Extrañas

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Ahora todo se había ido abajo.

Luego del funeral de Jeremy llevé a Eileen a su casa, ella estaba cansada, la arrecosté en ella para que durmiera.

Eileen me vio.

«Creo que no voy a seguir con esto», me dijo, mas no sabía que esas palabras serían las ultimas que oiría de ella en mucho tiempo.

Eileen y yo habíamos permanecido sin vernos, ya hacían dos meses.

- Viejo - me miró Mordecai en un día soleado (Aunque para mi seguía siendo nublado) al verme casi recuperado - ¿Por qué no me dijiste que Eileen y tu salían?

- Porque no quería ser tu objetivo de burlas - contesté tomandome de la cabeza.

- Rigby, perdón...

- ¿Perdón?

- Sí, porque aveces me comporto como un idiota contigo, y pensaste que si me lo contabas solo te iba a criticar, lo siento, de verdad...

- Esta bien - fingí una sonrisa - igual esto no termino muy bien que se diga.

- Y pensar que tanto la amas - agachó Mordecai.

- Amaba - balbuceé.

- ¿Qué?

- Amaba... Mordo, ¡Ya no puedo seguir creyendo que Eileen vendrá a buscarme, que dirá que lo siente, que me amará de nuevo!, Porque, ¿sabes algo?, esos son típicos clichés de historias románticas que no suceden en la vida real, típicos clichés que son una vaga y pobre ilusión.

- ... - Mordecai guardo silencio.

- Y no puedo buscarla - añadí rompiendo el incomodo silencio - Le voy a parecer desesperado si lo hago.

- Realmente lo estás, estás desesperado por ella, ¿quieres que te le recuerde? - me miró Mordecai un tanto frustrado - dejaste de comer por dos semanas, tu no haces esas estupideces, y lloraste como un bebe luego de que Eileen te cortara después del funeral, Viejo, admitelo, te duele, la amas, no te hagas el fuerte cuando hasta un niño es mas fuerte que tú.

- Ahhh... Lo sé, es solo que temo que me rechaze.

Me palmeó la espalda y sonrió.

- Es probable - dijo Gabriella que había entrado desde la cocina llenando unos formularios médicos - pero de esa forma jamás sabrás si ella quiere estar contigo o no.

Me sentí aliviado por los comentarios de mis mejores amigos.

- Así que Rigby - agregó Mordecai - atrevete, y si te acepta, se feliz, disfruta, es tu momento.

- Y si te rechaza - continuó Gabriella - ya veremos que podemos hacer por ti, tu tranquilo que nos vamos a encargar de que superes todo esto.

- Gracias, de verdad - agradecí.

- Ahhh, es lo menos que podemos hacer - comentó Mordecai en aire bromesco.

Subí las escaleras y busqué un abrigo por si regresaba tarde y por la noche, es solo que no lo encontraba, por tanto buscar no encontré el abrigo así que me fui sin nada mas que la confianza que había recibido.

- Bueno, ¡vamos allá! - dije con ánimos hasta llegar a la puerta y... Quedarme ahí.

- Gabriella - la llamé dándome la vuelta.

- ¿Que pasa Rigbone? - preguntó mirando los formularios médicos.

- ¿P-podrías llevarme?

- ¿Llevarte?

Eileen & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora