Capitulo 5:

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—Lo siento-Giro mi cabeza hacía él, esta frustrado y cansado, parece haber tenido una charla larga con su pequeña hija, sus ojos están rojos, a llorado.

—¿Siempre le pasa?-Preguntó preocupada.

—Son pesadillas, son con frecuencia a veces pueden ser peores-Responde sin mirarme, esta sentado en el sofá con las manos entrelazadas, mirando a la nada, tal vez pensando en que hacer ante su situación.

-Jamas había visto a un hombre así, y vero a uno así me partía el alma, sin embargo yo también era como aquellas mujeres que les parecía tierno ver a un padre soltero. Billy jamas había sido tan atento con Max como lo era Justin con Mía. Billy y yo habíamos sido afortunados de tener a Max en nuestras vidas, en pocas palabras la razón por la cual Billy y yo habíamos tomado la decisión de estar juntos era por Max.
Mi matrimonio con él jamas fue el mejor, siempre peleábamos, incluso mi madre, Bob y medio mundo desaprobaba mi relación con Billy. Hasta un día en que recibió una carta en la cual debía marcharse a la guerra, y así fue se marcho para no volver a regresar, meses después yo había recibido una carta diciendo que Billy había perdido la vida en medio de la guerra, mi madre me decía que no debía llorar, que él no se lo merecía, pero yo debía hacerlo, después de todo fue mi esposo no uno como el que a mi me hubiera encantado que fuera, pero me había dado la oportunidad de tener un pequeño. Que lamentablemente años más tarde falleció tras ser atropellado.

—¿Que hay de tu esposo?-Preguntó Justin sacándome de mis pensamientos.

—Murió en medio de una guerra-Respondí con desdén.

-Él me miro con cierta sorpresa en su rostro, de seguro no pensaba que le respondería de esa manera hablando de mi esposo.

—¿No lo amabas?-Preguntó extrañado.

-Pensé mi respuesta unos momentos ¿lo amaba?. Si lo llegué a amar, cuando nos habíamos conocido por primera vez, pensé que él era el indicado pero con el casamiento todo fue lo contrarió.

—No-Respondí segura.

—¿Pero, te cásate con él?-Pregunta.

—Si, pero no era lo mismo-Me levante de mi asiento, tome un baso de agua se lo entregue.

—Que descanses, recuerda que tienes que tomar tus pastillas-Respondo.

—¿Como lo sabes?-Pregunta sorprendido.

—Lo acabo de ver en el refrigerador, mi madre también toma de las mismas pastillas que tu, entiendo el efecto es para tener un buen descanso-Le digo.

—Pero no puedo tomarlas debo cuidar a Mia-Dice apresurado.

—Yo la cuidaré, tu tómalas, debes salir a la oficina mañana mismo-Le ordeno.

—Que descanses Justin-Le digo antes de subir las escaleras.

—Que descanses _____-Susurra.

-Y la noche comenzó, había un pacifico silenció en la casa, Justin estaba durmiendo plácidamente, mientras yo estaba recostada en la cama de la pequeña Mia, quien hacía unos minutos había tenido una serie de pesadillas en las que sentía perder a su padre. Tanta ternura iba a acabar conmigo. Me levante con cuidado y mire las fotos que tenía la pequeña en una repisa en una esquina de su cuarto, estaba a lado de su padre en una fiesta la que parecía ser su cumpleaños número uno y en otras esta con su madre, aquella mujer no tan alta, cabello entre largo y corto color castaño y ojos que destellaban la malicia pura. Que extraño. Para ser una mujer tan bella, como pudo dejar a su familia y a su pequeña que tanto la esta necesitando. Como mi madre diría estas son mujeres de vida fácil. 

—Gracias por hacer el desayuno-Agradece una vez más Justin.

—No hay problema, aremos las compras-Sonrió.

—De acuerdo, si necesitas dinero en mi habitación en la mesa esta mi tarjeta de crédito, buena suerte-Me dice.

-Justin se agacha hasta la altura de Mia y le planta un beso en la frente.

—Te cuidas-Le dice Justin, mientras que con sus manos sostiene su cara.

—Tu también te cuidas Papi-Le dice la pequeña mientras le planta un beso en la mejilla.

-Mia toma de mi mano y Justin se marcha a su oficina, miro a Mia y le doy una mirada cómplice, le escojo su ropa y vamos a la habitación de Justin, donde tomo la tarjeta de crédito, subimos a mi auto, le coloco el cinturón y partimos juntas hacía el supermercado. 

—¿Que te gustaría tomar Mía?-Le pregunto a la pequeña que esta montada en el carrito del supermercado, para ser tan pequeña entendía a la perfección.

—Me gustan los Bebibles de Yogur-Responde con una sonrisa tierna.

—¿De que sabor?-La miro sonriente.

—Fresa-Responde emocionada.


Mamá Sustituta...

Mamá Sustituta »j.b«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora