Emma
No podía creerlo, no quería creerlo. Mi Jared... O tal vez él no era mío, nunca lo fue.
Corría por los pasillos sin detenerme a voltear, sentí la presencia de Jared detrás de mí y fue cuando aceleré mi paso. Me tiré por la barandilla y caí en pie sin flexionar nada, pero no me detuve.
—¿Emma? — dijo Helen cuando me vio pasar por su lado.
—¿Oye, Emma, estás bien? — preguntó Milton pero no me detuve.
— Emma, que gusto que hayas vuelto. — dijo Anton junto a Zianya quienes se abrazaban con tanto amor.
Mi cara era seria pero tenía coraje en ella, mis ojos estaban hinchados y mis labios apretados, caminaba sin pararme a contestar a algún ángel, mi visión sólo se enfocaba en la súcubo que hablaba pacíficamente con Leik mientras Pamela se veía algo incómoda con ella.
— Pero mi hermano no es tan malo como se ve, él es... — me divisó y se giró a mí con una sonrisa que ahora me parecía hipócrita. — Oh, ¡hola, Emma! — ni loca le dirigía la palabra, no paré mi caminar si no que aumenté mi paso y ella quitó su sonrisa y bajó su mano confundida. — ¿E-Emma? — dijo más confundida.
Con la rabia subiéndome por la garganta corrí lo que quedaba del camino y estaba dispuesta a derrumbarla. Dos brazos fuertes me sujetaron de los brazos parándome en seco, yo gruñía mientras la observaba con el odio acumulado.
— Alejate de él. — le gruñí con los dientes apretados y ella dio un paso atrás con el miedo reflejándose en sus ojos.
— ¿Qué está pasando aquí? — bramó Alejandro.
—¿Emma? — llamó Mason mientras me sujetaba del brazo.
Mi respiración era agitada, como si hubiera hecho mucho esfuerzo al llegar ahí. Ví como Jared bajaba por las escaleras detrás de Verno y me observaba con los ojos llorosos.
Negué con la cabeza levemente y los ojos se me nublaron, estaba dolida. Sabía que yo lo había hecho con Baruck, sin embargo era diferente, no era yo en realidad sino mi otra yo, y él sólo era Jared, lo había hecho por voluntad propia.
Si lo sigues mirando así Emma lo único que conseguirás será romperte más.
Mis ojos ardieron y apreté la mandíbula.
Vamos.
Me erguí pero mis hermanos no soltaron su agarre, observé a Verno y a Jared con dolor y después me zafé bruscamente de mis hermanos caminando a la puerta que daba con el jardín del almacén.
Cerré la puerta tras de mí y con ella como apoyo me dejé caer golpeando el asfalto. Mi barbilla tembló y mis ojos soltaron unas pesadas lágrimas.
Oye... No te pongas así, me duele verte así aunque no lo creas.
— Es tan triste estar sola. — sollocé abrazando mis piernas y haciéndome bolita.
Pero si tú no estás sola, Emma. Tienes a Mason y a Zayd, tienes a tus amigas, tienes a tus padres, tienes tu puesto en el cielo. Y sobre todo tienes la llave de Edom.
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Emma, la caída de un ángel (Saga Genus #1)
FantasiaEmma, un ángel de sanación, sacrifica su cómoda vida y con ello se une a los mortales por salvar la vida de su hermano, sin embargo, Milton, el ángel supremo del cielo del Sur, la busca mientras lleva una vida como mortal. Ella no sabe la razón y e...