Capítulo 11

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-Te recogeré en donde te dejé hoy en la mañana
-Jack, no tienes que venir por mí- repitió
-Voy en camino, no te preocupes- él colgó y Leda guardó su celular en el bolsillo.
De verdad no quería molestarlo, pero él fue el que la llamó y se ofreció a llevarla de regreso a casa.
Annie iba conduciendo y Leda a cada rato veía por el espejo retrovisor, como creyendo que las seguían.
En un rato llegaron de regreso a la Universidad, en el lugar en que vería a Jack.
-Gracias Annie- abrió la puerta –Te agradezco mucho que me llevaras y trajeras
-No me agradezcas, ¿te veo mañana?
-Seguro, adiós, descansa- Leda se bajó del auto y cerró la puerta tras ella
-¿Segura que no quieres que espere contigo?
-Estaré bien Annie, Jack no tarda
-¿Segura?- sonaba insegura
-Completamente- subió al andén y se despidió con la mano de su compañera.
Los postes de luz estaban encendidos, pero no había señal de vida así que Leda decidió sentarse en el suelo a esperar.
Al otro lado de la calle, el bosque con pinos se imponía e irradiaba oscuridad.
Sola por la noche en un país desconocido, Leda se puso a pensar en todo lo que le había pasado ese día. De un momento a otro veía gente muerta y no sabía porque; no recordaba haber visto nada así jamás, ¿acaso el lugar tenía algo que ver?
Se preguntó si cabía la posibilidad de que siempre había tenido la capacidad de ver lo que veía pero hasta ahora pudo darse cuenta de que veía a vivos y muertos, ¿ahora como sabría cuando veía a un vivo o a un muerto? Ambos eran demasiado reales.
Pensó en Daniel, él lucía normal, tal vez lo único que podía hallar de diferencia entre Dany y el resto era el tono de piel; el niño era en exceso blanco.
-Dios, ayúdame- cubrió su rostro con sus manos y cuando las retiró le pareció ver movimiento en el bosque. Se paró para ver mejor y se dio cuenta que una persona se acercaba corriendo. ¿Vivo o muerto? No veía las facciones del rostro de la persona, pero corría rápidamente y cuando estuvo lo suficientemente cerca de la luz de un poste, se concentró para ver bien y distinguió a una chica jóven que probablemente vestía una falda corta, la cual, ondeaba con el movimiento de sus piernas al correr.
Ella no se veía, pero sabía que su piel debía estar pálida. Retrocedió un poco; pensó que ese espíritu no era bueno como el de Daniel; ella sentía que ese espíritu si la lastimaría. Se asustó mucho porque no podía moverse. Estaba horriblemente paralizada.
En el instante en que la chica alcanzó la mitad de la calle, la camioneta plateada apareció con las luces plenas encendidas. Si hubiese estado viva, la habría atropellado.
Leda se quedó con los ojos apretados para no sentir apenas el fantasma se lanzara sobre ella, pero al abrirlos ya no había ni rastro del mismo.
Pensó en lo torpe que debía verse, sosteniendo su mochila como si fuera un escudo y con los ojos entrecerrados.
-Hola- la saludó Jack una vez ella estuvo dentro de la camioneta en el asiento del copiloto con el cinturón abrochado -¿Todo bien?- la vio de reojo
-Sí- dijo simplemente, pero era obvio que mentía
-¿Segura?- dio otra oportunidad el chico y Leda dudó en qué iba a decir. Obviamente no podía simplemente decirle que estaba viendo muertos porque si hacía eso iba a terminar siendo una paciente del nivel tres
-Estoy cansada- se inventó una mentira boba
-Estás pálida- la corrigió y maldijo el no tener algo de azúcar con ella
-Sólo es cansancio, fue una noche agitada- pronto recordó lo que había ansiado con preguntarle todo el día y noche –Jack- llamó
-Mm- articuló él mientras ponía las direccionales
-Hoy mientras hacía unas tareas en la biblioteca encontré algunos periódicos y venía una chica llamada Helen Marrise, sólo que faltaba parte del periódico y no pude leer la noticia completa- creó la mejor mentira que pudo -¿Qué le pasó?
-Murió desangrada en el bosque
-Pero, ¿la mataron o qué pasó?- no cooperaba
-No sé mucho más que los del periódico- se decepcionó –La conocí- aceptó
-¿Tu crees que la mataron?
-Sí, no sé quien ni porqué, pero no creo que se suicidara ni nada por el estilo
-¿Eran amigos?- se arrepintió de inmediato –Perdón, no contestes, me come la curiosidad pero no es de mi incumbencia- volteó hacia la ventana sonrojada
-Entiendo- hizo una breve pausa –No puedo decir que era mi amiga, simplemente la conocí y pasé... Rato con ella
-¡Oh Dios!- exclamó sabiendo lo que rato significaba
-¿Qué?
-De verdad no tenías que decirme- él soltó una carcajada.
Leda habló un poco con él y le contó algunas de las cosas que hizo. Se distrajo lo que creyó que fue solo un poco de tiempo, pero fue tanto que no se dio cuenta de la hora a la que llegaron.
Entraron y Jack puso seguro en la puerta.
-¡Llegaron!- Meridia los abrazó a ambos -¿Cómo les fue?
Antes de que ninguno contestara, se oyeron varios vehículos afuera. Leda se asomó por la ventana de la sala y vio a alguien en una motocicleta y una camioneta Ford Ranger de 1993 blanca con azul. Jack también se asomó.
-Ya vengo- ignoró la sorpresa de su madre y salió de la casa
-¿Qué tal tu día?- le preguntó Meridia –Tuve una reunión de lo más aburrida, espero que tu día haya estado mejor
-Fue entretenido- admitió –Hicimos varias cosas y me agradó mucho
-Que bien, acabo de llegar hace un rato y me siento como muerta- retiró sus tacones –Sírvete si quieres comer algo
-Gracias, Mery- pero no tenía hambre.
Meridia se subió a su cuarto y Leda al de ella; se empezó a cambiar para ponerse el pijama. Afortunadamente ya había hecho sus tareas, así que podría descansar.
Dio una vuelta por el cuarto y se asomó por su ventana; afuera, estaban los cuatro chicos: Jack, Connor, Griffin y Nicholas, los reconoció por el color de su pelo aunque el que supuso era Nicholas llevaba puesta una capucha así que no estuvo cien por ciento segura de que era él.
Mientras estaba asomada por la ventana, recordó los periódicos que tenía en su mochila, así que regresó a su cama y ahí sentada, se puso a buscar algo de Helen Marrise. Por la ventana, los vehículos arrancaron y poco a poco se alejaron, pero Leda nunca escuchó a Jack entrar.
Periódico tras periódico se cansaba más y justo cuando iba a guardarlos encontró lo que quería: un titular en que daban a conocer que Helen estaba desaparecida.
Desaparece la joven Helen Danielle Marrise Johnson, estudiante de Biología de primer semestre.
La chica de diecinueve años de edad Helen Marrise, una linda porrista rubia, de rostro fino y ojos miel, desapareció el pasado Viernes 17 de Marzo tras tomar una última clase que terminaba a las 8 p.m. La chica se dirigía a su vehículo en el estacionamiento del campus en donde la esperaban sus amigas pero ella nunca se llegó a reunir con ellas. "Helen tomó su última clase, pero tuvo que ir al baño unos minutos antes de que terminara; nos pusimos de acuerdo para ir a una fiesta a la que ella nos llevaría pero ella nunca se reunió con nosotras después de la clase" le dijo su amiga Jenny a la prensa.
Sus compañeras la esperaron por horas pero pronto supieron que algo andaba mal cuando les dieron las once de la noche esperando (tres horas después de lo acordado).
La nota era pequeña, pero el titular enorme y visible; más abajo describían a Helen y a un lado venía una foto para identificarla.
Se parecía demasiado a la chica que corrió hacia ella cuando esperaba a Jack. Demasiado

I R R E A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora