-Camino a paso seguro por la secretaría de la empresa Bieber internacional, saco la pequeña tarjeta que yace arrugada, me acerco al mostrador y la chica que esta delante de mi me mira prestando atención absoluta.
—Buenos días soy _____ Underwood el señor Bieber me a citado aquí-Le digo con una amable sonrisa.
—Underwood así es el señor Bieber la esta esperando, solo suba por el ascensor hasta el piso 13 por favor.
-Agradezco tomo mis cosas y llego al ascensor marco el piso 13 y en cuestión de segundos llego, saco mi cabeza para mirar un poco salgo por completo y me topo con una chica rubia. ¿Acaso al Señor Bieber le gustan las Rubias?.
—Señorita Underwood por aquí-Dice la chica meneando su coleta conforme camina.
—Señor Bieber, la señorita Underwood esta aquí-Dice la chica por detrás de la puerta.
—Hazla pasar-Escucho.
-Le dedico una sonrisa a la chica, entro y con lo primero que me topo es con una pequeña de tal vez 4 o 5 años cuando mucho, esta sentada en la alfombra jugando con una pequeña muñeca.
—Señorita Underwood-El hombre por fin alza su mirada de su ordenador, muy apuesto, justo como lo describió la señora James, sus ojos estaban un poco rojos y se podía notar que estaba tenso.
—Buenos días señor Bieber, me han dicho que estaba buscándome-Dije mientras sacaba de mi bolsa unas cuantas hojas.
—Si, tengo entendido que usted es niñera ¿O me equivoco?-Pregunta.
—No, no se equivoca-Contesto.
—De acuerdo, requiero de sus servicios mi hija Mia Bieber necesita quien la cuide, mi amigo Chaz Somers la a recomendado, no tiene que mostrarme el curriculum lo eh leído-Dice mientras se levanta de su silla para ver mejor su estatura.
—Oh entonces quiere que cuide a la pequeña de acuerdo ¿Cuantas veces a la semana quiere que cuide a la pequeña?-Pregunto esperando una respuesta sensata, miro a la pequeña que se levanta corriendo con su padre y se esconde detrás de su pierna y me mira con un poco de timidez.
—De eso es lo que quiero hablar señorita Underwood-Sonríe mientras acaricia la cabeza de su pequeña hija.
—Quiero que usted sea su niñera permanentemente, el dinero no es problema, soy un hombre ocupado y necesito de alguien que cuide de ella, su madre la a dejado abandonada y yo no puedo prestarle toda mi atención, si pudiera lo haría claro pero no es así-Dice mientras me mira fijamente.
-Me quedo impactada, una niñera permanentemente, esto era algo muy poco visto en mi trabajo, sin duda aquel hombre de figura alta y apuesta se veía muy cansado y agobiado por lo que había dicho su esposa y madre de la pequeña los habían abandonado, mire a la pequeña estaba ahora al frente de su padre con una sonrisa en los labios, el tiempo paresia lento ¿sería bueno o no?. Había escuchado hablar de Justin Bieber, me había tomado la libertad de investigar un poco de él, su esposa lo había abandonado hacía dos años por infidelidad, era un hombre millonario, ocupado y su pequeña hija era cuidada por las mujeres vecinas con mayoría de edad.
—Como había dicho señorita Underwood el dinero no es problema-Vuelve a repetir.
—Acepto-Le digo antes de que pueda volver a decir algo más.
-Él parece sorprendido, su rostro cambia a una de agradecimiento, su tensión disminuye y toma mi mano dando un saludo.
—Muchas gracias señorita...
—______-Le digo dispuesta a que deje las formalidades.
—______, por favor dígame Justin y le agrade-seria que comenzara a trabajar hoy pues tengo justo ahora una junta-Dice mientras mira su reloj.
—Mi secretaría le dirá la dirección de mi hogar y le eh mandado a llamar a una mudanza para que lleve sus cosas a mi dirección-Dice mientras toma sus cosas.
—¿Espere una Mudanza?-Le pregunto impresionada. Tenía que vivir con él, iba a vivir con el hombre millonario de todo Portland.
—Si, usted vivirá en mi casa, ¿acaso no entendió que sería niñera permanente de Mia?-Dice con una sonrisa Juguetona.
—Yo...-No me da tiempo de hablar, pues solo se despide y desaparece por los pasillos hasta llegar a el ascensor, me encamino hacía la ventana y lo veo subirse a su Audi R8 para después desaparecer por la esquina de la calle Rosse.
-Me giro hacía donde esta la pequeña, que se encuentra mirándome con una sonrisa de oreja a oreja, le dedica una también, tomo su abrigo rosa y se lo coloco ella corre por su muñeca y la toma para después darme la mano.
—¿Tu serás mi mamá?-Pregunta con mucha inocencia de por medio, siento que mi corazón se acelera y a la vez se cae de tristeza, aun que no lo pareciera yo era una mujer de muchos sentimientos.
—No pequeña, pero seremos grandes amigas y nos divertiremos mucho-Le sonrió, a ella parece gustarle lo que le digo, tomo mi bolso y salgo hacía donde esta la secretaría para tomar las ordenes que Justin Bieber me a dado.
Mamá Sustituta...