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"La primera vez que vi tu rostro El tiempo se detuvo Encontré mi lugar Ahora estoy viendo cómo se desprende de mis brazos" –Brandon Flowers, Between Me And You.
—¿Qué quieres de cenar? —le pregunté a YiFan como el buen novio que era.
—Te quiero a ti —dijo a modo de respuesta aprovechando la oportunidad para acercarse a mí lentamente.
—¿Tteokbokki? ¿Jjajangmyeon? —Miré su rostro para complacerme de su reacción, que consistía de un puchero muy infantil que me enterneció sobremanera—. Ah, no. Ya sé. Pollo. —Cambió su expresión y se limitó a rodar los ojos, molesto por joder su plan para coquetearme.
—No tengo hambre —dijo aparentando molestia.
—Entonces pollo será.
—Aishh —pronunció, seguido de un chasquido con su lengua.
Me volteé para agarrar el teléfono y pedir la comida a domicilio, escondiendo una risita por la inmadurez de YiFan. Sin embargo, cuando marcaba el número sentí un par de manos grandes pero delicadas posarse en mi cintura y atraerme hacia sí.
—YiFan —dije en medio de una risa mientras su boca paseaba por mi cuello, dejando lamidas delicadas, suaves y sensuales a su paso.
—¿Qué? —preguntó con voz ronca.
—¿No tienes hambre?
—De ti, sí —insistió metiendo sus manos en mi camisa y acariciándome delicadamente el torso y parte de la espalda.
—Eso ya lo has dicho, pero yo tengo hambre de pollo. —Hice una pausa—. Hambre de verdad.
—La mía también es de verdad.
—Está bien, pero antes déjame llamar. —Me puse el teléfono en la oreja.
—¡No! —exclamó YiFan arrebatándome el aparato de las manos y tirándolo lejos—. Primero te como yo a ti.
—¡YiFan! —dije ruborizándome mientras le daba un leve golpe en el pecho, ya de frente a él.
—Por favor —suplicó esta vez haciendo otro puchero.
—Estás muy infantil hoy —comenté riéndome—. Pero no me desagrada.
Pasé mis manos por su cuello para acercarlo a mí y propinarle el beso que se merecía.
Abrí mi boca para darle total espacio a su lengua, haciendo que la pasara por mi paladar y logrando que mi piel se erizara.
El beso siguió por unos cuantos segundos, probablemente minutos, en un juego constante de lenguas y labios.
Sonreí sobre su boca al pensar en lo cursi que estábamos siendo en el momento. Nunca imaginé comportarme como las personas en las películas, riendo como estúpidos todo el rato, pero con YiFan podía pasar cualquier cosa.
