Creo que esa mirada que me dio el chico rubio, hizo que algo se estremeciera dentro de mi.
Lo sé, estoy pensando un poco raro. Pero en mi interior, no puedo confiar en los hombres, todos son iguales, mujeriegos, machistas, pero sobre todo embusteros.
Me siento en las gradas nuevamente, escuchando como proseguia la iniciación del equipo de fútbol.
Hasta que dio por terminada y todos se dispusieron a ir a la gran fiesta que nos aguardaba.
Mientras caminaba por lo que eran las grandes calles del recinto, veía como parejas, grupos grandes de personas y uno que otro hombre hablaban de lo buena que se daban estas fiestas, para mí no era nada del otro mundo.
En lo que viví con mi tía, tuve que ir a reuniones de su "esposo" lo cual eran de gente de dinero.
Si, era una pérdida de tiempo, solo hacían cambio de mercancía y compartían dinero.
Para mi entender una porqueria.
Bueno al ver la gran mansión frente a mi, no lo podía creer. Era gigante, todo era de cristal, incluyendo paredes, puertas y ventanas.
Me dispuse a entrar y divise unas cuantas caras reconocibles de la casa de los Sigma Nu, los cuales ligaban con las chicas de mi fraternidad, cosa que no me parecía rara por lo del reto.
Solo fui directamente a la barra, y me sirvieron un trago, el cual baje de un sorbo.
Tome una caja de "Heineken" y tome una, que mezcla estoy haciendo pensé.
De allí me fui directo a la pista de baile, donde me encontré con Steven y comenzamos a bailar juntos.
Hasta que me dijo, que tenía algo que hacer y siguió su camino.
Se notaba demasiado nervioso con mi cercanía.
Yo en cambio me decidí por buscar un asiento, donde descansar mis adoloridos pies.
Ryan Punto de Vista
Me encontraba con Leyla en la fiesta de su fraternidad, hoy ella será mía.
Vamos a tu habitación, así estamos más cómodos, digo para hacer lo que vine a hacer.
_Vamos, pero dame un momento voy a hablarle a Michael para que no me espere en su cuarto hoy, dice rápidamente.
Ok, contesté.
No me importa si está chica tiene novio, solo sé que desde el año pasado me la he estado ligando pero no he podido estar con ella.
No porque yo no quiera, sino porque tiene novio y siempre estaban juntos. Pero gracias a su amigo Max , se puede dar lo de esta noche.
¿Y porque no? Darle a probar mi dulcesito.
_Ya está, todo bien. Vente, me jala por el brazo y subimos escaleras arriba.
Entramos en una habitación, me siento encima de la cama y la acercó con mis manos tocando sus caderas.
La beso, le beso el cuello y sigo bajando.
La miro y la muevo para que se pueda trepar encima de mi, le quitó la camisa y miro sus pechos.
Sigo besando el área sensitiva de su cuello, hasta llegar a sus pechos, le quitó el sostén y lamo sus pezones, una y otra vez volviéndola a ella loca de placer.
Ella sigue gimiendo y yo la hago volver más loca, le quitó la falda, y sus pantalones y la dejo en bragas.
Me quito la camisa y me paro de la cama, quitando tras de mí los pantalones y mis bóxers. Me dispongo a poner el condon quédando completamente desnudo.
Me acerco de nuevo hasta ella, terminando de quitar la prenda que le quedaba. La miro una vez más, y me incorporo entre sus piernas, y hundo mi admirable errecion dentro de ella.
Ella gime de placer, y yo me dispongo a penetrarla cada vez con más fuerza. Lamo sus pechos, una vez tras otra, sin importarme nada más.
La pongo encima de mi y ella comienza a mover sus caderas de arriba para abajo y eso me vuelve loco. Hasta que la dejo debajo de mi, y la penetro con más fuerza, si eso es posible.
Hundo mi cabeza en su cuello, y me apresuro a lamer su oreja. Eso la excita más, y eso es lo quiero.
_Sigue, sigue, gime de placer.
Ya voy nena, te voy a dar más, digo penetrándola.
Solo sé que otra más cayó en mis encantos, después de hoy va a querer más de mi. Pero yo no quiero nada mas, sé que suena cruel, pero así es la vida.
Luego de embestirla más veces, llega a su punto máximo y se core.
Yo todavía doy para mas, pero como es algo mental me coro a la misma que ella. Sacando primero a mi hijo, de adentro y empapando el condon de millones de hijos, que no quieren ser liberados.
Amber Punto de Vista
Luego de beberme, la barra entera.
Literalmente, no encontraba que más hacer.
Encontré una silla, a las afueras de la gran mansión. Y me siento, al rato veo pasar unos chicos entre ellos el chico del beso. Solo sé que ese chico me intriga un poco y me le quedo mirando. Hasta que siento una respiración a mi lado izquierdo y me encuentro a un Alam sonriente.
_Hola mi amor, dice seduciéndome. Y moviendo mi cabello con sus manos.
Hola y adiós, digo rápidamente.
Me dispongo a levantarme, pero Alam se apresura y me sujeta en la silla, quedando este en frente de mi.
Quítate, no estoy para juegos hoy Alam, digo tratando de moverlo.
_Te voy a dejar ir, no sin antes contestarme unas preguntas, dice acercándose a mi cara.
No quiero, y no lo haré, digo gritando molesta.
Rápidamente lo muevo con la mano y me levanto. El me tomó por sus brazos, jalándome hacia la carretera.
Y en un abrir y cerrar de ojos, el chico del beso se para a mi lado, mirándo a Alam con furia.
_Que la sueltes, te dijo, dijo este gritando.
No te metas Michael, no es tu problema, dice Alam parándose en frente.
Con que se llamaba Michael, la verdad ni tiempo me dio de preguntarle su nombre hace rato.
_Si es mi problema, porque ella es mi chica, dice rápidamente.
¿Qué?
Y esas palabras me retumbaron una y otra vez, hasta que él alcohol hizo su trabajo y me desmaye.
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NADA ES LO QUE PARECE
Novela Juvenil¿Qué pasaría si un día tus padres adoptivos deciden por ti a qué universidad vas a estudiar? Para mí Amber Huston eso no es nada nuevo, he vivido 7 años de mi vida, en una casa siendo manipulada, arrastrada y humillada por mis "supuestos padres". ¿...