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"¿Me escuchará ella si digo su nombre? ¿Ella me abrazaría si supiera de mi vergüenza?" –Bullet For My Valentine, Tears Don't Fall.
"Te espero a las seis el viernes en la dirección que te mandaré después. Elimina el mensaje una vez lo hayas leído." –LuHan (09:07pm)
Tuve que releer el mensaje unas diez veces más para poder entender el verdadero significado.
¿LuHan hablándome después de tantos años de no hacerlo? Diablos, lo extrañaba demasiado.
Su mensaje repentino verdaderamente me había impresionado. Y saber que esos días había estado pensando mucho más en él, en JongDae y en los otros. Me preocupaban. Sobre todo el de sonrisa felina.
Kris me había llamado un par de días antes para hacerme saber que habían secuestrado a MinSeok y a JongDae y no sabían nada de su paradero.
Al principio incluso creí que era una broma, pero la voz del chico del otro lado de la línea, aquel rubio de cejas gruesas, burlón y autoritario, sonaba mucho más seria y apagada de lo usual. Entonces me dijo que había terminado con ZiTao.
No quise preguntarle por pura decencia qué había ocurrido entre ellos dos. Sabía que le dolía mucho. Kris podía ser un chico reservado y, la mayoría del tiempo, estúpido, pero eso no significaba que no supiera amar.
Yo ya me había salido del negocio unos meses antes de ingresar a la Universidad una vez tuve el dinero suficiente para conseguirme un trabajo decente que pagase bien.
Muchas veces pensé en las posibles consecuencias de mi trabajo; por ello había dudado en aceptar, aunque al final lo hice. Sabía que la policía podía retenerme. Sabía que gente de otras redes podía atacarme (pues había escuchado que una red en específico iba en contra de la nuestra). Y a pesar de no haberme encariñado con el jefe o con los otros Dealers, esos cinco chicos para mí habían sido lo más cercano a una familia después de irme de casa. Y les agradecía hasta la más mínima parte de mi ser.
Eliminé los mensajes tal como LuHan me dijo que lo hiciera y me grabé esa dirección. No fue muy difícil. Era algo tan importante para mí en esos momentos que, una vez leí los números, no se despegaron de mi cabeza.
Sin embargo, no podía esperar hasta el viernes. Una semana entera, maldita sea. La curiosidad me iba a volver loco.
Sentía la necesidad de hablar con LuHan en ese preciso momento. ¿Pero cómo encontrarlo? No quería mandarle ningún mensaje. Me dijo que eliminara la conversación, así que no sería buena idea continuarla e ignorar sus peticiones.
Solté un suspiro cansado. Tendría que esperar hasta el viernes, entonces.
Por suerte el mensaje me había llegado mientras me encontraba en el baño de la Universidad, completamente solo y sin nadie que espiara mi celular. Sobre todo por aquél chico castaño de sonrisa tan bonita que últimamente frecuentaba bastante. Si él supiera el significado del mensaje, habría tenido que cortar todo contacto con él. Y yo definitivamente no quería hacer eso.
