Sangre y problemas (SeHun)

658 52 8
                                    

"Analizo de nuevo, ¿realmente te mataría si nos besáramos?Lo único que hacemos es conducirLo único que hacemos es pensar en los sentimientos que ocultamosLo único que hacemos es sentarnos en silencio esperando una señal"–Halsey, Drive

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Analizo de nuevo, ¿realmente te mataría si nos besáramos?
Lo único que hacemos es conducir
Lo único que hacemos es pensar en los sentimientos que ocultamos
Lo único que hacemos es sentarnos en silencio esperando una señal"
–Halsey, Drive.

—Mamá, papá... Me gusta un chico. —Solté una risa que se perdió en medio de todas las demás—. Un chico con ojos grandes, labios gruesos y hermosos, que al sonreír forman un perfecto corazón... —Mi carcajada se volvió aún más sonora, mientras la suya apenas empezaba a nacer.

—Vale, ahora seriamente, ¿cuándo les vas a decir?

—Todo a su debido tiempo, pequeño Sehunnie —respondió, sin saber con certeza la verdadera respuesta.

—Por el KaiSoo. —Alzé mi vaso de shots y lo dejé en el aire, esperando a que Kai hiciera de las suyas.

—Por el KaiSoo —dijo, y chocó su vaso contra el mío. Tomamos del espeso líquido al mismo tiempo, mientras que el ardor recorría nuestras gargantas.

De repente, un sonido fuerte resonó por todo el lugar.

Estábamos en un bar de poco reconocimiento, lleno de borrachos y alcohol. Todo allí era lóbrego y caluroso, encerrado a más no poder, lo que hacía que el olor del licor se acentuara y las peleas fuesen más continuas.

Kai y yo nos giramos a ver instintivamente el origen del sonido.

Al otro lado de la barra en la que nos encontrábamos, un chico había tirado una botella y había empezado una pelea. Los presentes gritaban, incitando a los problemáticos a golpearse aún más fuerte.

Como visitábamos el bar seguido, mi amigo y yo usualmente presenciábamos ese tipo de peleas. Nunca nos interponíamos, pero esa vez algo llamó mi atención.

Uno de los chicos que estaba peleando, el más bajo, parecía de nuestra edad, tal vez un poco menor. Tenía un rostro tierno, lindo, a pesar del pequeño corte que tenía en la mejilla. De su mano colgaba una botella medio rota, la cual supuse era la que había iniciado la pelea, y una mirada desafiante y con un brillo casi violento, animal.

Yo no era ningún psicólogo, pero era obvio que ese joven estaba solo en el mundo. ¿Que cómo lo sabía? Hay algo llamado empatía, y resulta que yo sentía mucha de esa con la gente solitaria.

Además, estaba el otro hombre; más alto, más fuerte, más enojado... Con más posibilidades de ganar.

Miré a Kai con una mirada llena de súplica. Él, después de un tiempo de sostenerme la mirada, rodó los ojos fastidiado y se dio media vuelta para levantarse y ayudarme a parar la pelea. Todo eso sin una palabra de por medio.

—Tú ayuda al castaño, yo intento con el otro —dijo y se giró sin más en dirección al tumulto.

No me demoré mucho en levantarme tras mi amigo y dirigirme hacia el más bajo, quien ya se había abalanzado hacia su contrario para intentar golpearlo sin filtro.

Crying OutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora