Capítulo 60

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Jared.

Ya han pasado 4 días desde que Verno había abierto el portal, prácticamente lo único que hacíamos era entrenar y Verno sólo meditaba, aunque a veces le daban convulsiones, pero por supuesto Verno le restaba importancia.

Varios ángeles de otros puntos cardenales se nos unieron, pues Leik conocía a muchos y entre más fuéramos era mejor. Incluso la guerrera más fuerte del Oeste vino a ayudarnos. Su nombre: Nerea

Por mala suerte, Verno y ella ya tenían una historia juntas, por lo que si una se entrometía con la otra, las cosas no terminaban del todo bien para nosotros.

Nerea siempre traía una sonrisa arrogante en su cara y su hermano Danniell y ella siempre bromeaban, pero unas veces el hermano pequeño de Nerea hacia que se exasperara. Pero fuera de eso, eran unos hermanos muy apegados.

— Me recuerda a Emma. — se acercó Masón para quedar sentado a mi lado, observó a Danniell como yo lo hacía.

Nerea estaba comiendo un trozo de pizza y al ver a su hermano con la mirada perdida en la fogata, le ofreció el pedazo con tan sólo una mordida de por medio. Danniell hizo una cara de agradecimiento y comió la pizza dándole después un abrazo a Nerea. Ésta rodó los ojos y se rió mientras su hermano menor le daba abrazos.

— Mañana iremos por ella Mason. — le aseguré. — Vamos, tienes que descansar bien para mañana. — me levanté con el pedazo de cartón que servía de plato para la pizza.

— ¿Descansar? No he pegado un ojo desde que se la llevaron por primera vez. — susurró como si yo no pudiera oírlo, y sentí algo que se removió adentro de mí.

Mason tenía razón, yo tampoco había descansado mucho. La primera razón era Verno, pero cuando nos mostró que podíamos confiar en ella, pude quitar un peso de encima.

Pero Emma no estaba aquí, y tenía que traerla a casa antes de que algo peor sucediera.

Me metí en la casa de campar y me recosté en el colchón inflable.

— No, Danniell, eso es imposible. - escuché a Nerea regañar a su hermano. — Emma no se fugó con el demonio. — dijo exasperada. — La raptaron, ¿de acuerdo?

— Tienen una aventura ardiente. — dijo su hermano en tono divertido.

— En realidad no. — salí de mi casa y los sobresalté, mi semblante era serio, casi regañándolo. — Emma fue capturada... Les recomiendo que no hagan bromas de esa magnitud, las paredes escuchan. — me alejé de ellos y me dirigí al lago donde el portal seguía abierto.

— Si serás estúpido, Danniell. — escuché a Nerea regañar a su hermano una vez más.

Verno llegó y se sentó a mi lado observando el lago con la misma atención que yo.

— La encontraremos, Jared. — puso una mano en mi hombro en señal de apoyo, y yo por supuesto no tenía ganas de repetirle que no era su amigo, pues últimamente nos había ayudado mucho.

— No es eso lo que me preocupa... — dije con el ceño fruncido. — ¿Y si Emma no vuelve como era antes? — le dije mirando sus ojos oscuros. — ¿Y si ella cambió? — dije moviendo mis hombros y sintiendo un nudo en mi garganta.

— Ella siempre será Emma. — me sonrió dándome más ánimos. — Y todo tiene remedio... Tal vez los arcángeles puedan hacer algo. — dijo frunciendo el ceño.

— ¿Estás bromeando? — dije como si estuviera diciendo algo estúpido. — Los arcángeles se enterarían de que los demonios de Edom y Saitor tuvieron que ver, sin dudar un segundo los atacarían. — dije como si fuera obvio, pero sólo veía cómo Verno sonreía mientras observaba el lago.

Emma, la caída de un ángel (Saga Genus #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora