Capítulo #27: "Harold"

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Pasaban los días y no sabia donde me encontraba

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Pasaban los días y no sabia donde me encontraba. Quizás solo era una pesadilla, pero realmente no se sentía así.

Se sentía real, ella ya no estaba.

Me la quitaron, me llevaron lejos para que que no pudiera protegerla.

Después de que él la lastimo tanto, lo denunciamos.

Pero este era alguien de mucho dinero y poder.

Y solo resto recibir una noticia, para cambiarlo todo.

El día que me dieron la noticia me negué rotundamente, pero la iban a pagar con ella, y yo no podía permitir eso.

Ella era mi vida, mi hermana, mi mejor amiga, mi novia, en fin era mi todo.

Pero tenía que decidir entre la vida de ella, y la mía.

Y yo decidí protegerla a ella, y mantenerla salvo.

En cambio, yo tuve que desaparecer sin dar explicaciones, y trabajar para un desgraciado.

Haciendo trabajos sucios que para nada, me gustaban.

Los tatuajes ni me dolían cuando me los hacían, nada se comparaba con el dolor de haberme tenido que alejar.

Mi satisfacción era que en el cualquier parte del mundo, se encontraba ella, a salvo y con el corazón entero y en el fondo deseaba que me haya olvidado.

Pero malditasea, nos criaron prácticamente juntos.

Ella siempre será mía, y yo me encargaría de encontrarla, donde quiera que estuviera.

Yo soy el único para ella y siempre será así.

Yo lo sé.

Soy su Harold.

Y ella es mi princesa.

La encontraré, y le daré todo lo que se merece, la deje en un mal momento a sus 16 años y yo con 18.

Pero ese amor es para toda la vida.

Mi tatuaje en el cuello, rosas azules. Significaban la pureza y la paz que ella me transmitía cuando estaba cerca de mi.

La muerte de sus padres, fue echa por este desgraciado.

Y buscaré la manera de vengarme más adelante, ella no se merecía perder todo de un cántazo.

No se merecía, sufrir de esa manera, mis palabras eran las únicas que la reconfortaban en aquel entonces, pero ya yo no estaba.

Sé que habrá sido malo los primeros meses, pero ya lo habrá superado.

Ella es fuerte, pensé.

Cada día que pasa la recuerdo con más amor, esa sonrisa que me derretía, que me hacía vulnerable a sus pies.

Que me hacía volver a querer levantarme la mañana siguiente.

La amo y tengo que encontrarla.

Porque por ella él se jugaba la vida.

Cualquiera en su sano juicio, se hubiera vuelto loco por ella.

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