Capitulo 16

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Me separe de la puerta y volví a subir a mi habitación, me cambie la ropa rápido poniéndome una más cómoda y baje para empezar a hacer la cena, ya que en media hora mis padres volverían del trabajo. Mientras condimentaba el pollo un olor a Menta y Dulce de Leche llego a mí, sin entender la razón de porque el ese aroma me atraía tanto. Pero sentía la necesidad de ir hasta lo que sea el causante del aroma. Apagué la hornalla y me dirigí a la entrada de la casa saliendo de esta, no sin antes calzarme y ponerme un abrigo, empecé a seguir ese aroma sin entender exactamente qué estaba pasando.

-Celes, es nuestro Mate tenes que buscarlo- Dijo Cía en mi mente, podía sentir como agitaba su cola de felicidad en mi interior.

-De que estas hablando? Ya no tenemos más Mate Cía, te recuerdo que con Aiden nos rechazamos mutuamente

-Celes, te lo digo en serio puedo sentirlo, es nuestro nuevo Mate- Dijo soltando un leve gruñido, me pare y empecé a seguir ese olor, saliendo de mi casa.

-Pero Cía, papá nos dijo que solamente se tiene un mate en toda nuestra vida y que por eso es tan importante. - Dije confundida, sin dejar de caminar hacia ese olor que me atraía.

-No siempre, hay veces que la Diosa Luna da otras oportunidades, pero no siempre, así que estamos de suerte- Eso fue lo último que escuche de Cia, dándome cuenta que había cortado el link que teníamos para que me concentre.

Me di cuenta que estaba tan concentrada hablando con Cía que no me había dado cuenta que alguien me acababa de agarrar por los hombros, era mi mate, levanté mi mirada encontrándome con sus ojos celestes mirándome con cautela. Lo mire sin decir nada, Aiden me había rechazado, ¿Qué pasaría si él hacía lo mismo? Una inseguridad surgió dentro mío sin permitirme hablar, formándose un nudo en mi garganta insoportable. Pude ver como una sonrisa se formaba en sus labios, para después abrazarme con fuerza pegándome a su pecho, apoyando su cabeza entre el hueco de mi hombro y mi cuello.

-Te encontré- dijo en un susurro, casi inaudible, que solo yo pude escuchar.

Pov Fran

Mientras caminábamos hacia la manada podía notar como Celes tenía algo raro, no hablaba y estaba hundida en sus pensamientos, ella siempre estaba muy alegre y le gustaba hablar, pero ahora solo asentía o negaba a lo que le decíamos. Llegamos a su casa y nos despedimos de ella, dejándola sola, con mi hermano empezamos a caminar hacia nuestra casa, pero no podía dejar de pensar en ella.

-Sebas, ¿Qué le pasa? - Mire a mi hermano mientras caminábamos viéndolo con la cabeza gacha.

-No lo sé, a la mañana estaba bien, se fue un minuto sola y cuando entro a la clase ya estaba mal le pregunte, pero no me quiso decir- Dijo para después mirarme a mí.

-No puedo dejarla sola así Sebas, sus papas no llegan hasta la noche, voy con ella, ¿okey? - Vi como asentía con una sonrisa y me fui corriendo volviendo hasta su casa la cual estaba a unos pocos metros de distancia. Entre en la casa y subí a su cuarto golpeando en la puerta para que me abra.


~*~


Salí de su casa y empecé a caminar en dirección a la mía, ya era de noche y estaba algo cansado. Cuando por fin llegué a mi casa, abrí la puerta frenando de golpe al sentir ese olor a Menta y chocolate entrar por mis fosas nasales.

-Mate!- Grito Franco en mi interior.

Cerré la puerta y salí corriendo en su búsqueda, llevaba un año buscándola y nunca la había encontrado, cansado de no encontrarla había decidido frenar mi búsqueda y esperar hasta que ella apareciera en mi vida, hasta que al fin había aparecido. Seguí corriendo, atrayendo la mirada de varios habitantes de la manada, pero eso no me importo, seguí mi rumbo emocionado, hasta que la vi a Celes distraída caminando hacia mi dirección, dándome cuenta que era ella la propietaria de ese aroma. Frene y me acerque a ella caminando despacio agarrándola por los hombros delicadamente, ella pestañeo un par de veces y miro hacia arriba clavando su mirada en la mía. Me quede unos segundos apreciando esos ojos que me miraban expectantes esperando por un movimiento de mi parte. No aguante más y la abrace atrayéndola hacia mi pecho, escondiendo mi cabeza entre su cuello y hombro, sintiendo el olor que desprendía su cuerpo.

-Te encontré- Susurré en su cuello.

Me separe un poco de ella dejando nuestras cabezas a pocos centímetros de distancia, podía notar su nerviosismo, pase mi mano por su pelo frenando en su mejilla, acariciándola con mi pulgar, poniendo mis manos a cada lado de su cuello. Junte nuestras frentes suspirando con los ojos cerrados, sonreí y separe nuestras frentes abriendo mis ojos para poder verla nuevamente, mire sus ojos y luego baje mi vista a sus labios, acercándome de a poco a estos, sintiendo nuestras respiraciones chocar y nuestras narices rosarse, acote la poca distancia que quedaba entre nosotros probando así sus finos labios contra los míos, en un movimiento suave y tranquilo. Pude sentir sus manos posarse en mi nuca atrayéndome un poco más hacia ella, sonreí aun con nuestros labios juntos y me separé mirándola a los ojos.

-Fran...

-Es tarde ya, no quiero que estés acá afuera te vas a enfermar- Dije sonriéndole- Vamos te acompaño hasta tu casa ¿sí? No te preocupes mañana podemos hablar bien de esto- Vi como asentía y con un poco de cautela agarre sutilmente su mano, notando como ella apretaba su mano en la mía y la acompañe hasta su casa, cuando llegamos le di un beso en la frente y me separe de ella soltando su mano- Descansa Celes.

-Igualmente Fran- Dijo dedicándome una sonrisa para después entrar en su casa y cerrar la puerta.

Suspire y agarre mis pelos nervioso y contento por toda esta situación. Sonreí y me dirigí a mi casa. Al fin había encontrado a mi mate y era Celes, recordé cuando la vi por primera vez, con sus ojos curiosos mirándonos a mí y a Sebas, cuando la conocí algo en ella me atraía. Gracias Diosa Luna por esto, te debo una.

No soy de Nadie / TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora