Todo ha sido mi culpa

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Luego de que la ambulancia se llevará a Eileen, no dudé en recogerla al siguiente día.

- Mapache, amigo, ¿qué te sucede? - preguntó Mordecai al ver la cara de desesperación que llevaba aquel día.

- Ahhh - suspire - Ayer fuí con Eileen al bosque y...

- ¿¡Tubieron una cita!? - me interrumpió.

- No, no fue una cita.

- Ha y por eso estas triste...

- No, es que en el bosque Eileen tropezó y se lastimó mucho; ella está en el hospital ahora.

- Hay, amigo, ¿enserio?, pobre Eileen.

- ¿Me puedes cubrir para que pueda pasar por ella al hospital?

- Claro viejo, tu tranquilo - aceptó sin problema Mordecai.

Corrí y volteé, estaba Benson con Mordecai, seguramente preguntando por mi.

Luego lo ví alejarse, Mordecai lo tenía resuelto.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

Llegué al hospital y estaba muy nervioso, no sabía como y en que condiciones encontraría a Eileen.

- Nesecito saber donde esta una amiga. - dije a la enfermera detrás del escritorio.

- Claro señor, ¿Cúal es el nombre de la paciente?

- Eileen Roberts - contesté.

Me miró un poco seria - pasillo 3, Piso 4, con la practicante Gabriella Monrroe.

- ¿Practicante? - me preocupé.

- Aquí entre nosotros - se acerco a mi oído - es muy buena, es de otra ciudad y a pesar de ser practicante hace muy bien el labor de doctora.

- Ha, bueno Gracias.

- No lo olvide, pasillo 3, piso 4, con la practicante Gabriella Monrroe.

- No, gracias - me despedí con un leve movimiento de manos - ¿Gabriella Monrroe?, ese nombre se me hacía conocido.

Subí en el ascensor hasta llegar al pasillo 4.

- ¿De dónde conozco a esa tal Gabriella Monrroe? - pensaba hasta chocarme con una chica alta de cabello rosado con cepillo acolochado, muy parecida a Mordecai.

- Lo siento - dijo ella muy amable.

- ... - la miraba fijamente.

- ¿Gabriella? - pregunté.

- Ha, hola Rigby, pensé que no me reconocerías - comento.

- Hablo contigo a través de mensajes, - Es verdad, sostenía una amistad a larga distancia -  pero no creí que estuvieras así, has cambiado mucho...

- Viejo ya no soy la misma chica puberta de primer año.

- Jajaja - me sentía feliz - Sí... Oye, ¿tu tienes a una paciente llamada Eileen Roberts?

- ¡Ah, sí!, la chica de las fracturas.

- ¿Fr-fracturas? - dije preocupado nuevamente.

- Ehhh, sí fracturas... ¿Eileen es tu amiga?

- Sí, algo así...

- ¡Tienes novia y no me lo dijiste! - exclamo Gabriella un poco molesta.

- No, no, no es mi novia...

- Ah, de haber sido así me moriría por que no me lo contaste - decía sonriente - Además esta chica Eileen es muy agradable, ¡Es una buena chica!

- Sí.

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Gabriella me llevaba a la habitación de Eileen.

- ¿Por qué no me dijiste que estabas en la ciudad? - pregunté.

- Te iba a sorprender en noche buena, pero te adelantaste a la sorpresa, así que ¿¡sorpresa!? - decía en aire de broma - ¡Oh, mira es aquí!

Cuando Gabriella abrió la puerta, ví a Eileen sonriente leyendo un libro - aunque estaba con un yeso en su brazo y pierna derechos -.

- Ya veo que te ha gustado el libro Eileen - dijo Gabriella con una cara de satisfacción.

- Sí, me ha gustado mucho, ¡Gracias Gabriella!

- No hay de que, pero mira lo que traje ahora - me escondía atras de ella.

- Hola Eileen - dije sonrojado.

- Hola Rigby - saludó muy feliz.

- ¿T-te duele m-mucho? - pregunté.

- Duele, sí, pero no “m-mucho” - me molestaba ella.

- Jaja, ok - dije tranquilo.

- Ven acá - me llamó Eileen.

Me acerque a ella - yo llevaba un suéter azul turquesa - tomó de mi suéter y me vio sonriente.

«Quisiera besarla», pensé; pero Gabriella estaba ahí, sería incomodo besar al amor de mi vida frente a mi mejor amiga.

- Te amo - susurré al oído de Eileen.

Gabriella se había ido.

- ... - no contestaba, solo me miraba feliz.

Eileen me acercó aun más a ella.

- También lo hago - comentó al fin.

- Creo que Mordecai me ha hecho un bien - comenté.

- ¿Ah, sí?, ¿que bien?

- El obligarme a estar contigo cuando él quería estar con Margarita.

- A ti no te agradaba estar conmigo...

- No, pero ahora es lo que mas importa.

- Pues mira que sí ha hecho un bien de verdad - se arrecostó en mi hombro y le besé la frente.

- T-todo ha sido mi culpa...

- ¿Por qué lo dices? - me animaba Eileen.

- Por que no te hubieras lastimado más si no hubiera caído contigo en brazos.

- Si eso no hubiera pasado no me hubiera enamorado mas de ti.

- ¿Enamorado?, ¿a caso te, te gusto?

- No puedo creer esto - reía ella - ¿qué pensaste?, ¿qué era broma?

- Sí...

- Dime, ¿esto es una broma? - me besó.

- N-no - le di un segundo beso - Que bueno que esto no sea una broma...

Eileen & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora