Me desperté con un poco de frio una mañana en la cual se acercaba noche buena; levanté la mirada y noté algo muy peculiar, estaba nevando.
Para mi suerte desde que me había librado de los problemas era totalmente feliz; el mismo Rigby de hace dos años.
- ¡Mordo!, ¡Esta nevando! – exclamé al saltar a la ventana que tanto me había hecho sonreír.
- Mapache, ¿Vamos al café? – sonrió de igual forma Mordecai al sentarse en la cama.
- ¡Café Puesto que sí! – Saqué un suéter verde, el mismo suéter de hace dos años.
Bajamos las escaleras y vimos como Papaleta y Skips arreglaban el Árbol de navidad poniendo muchas esferitas de colores y colocando chuches en forma de bastones.
- ¡Buenos días Papaleta!, ¡Buenos días Skips! – saludamos al unísono.
Cambio de planes, pensé.
Algo que no había hecho en mucho tiempo era adornar un arbolito de navidad; esto despertó en mí las ganas de volver a hacer eso que tanto me agradaba.
- ¿Necesitan ayuda? – pregunté amable.
- ¡Eso sería maravilloso! – Saltó de felicidad Papaleta al ver como en cuestión de días había cambiado.
Skips, al igual que Mordecai, se sorprendió al ver mis intenciones.
- ¿Qué?, ¿No puedo ser amable alguna vez? – me vi.
Ellos me miraron sorprendidos una vez más, pero esa expresión disminuyo.
- ¡Claro que puedes! – rieron todos, Mordecai me sacudió el cabello.
Al oír todos esto, supongo que quisieron entrar; Musculoso y Fantasmano se habían unido también, y en cuestión de minutos terminamos aquel árbol cubierto de hermosas esferas y apreciables chuches.
Nos paramos frente al arbolito para contemplar nuestro trabajo.
- ¡Sí Hermano! – Chocó los cinco Musculoso con Fantasmano - ¿Quién dijo que solamente las mujeres podían hacer eso de "economía doméstica"?
- No, no es afeminado adornar un árbol de navidad, para nada – Celebró Fantasmano.
Me destiné a la puerta y al abrir me topé con una sorpresa.
Gabriella y Benson jugaban competitivamente a lanzarse bolas de nieve; aun no entendía como esos dos se llevaban tan bien.
Mordecai apareció tras de mí.
- Oye Benson – lo llamó con esa cara de celos que ponía Mordecai - ¿No deberías estar haciendo inventario o algo así?
Gabriella se volteó y le arrojó también una bola de nieve - ¡Relájate Celoso! – le gritó ella; esto me hizo reír mucho.
Mordecai bajó las escaleras del pórtico para armar una bola de nieve; esta, obviamente, me la arrojó a mí.
Sin razón alguna armé también una yo y se la lancé a Benson.
- ¡¿Y eso por qué fue?! – me gritó.
- Lo siento, lo hice sin razón – contesté.
Armamos un gran conflicto arrojándonos bolas de nieve sin razón aparente, lo cual era divertido, no era una pelea a muerte, o tal vez sí, era una pelea a muerte de la tristeza y la depresión.
Demasiado profundo, supongo.
Un auto apareció en medio de nuestra "Guerra a pena de muerte de la tristeza"; ese auto puso un tiempo entre el cuarte donde me encontraba.
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Eileen & Yo
FanfictionJusto creí que entre ella y yo no pasaría nada, pero un día la ví mas linda que nunca, y paso el tiempo y ella se volvía cada vez mas parte de mi...