Feliz Navidad, Jeremy... ¿Jeremy?

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- Bien, Ahora dime una barbaridad que hayas cometido cuando eras una niña – le dije a Eileen al estar sentados en un círculo con Gabriella, Mordecai y Benson (Pasaba la mayoría de veces con Gabriella, aun no entendía el porqué).

- Bien, cuando tenía 12 estaba en un funeral –mofó tímidamente.

- ¿Qué tiene de Gracioso? –carcajeó Mordecai también.

- Lo que sigue – continuó Eileen – Recuerdo que estaba con unos niños de 8 o 7 años, y el de 8 estaba ¿"lindo"?, oh, no esto es vergonzoso – se tapó la cara con sus manos y sonrió.

- ¿Y?, Sigue – le pidió Gabriella.

- Él me dijo que le gustaba y yo le dije lo mismo – Se sonrojó.

- ¡Eras una asaltacunas! – bromeó Gabriella.

- Oh, cielos – reí.

- ¿Te calló la indirecta BENSON? – dijo Mordecai molesto al ver a Benson sentado al lado de Gabriella.

Gabriella se sorprendió.

- Bien... ¡Es el turno de Benson! – interrumpió ella a Mordecai.

- ¿Quieres verlos pelear o quieres ir afuera antes de la cena de noche buena? – le pregunté a Eileen susurrando.

- La número dos – me susurro.

Nos escabullimos y salimos afuera.

Sentados en la nieve mirábamos el paisaje que traían los pinos bañados de la misma.

Viendo a Eileen sonreír despacio no dude en preguntar el porqué de esa hermosa sonrisa.

- ¿En qué piensas?

- En... En nada – me dijo cortante sin verme.

- ¿Eileen?

- Me recuerda a Jeremy, la nieve, antes jugábamos mucho con ella, cuando éramos niños – sonrió – Recuerdo que una vez hice un muñeco de nieve con el adentro; y se me olvidó, el pobre pasó toda la noche en la nieve, hasta que me acordé de él como a las 2 de la madrugada.

- Eso es triste – bromeé.

- No tanto como que se haya ido para no volver – dijo Eileen.

- Tranquila – la rodeé con mis brazos – él siempre estará aquí.

- O Literalmente esté aquí – dijo una voz cuyo proveniente desconocía.

Al tomar la decisión mi cerebro de voltearme a ver el sonido captado, nunca me imaginé que lo imposible irónicamente se hiciera posible; como si Eileen al decir esas palabras realizara actos de tanta fe para devolver vidas.

Lo que vimos fue a Jeremy.

- Y-yo no uso Estupefacientes, ¡¿Por qué diablos estoy viendo esto?! – exclamé.

Eileen solo miraba.

- Tranquilos, soy real, nunca morí – dijo.

- Oh, genial, estoy Requetocado, ¿Por qué bebí ese vino tinto que tus padres me dieron?

- Viejo, estas tan cuerdo como yo – dijo Jeremy.

- Eileen, si me meten a un manicomio...

- No – me interrumpió ella – yo veo lo mismo que tú.

- ¡Madre!, ¿Nos drogaron?, ¡GABRIELLA SHEST MONROE!, ¡¿QUE LE PUSISTE A LA LASAÑA?! – Grité.

- No, tranquilos, yo soy real – dijo él – enserio, nunca morí, jamás me fui.

Eileen & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora