada. Nos encantó tenerla aquí, sobre todo a Ai—¿a quién?
—Me alegra escuchar eso. Nos vemos pronto—dije dándole la espalda para subir al auto.
—¡Nos vemos pronto! Saludos a Nazomi.

Senté a Yumi en el auto y conduje de regreso al departamento.
—Aún es temprano. ¿Quieres pasar al Mercado a comprar el desayuno? Podemos cocinarle algo a Nazomi. No se siente muy bien—le dije a la niña. Sabía que no obtendría respuesta pero con que me haya entregado una sonrisa al escuchar mi voz, con eso es suficiente.
Fuimos al mercado y tomé a Yumi en brazos. Las señoras se acercaban a mí para ver a la niña. No me gusta que la gente haga eso.

—¡Pero qué niña más hermosa!—dijo una señora de cuarenta años tocando la mano de Yumi—¿eres su padre?
—S-si—dije con un tono de irritación.
—¿No eres algo joven para ser papá?—ignore a la señora y me fui a otro pasillo. ¿Porque las personas se entrometen en las vidas de los demás?
Decidí hacer pollo con naranja para desayunar y una vez que compre todo me dirigí a la caja. No sé porqué pero Nagisa se me pasó por la mente. En la carta decía que Issei la obligó a dejar a la niña e irse a otra ciudad y no tener contacto con nadie. ¿Eso no es un tipo de secuestro? No sé si en estos momentos Nagisa esté viva.
—¿Disculpa?—una voz interrumpió mis pensamientos—¿disculpa? ¿Ya puedo comenzar a cobrar?
—Ah, sí. Lo siento.
Mientras la mujer cobraba, yo me distraje jugando con Yumi y pude notar que la cajera me miraba y tenía sus mejillas sonrosadas.
—¿Es su hija?—dijo mientras pagaba.
—Si.
—Es muy linda. Su esposa debe ser muy hermosa—sonrió con inocencia.
—Yo...verás...pues... Si. Mi esposa es muy hermosa—sonreí con la cabeza baja. Estas personas piensan que tengo esposa pero no. Tengo un novio y es el novio más lindo y adorable del mundo. Con esos hermosos ojos jade que te atrapan y te hipnotizan y sus cabellos castaños oscuros que caen en su frente.

Salí del mercado y recordé que Nazomi tenía un fuerte dolor en el culo. Me reí al recordar sus muecas de dolor mientras estábamos en el elevador y lo llevaba en brazos. Yumi me acompañó con la risa y me estacioné en una farmacia.
Fui a la caja y pregunté acerca de algún medicamento que disminuyera los dolores pero me arrepentí en haberme parado en esa farmacia. El cajero, un tipo pelirrojo de ojos verdes que se me hizo demasiado familiar con una placa que afirmaba mis sospechas. Kenji.
—Ah, Yu. Cuánto tiempo—estaba diferente. Se había cortado el cabello y tenía una barba que casi se distinguía.
—Me largo—dije dándole la espalda.
—Espera, espera. Necesito atender bien a mis clientes así que ¿porque mejor olvidamos nuestras diferencias aquí y ahora?—no dije nada—¿Y esa niña? ¿No me digas que es tuya? No sabía que los hombres podían crear bebés. ¿O es que ya dejaste a Nazomi? Si es así, ¿puedes pasarme su número?
—Solo dame unas chingadas pastillas para quitar el dolor.
—¿Dolor de que? ¿Muscular, físico, sentimental?—tenía una estupida mirada de superioridad que me cagaba la madre.
—Físico—dije entre dientes. La paciencia se me estaba agotando y no quería estallar de furia con Yumi en brazos.
—Bien.
Una vez que me dio las pastillas se las arrebaté de la mano y me fui sin decir nada.
—Fue un gusto servirte—dijo burlón.

Subí a Yumi con mal humor al auto lo cual la hizo llorar. Traté de ignorar los llantos y conducí directo al departamento.
—Tranquila, linda. Ya casi llegamos a casa—dije intentándola calmar.
Justo cuando llegamos al departamento, Yumi guardó silencio.

Llegamos a la habitación y abrí la puerta de la recámara donde Nazomi aún seguía dormido. Cerré la puerta silenciosamente y bajé a Yumi al piso para que gateara y jugará en lo que yo hacía el desayuno.
Estaba terminando cuando Yumi se acercó a mí y extendió sus bracitos pidiendome que la cargara y así lo hice.
El olor a naranja dulce inundó el departamento y escuché la puerta de la habitación abrirse.
—¿Cómo sigues? ¿Ya puedes caminar?—dije tratando de no reír.
—Si. ¿Q-qué es ese olor?—dijo Nazomi con irritación mientras sujetaba su cabeza.
—Um. Es naranja. Voy a hacer pollo con naranja para desayunar.
—La naranja no huele bien.
—¿Enserio? Para mí huele delicioso.
Nazomi no me respondió. Solo sujeto su estómago y puso una mano en su boca para no sacar lo que creo que fue vomito. Corrío hacia el baño y lo escuche sacar todo.
—Supongo que mamá no se siente bien—dije sonriéndole a Yumi, quien me contestó con un aplauso y una risa.
Apagué la estufa y fui al baño. Deje a Yumi en nuestra habitación y fui hacia dónde estaba Nazomi.
Estaba de rodillas en el inodoro, sujetando su cabeza y estaba pálido.
—¿Te encuentras bien?
—S-si—tenía los ojos cerrados.
—Yo no lo creo Nazomi. ¿Descansaste bien?—asintió con la cabeza. Esta muy pálido y tenía las mejillas rosas. Puse mi mano en su frente y mejillas para comprobar su temperatura y estaba muy caliente—tienes la temperatura muy alta. Debes estar en cama.
Él sabía que estaba en lo cierto por lo cual no dijo nada. Lo tomé en brazos y le quité la camisa. Lo acosté en la cama y le puse una toalla húmeda en la frente.
—Duerme un poco más.
Cerró los ojos y saque a Yumi de la habitación. Al final, Yumi y yo fuimos los únicos sentados en el comedor desayunando.

Rorii-chan🐌

¿Solo amigos? (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora