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"Y todos la miran a ella Pero ella te está mirando a ti" –Calvin Harris, This Is What You Came For.
Unos años atrás, mi vida era un poco confusa. Fue en aquella época en la que di a conocer mi homosexualidad. Mi familia seguía procesándolo, mientras yo ya me iba de bares gays y todo.
Me conseguí un chico muy guapo. Era alto, tenía una sonrisa hermosa y... era bisexual.
No estoy seguro, pero creo que me engañó con una chica y por eso terminamos. ¿O yo lo había engañado a él? No recuerdo, pero lo que sí recuerdo es haberlo amado como a ningún otro.
Era mi alma gemela y, aunque no creyera en esas cosas, él me hacía creer en cualquier cosa.
Cuando lo vi parado en la entrada de mi casa, con una de sus sonrisas que tanto había añorado ver por años, estuve a punto de perder la cabeza.
—¿No me vas a dejar pasar? —dijo cuando no vio reacción alguna por mi parte.
—Uhmm... ¿Ah? ¡Ah! Erhh... Sí. Sí, pasa. —¿Qué tipo de idioma había sido ese?
Entró directamente al centro de la sala, el lugar con más gente, la improvisada pista de baile. Lo recibieron amigablemente y no le fue difícil hacerse al ambiente e, incluso, ser el alma de la fiesta en menos de un minuto.
—JunMyeon. —Pronuncié su nombre con odio, y volteé mi cabeza hacia él con fuerza—. Hablemos, ¿quieres?
Sin embargo, él respondió—: Claro. —Como si nada malo pasara. Como si no hubiera metido la pata.
Lo llevé hacia mi habitación. Había una pareja besuqueándose en el pasillo y tuve que detenerlos antes de que tuvieran sexo allí mismo, en el suelo. O peor; en mis hermosas baldosas de caoba de mi grande y cómodo baño perfumado con óleos.
Cuando llegamos, grité de exasperación.
—¿Qué te pasó por la cabeza cuando decidiste invitar a ese gigante a mi fiesta? —Antes de que pudiese contestar, seguí—. Peor. ¡A MI CASA! ¿Estás loco? ¿Qué no recuerdas que es mi jodido ex?
—Lo recuerdo, pero...
—¿¡Pero qué!? —le grité impidiendo que continuara. Se limitó a mirarme con una ceja levantada, con las palabras "Reina del Drama" en la frente—. Está bien, continúa.
—Pero eso fue hace más de dos años. Pensé que lo habías superado. ChanYeol parece haberlo hecho ya.
—Ni se te ocurra volver a mencionar su nombre en esta habitación. —Lo regañé mientras apuntaba mi dedo acusador hacia él—. Ni en mi hermosa casa. Mucho menos cerca mío. ¿Me oíste?
Después de la reprimenda, me empeciné en buscar a LuHan, donde quiera que estuviese, y actuar de lo más normal.
No veía al gigante por ningún lado, lo cual era extraño porque su estatura normalmente sobresalía de las demás.
