Capitulo 17

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Estaba paseando tranquila por el bosque, pensando en cómo había cambiado de la noche a la mañana mi vida, mi papá era un licántropo, mis amigas de siempre también lo eran y ahora yo también y vivíamos en una manada, ¿Quién lo diría? Ya habían pasado tres días desde que descubrí que Fran era mi mate, las cosas entre nosotros van muy bien y él es muy dulce conmigo. Fran en unos meses seria el nuevo Alpha de la manada y yo al ser su Mate seria su Luna. Por lo que me habían explicado Fran seria el que estaría a cargo de la manada y yo sería como su reina por así decirlo. Estaba hundida en mis pensamientos hasta que un olor muy desagradable llego a mí.

-Vaya vaya mira lo que tenemos aquí... al parecer tuvimos suerte- dijo una voz entre los arbustos, de a poco pude divisar a un chico salir desde las sombras con una sonrisa en el rostro, me concentré más viendo como sus colmillos eran más grandes de lo normal y sus ojos eran rojos, vampiros. Atrás suyo había otro chico más que tenía puesta una capucha no dejándome ver su cara.

- ¿Quiénes son? - pregunte, ya me estaba asustando todavía no sabía pelear del todo bien. El chico de la capucha me miro y pude verle la cara y esos ojos rojos, que yo los conocía como unos celestes como el cielo, era Charles uno de los del grupo de Aiden, él también me molestaba bastante en el colegio.

- ¿Celeste? Bueno no esperaba esto, pero tu sangre debe ser deliciosa -Dijo acercándose a mi amenazadoramente, haciéndome retroceder.

-No te combine-dije para acto seguido transformarme.

-Sos una Licántropa? eso no me lo vi venir.

-Mejor... más diversión- dijo el amigo de Charles, posándose a su lado.

Ambos saltaron hacia donde yo estaba, pero fui más rápida que ellos y los esquive para después morder al chico que estaba con Charles, empezamos a luchar, pero desgraciadamente ellos sabían cómo moverse y eran mucho más ágiles que yo logrando lastimarme demasiado.

-Que lastima un lobo menos-dijo el amigo de Charles al verme ya cansada y con sangre en mi pelaje blanco.

Se abalanza hacia mí, pero un lobo negro y blanco salto desde atrás mío derribándolo y quedando arriba del vampiro mordiéndole el cuello haciéndolo gritar, levanto un poco su pata y le clavo sus uñas en el hombro, saliendo de encima de él y posándose adelante mío, tapándome con su cuerpo y gruñendo, no sabía quién era, pero me estaba protegiendo. Charles tomo a su acompañante y ambos se fueron como pudieron. El lobo se dio vuelta y me miro analizándome de abajo para arriba.

-Gracias por eso- dije en un susurro, algo cansada.

-Tranquila, hay que proteger a los de nuestra especie, te transformaste hace poco ¿no? - Pregunto rotando un poco su cabeza a lo que yo asentí, escuchando la dulce vos de la chica en mi cabeza- Es peligroso que muestres tu pelaje, si alguien te ve y sabe del secreto irán a por ti.

-Que secreto? ¿De qué hablas? - Dije confundida

-Deja que te muestre.

Pude observar como la loba frente mío empezaba a sacudir su cuerpo haciendo que su pelaje cambiara de color a uno completamente blanco. Me quede asombrada mirándola.

-Como hiciste eso? - Pregunte sin poder creer lo que mis ojos veían. Viendo como volvía a sacudir su cuerpo haciendo que su pelaje volviera al mismo color que antes, pestañee muchas veces confundida.

-Arnold te explicara, ahora nos tenemos que ir debo llevarte a la guarida antes de que alguien te vea, si yo no te hubiese visto, quizás no estarías viva para contarlo. Vamos- Dijo para acto seguido posarse a mi lado y ayudarme a caminar por el bosque.

La loba me ayudo y me guío por el bosque llegando a un lugar en donde se podían ver demasiadas rocas y una cascada hermosa.

-Tenemos que ir atrás de la cascada, lo bueno es que tus heridas ya se están curando y casi no hay rastro de ellas- Dijo mirándome, dándome cuenta de que tenía razón- ¿Podes caminar sola? - Asentí- Okey seguime.

La seguí hasta atrás de la cascada, mirando encantada como caía el agua por ahí, volviendo mi mirada a la loba con la que estaba viendo como ella paraba al frente de una pared de piedras. Me acerque a ella y vi como con la punta de su nariz tocaba una roca y esta se abría, dejando a la vista un gran prado, me quede sorprendida mirando ese lugar, intentando entender como ese lugar podía estar atrás de unas piedras.

-Es un portal, nadie sabe de esto, así que no lo digas. - dijo para después entrar a ese lugar.

La seguí, dándome vuelta sobresaltada al sentir un ruido, viendo como las rocas se cerraban, volví a mirarla a ella y estaba en una especie de montaña esperando hasta que fuera con ella. Al llegar a su lado pude ver mejor el lugar en donde me encontraba. Había un hermoso prado con lagunas y arroyos de agua por el lugar, pero lo que más me llamo la atención fue que había varias casas y muchas personas, así como también muchos lobos blancos.

-Bienvenida al refugio de los lobos Blancos.

No soy de Nadie / TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora