Desperté en una habitación oscura y el dolor invadía la parte trasera de mis alas.
Volteé lentamente para ver si podía distinguir una figura, una persona o simplemente una cosa. Lo que fuera que me diera un indicio de donde fuera que me encontraba
Recordé lo que había pasado antes de encontrarme aquí. ¿Estaba muerta?
Esto se sentía muy real y yo me sentía viva. El dolor de mis alas se sentían muy real.
Escuché un sonido metálico y después unos leves murmullos, una mujer estaba tarareando y su suave voz se escuchaba muy conocida para mí. Traté de moverme pero fue cuando me di cuenta de que mis manos estaban encadenadas y mis alas enrolladas y sujetas con un listón.
—Buenos días, Emma.— canturreó Verno prendiendo las luces de la habitación donde estaba y cegándome por completo.
Cuando mi vista se acostumbró a la luz ví que era una celda, en los diferentes lados de las tres paredes (las cuales no tenían rejas) se encontraban cuerpos. Suponía y quería pensar que seguían vivos, no olía mal lo que significaba que sus cuerpos no estaban en descomposición, por lo menos no por ahora.
Verno se acercó y tomó mis mejillas apretándolas, sus ojos tenían ese rojo que la última vez poseía. Su cara estaba un poco deformada por las venas que le saltaban y se marcaban notoriamente en su cara.
—¿Cómo estás?— sonrió y me acercó un vaso de agua.—¿Quieres?
Se alejó un poco y me aventó el agua en la cara, no reaccioné violentamente puesto que no tenía ni las fuerzas ni las ganas. Su sonrisa creció cuando me vio débil.
—¡Ay por favor! ¿Está cansada la suprema? — dijo como si estuviera hablando con un bebé. — ¡Qué poca cosa! — soltó con desprecio. Rió y se acercó a mi lado, escuchaba cómo movía algunas cadenas pero dudaba mucho que fueran las mías. — Veamos si esto te anima un poco.
Las cadenas a mi lado se resbalaron y expulsaron un cuerpo el cual cayó al suelo con un quejido apenas audible. Mis ojos se abrieron levemente pero alcance a ver a Jared en el suelo, agonizando. Cuando reconocí sus alas abrí mis ojos por completo a pesar de que me costara toda mi energía hacerlo.
—Jared. — susurré. No sé de donde diablos tomé la fuerza para que de un momento a otro mi sangre bombeara por todo mi cuerpo y estuviera sacudiendo las cadenas.
Los ojos de Verno se abrieron de par en par cuando vio que las cerraduras se despegaban de la pared. Tomó las llaves y todo lo que había traído consigo y salió de la celda.
Prendió un interruptor que mandó cargas eléctricas a cada uno de los ángeles que yacían con las cadenas en sus manos y me detuve.
— Síguete moviendo y el único que sobrevivirá será él, lo juro. — advirtió Verno desde las rejas.
Mi mirada estaba cargada de odio lo que hizo que Verno volviera a su sonrisa habitual.
—¿Creíste que sería fácil? — su ironía caló hasta mis huesos. — Por cierto. Gracias de nuevo por haber matado a mi hermano.
Tomó la llave de Edom y la puso tras su espalda.
— No te vas a salir con la tuya. Te lo prometo, se lo prometo a Asmodeus y se lo prometo a ésta tierra. — Verno quitó la sonrisa de su cara y escuchó con atención a partir de que nombré a su padre. — Te mataré y no descansaré hasta que Dios me de el poder para matarte.
Verno sintió el empujón más yo no. Era una cosa de la que tendría que averiguar después.
Frunció su ceño y se retiró dejando las luces prendidas. Observé como Jared permanecía inmóvil mas su respiración me tranquilizaba.
De repente toda la fuerza que había adquirido se esfumó dejando sólo el cansancio y las marcas rojas en mis muñecas.
Recordé lo que pasó cuando Verno dijo que me regresaría el favor.
Lilith resultó salir ilesa, llegó en el momento adecuado pues Verno estaba decidida a asesinarme más sin embargo su madre paró el acto y le susurró una cosa en el oído lo que convenció a Verno de dejarme viva.
Lilith me sostuvo quieta y Verno se enfocaba en observar cada parte de mi cuerpo, a meditar y decir unos conjuros de vez en cuando hasta que en cuestión de minutos su cuerpo era como el mío pero menos definido y sus ojos era lo único que la delataba.
En mi mente sólo pasaba lo que había visto sobre la infancia de Baruck pero fue cuando me di cuenta de que Jared seguía en algún lugar del castillo y Verno iba a por él.
Pero cuando reaccioné ya era tarde, Lilith y unos demonios más me llevaban a una celda y todo se volvía borroso desde ahí.
Suspiré cansada, no faltaba mucho para despegar del todo la cerradura e ir a sanar a Jared. Hice un último y efectivo esfuerzo y caí en el suelo sin ninguna amortiguación, con un difícil movimiento desaté el cordón que se posaba en mis alas y me arrastré por el suelo hacia Jared.
— Jared. — Puse su cabeza en mi regazo y él entre abrió los ojos.
—¿Eres Emma? — preguntó con una voz ronca.
— Sí, lo soy. — aparté un mechón de su frente.
— Promete que no te irás nunca más de mi lado, Emma. — murmuró y cerró sus ojos escuchando.
— Lo prometo, Jared. — besé su frente y preparé todo el poder que pude para concentrarlo en mi boca.
Acerqué mis labios a los de él y con un suave toque y una lágrima resbalando por mi mejilla lo besé mandando todo mi poder de sanación en su cuerpo.
Podía ver la mejoría en su cara y en su físico y al ver que ya era suficiente me separé más agotada que nunca no podía ni mantenerme sentada por lo que Jared me tomó en sus brazos y me abrazó quedándose conmigo hasta que recuperara fuerzas.
Ey, Emma.
Fue un honor haber compartido el mismo cuerpo por unos días, aprendí muchas cosas de ti y me gustó mucho luchar contigo. Pero no es mi lugar, mi lugar es con Baruck y tú lo sabes... Y ahora que ya no está en éste mundo me iré con él para vivir la eternidad.
Recuerda que todos tenemos un punto débil, tu tarea será encontrar el de Verno y una cosa más.
Toma ésta espada, es un obsequio de Baruck.
Cada que me necesites tú sabes cuales son las palabras.
Hasta pronto.
Desperté lentamente y escuché todo en silencio, en mis brazos se posaba una funda de una espada y no tenía idea de cómo había llegado ahí pero de repente ya no sentía a mi otra yo conmigo.
In praeteritum non vivitur
Susurró en la habitación antes de desparecer por completo.
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Emma, la caída de un ángel (Saga Genus #1)
FantasiaEmma, un ángel de sanación, sacrifica su cómoda vida y con ello se une a los mortales por salvar la vida de su hermano, sin embargo, Milton, el ángel supremo del cielo del Sur, la busca mientras lleva una vida como mortal. Ella no sabe la razón y e...