¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"He estado pensando demasiado Ayúdame" –Twenty One Pilots, Ride.
Después de la confesión de LuHan, el camino a casa de su amigo fue algo incómodo, pues pensaba todo el rato en algo que decirle para que sus pensamientos no fueran más allá y no se preocupara, pero no encontré las palabras adecuadas.
Después de un rato de abrir y cerrar la boca como un pez, aun sin saber qué decir, me cansé y seguí manejando, intentando estar siempre tranquilo y con mi usual rostro serio, pero un leve ceño fruncido no me dejaba pensar con claridad.
—Es por allá —dijo LuHan, señalando una vereda adinerada con casas de lujo y seguridad alta.
—¿S-Seguro? —Tartamudeé. No tenía sentido. Normalmente, los que interactuaban con Dealers eran... personas de bajo estrato. No quería sonar clasista, ni nada por el estilo, pero me era inevitable pensar de esa manera.
—Sí —respondió cortante. Sin embargo, no me dirigió mirada alguna y, por ello, supe que seguía preocupado. Había estado pensando mucho y necesitaba ayuda.
Opté por guardar silencio. En ocasiones como esa, era lo mejor que había por hacer.
Seguí las indicaciones de LuHan sin comentario alguno.
—Aquí es —dijo finalmente, mientras señalaba una gran casa que se alzaba omnipotente sobre nosotros con sus paredes de ladrillo y luces tenues que hacían ver todo aún más elegante, además de las grandes ventanas de vidrio.
Hacía tanto tiempo que no visitaba un lugar así, que había estado a punto de olvidar lo que se sentía verlo y presenciarlo. Lo único parecido que había visitado con anterioridad había sido la casa de Kai y ya estaba acostumbrado a sus numerosas habitaciones, así que no me parecía gran cosa. Sin embargo, ese lugar...
Tenía la boca ligeramente abierta y un brillo inusual en los ojos. Recordé que tenía a un compañero menos experimentado en el tema a mi lado, así que volteé a verlo con gesto curioso. Pero él se me había adelantado y ahora me miraba fijamente, atento y queriendo saber lo que haría a continuación.
Giré mi vista al volante de nuevo rápidamente, algo extrañado por el comportamiento de LuHan. Y por el mío propio.
Habíamos cambiado de roles por unos incómodos segundos. Se sentía raro.
Aunque era lógico. LuHan no estaba sorprendido por la enorme casa, pues ya la había visitado antes y suponía que con regularidad.
El portero nos dejó entrar fácilmente, no sin antes revisar mi auto junto a un gran perro.
No sabía muy bien lo que hacía y LuHan no me daba muchas indicaciones seguido. Era cortante y no hablaba mucho, así que no sabía qué hacer. Sin embargo, no le pregunté nada al respecto. Por alguna razón, no quería distraerlo de sus pensamientos, incluso si sabía que eran dolorosos pues, si estuviera en su mismo lugar, él querría que lo dejasen solo. Lo sabía sin conocer o vivir los mismos problemas que LuHan. Era algo que a todos nos pasaba de vez en cuando.