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"Y con mi boca abierta Me uno a la luz sonante Puedo ver los parpadeos Las linternas sobresalen sobre mí Levántame sobre ellas" –Son Lux, Flickers.
—Hemos decidido adelantar la boda. —Kai tenía el ceño fruncido, muy fruncido, como cuando le preocupaba algo más que nada. Como cuando en realidad le preocupaba algo. Ni siquiera alcancé a abrir la boca cuando Kai siguió hablando—. Lo creímos necesario. En estos tiempos... nada es seguro.
Guardó silencio, aunque vi en su cara que quería seguir hablando, que necesitaba decirme algo más.
—¿Y...? —insistí.
—Pues... —Soltó un suspiro—. No queremos que nada malo pase hasta entonces. Ya sabes, ningún problema grave.
No me podía mirar a los ojos, así que supuse que creía que yo iba a causar problemas. Eso, o que LuHan iba a hacerlo e, igualmente, yo estaba encargado de él. Digo, vivíamos en la misma casa.
—¿Y por qué no se lo dices a todos? Yo no tengo nada que ver ahí.
—SeHun. —JongIn intentó hablar, pero yo no lo dejé. De repente, me había enojado bastante.
—No te preocupes, claro que le diré a LuHan —dije con sarna—. Pero te lo digo en serio, dudo que alguno de los dos estemos metidos en serios problemas juzgando las cosas que los otros tienen que hacer.
Lo miré seriamente porque era mi amigo y quería que su boda saliera perfecta, justo como él planeaba que lo hiciera, pero también sabía que LuHan necesitaba encontrar a sus amigos y no iba a descansar después de haber conseguido toda esa ayuda.
El rostro de JongIn parecía de perrito mojado haciendo pucheros y me sentí mal porque en realidad él amaba a KyungSoo y no quería que nada malo le pasara. Pero eso no era de mi incumbencia. Yo no era quién para decirle a LuHan que dejara de buscar a sus amigos por toda la ciudad para salvarlos costara lo que costara con tal de que mi mejor amigo se pudiera casar. Además, el poder de persuasión de LuHan era mucho mayor que el de Kai. Mi amigo estaba en desventaja.
A pesar de eso, no pude evitar querer disculparme con él por todos los inconvenientes que le había causado. A fin de cuentas, fui yo el que decidió quedarse con LuHan después de la manera en la que lo habíamos conocido.
—Oye. —Llamé su atención con gesto amable, mucho más tranquilo que antes—. Haré todo lo que esté en mis manos para ayudarte y lo sabes. —Hice una pausa y lo miré a los ojos con toda la sinceridad del mundo—. No te preocupes, tu boda será perfecta.
Y sonreí para reconfortarlo. Él me devolvió el gesto lentamente y me abrazó. Su roce era tierno y cálido y me hacía sentir como en casa, pero era muy distinto a lo que sentía cuando LuHan pasaba una mano por mi brazo o se acercaba mucho a mí para ver mi celular.
