I R R E A L

Capítulo 31

-Hola- saludó tímidamente –Me llamo Leda Arias, soy de intercambio, voy en quinto semestre de medicina, tengo veinte años y me gusta mucho el teatro
-Soy Jenny Blake- si era entonces –Estoy en biología pero voy en séptimo, tengo veintidós años- la chica era de cabello negro, piel bronceada y flaca; usaba un copete que le llegaba arriba de las cejas
-Ahora que todos nos conocemos un poco más, entonces nos llevaremos mejor y pasaremos un tiempo más ameno- aplaudió –Me gustaría que practicáramos un poco la lectura del diálogo antes de comenzar nuestras audiciones- el maestro parecía un personaje de una caricatura, pero aun así era agradable.
Pasada media hora mientras todos se presentaban, se pasaron el resto leyendo los diálogos, dando a cada alumno un personaje y quien no estuviese conforme estudiaría y haría su audición el martes y quien en ese momento tenía el papel, lo defendería con esa audición (a no ser que quisiera otro).
La dinámica no era complicada y la obra "Azufre" era una tragedia cuyo tema principal era la traición.
La obra consistía en tres caracteres principales, tres mujeres, supuestas amigas incondicionales y un personaje masculino que hace que se libere la tensión sobre ellas. Pronto, las cosas se ponen intensas y las chicas, al ver que él no pone ni el mínimo de atención en ellas, exceptuando a una, las dos restantes empiezan a planificar la muerte del chico.
Pero cuando la tercera se niega a dejarlas, optan por eliminarla a ella primero. Siendo el final muy sangriento mientras las dos sobrantes se disputan en una pelea que acaba con sus vidas.
El diálogo había sido escrito por uno de los maestros de lingüística de la Universidad y había permitido su presentación.
Había que admitir que no era el manuscrito favorito de ninguno, pero tenía potencial y representaba un reto para todos en aquella habitación.
Cuando la sesión estaba terminando, cada quien se apuntó para un rol, llegando a la ventaja de que sólo Amy Donovan y Jenny Blake pelearían por el papel de la enamorada del personaje de Gray. A Leda, por otro lado, le gustaba su papel de sínica y maniaca; esta vez quería ser villana.
-Que casualidad- canturreó Gray mientras todos tomaban sus pertenencias para salir del teatro –Nos encontramos de nuevo, pero las circunstancias son mucho mejores a las que estuvieron cuando nos conocimos
-Ajá- aceptó simplemente
-Aunque te ves diferente- lo vio a la cara
-¿Diferente como?- inquirió fulminándolo seriamente
-Cansada, ¿te sientes bien? ¿Quieres ir a tomar algo?- su tono de voz con interés fingido era muy molesto para ella
-Estoy bien y no, gracias, estoy ocupada- caminó hacia fuera del teatro pero aún no podía quitárselo de encima
-Insisto en que...- el timbre de un celular lo calló; era el de él, pero ella aprovechó para alejarse lo más que pudo del chico.
Si bien la soledad ya no era su voluble amiga, la prefería cien veces antes que a Gray. Él podía ser muy amable, pero a ella simplemente no le daba buena espina.
Apenas se dio cuenta, Leda se encontraba en la cafetería tomando un insípido café.
Estaba muerta de sueño, quería llegar y aprovechar el día para tomar una buena siesta. Nuevamente se reportó con un mensaje y se decidió a tomar un autobús que la acercara a la casa.
La luz del sol la protegía y se sentía libre de cualquier mal; no tenía esa pesadez permanente con la que ahora mantenía y estaba contenta por ello, así que sin esperar a que contestaran se subió al autobús indicado y se la pasó viendo por la ventana y cabeceando un poco por el cansancio.
Al llegar, abrió la puerta y el par de akitas la recibieron eufóricos mientras meneaban sus colitas y se paraban en dos patas para alcanzarla.
-Hola, preciosos- los saludó con caricias -¿Cómo están estos dos hermosos?- besó sus coronillas con cariño, tomó agua y subió a su cuarto para ponerse cómoda.
Cerró la puerta una vez los perros estaban dentro con ella y comenzó a retirar su ropa para ponerse algo más simple para estar en la casa; una sudadera negra y un pantalón del mismo color, junto con sus babuchas, medias y un par de trenzas simples y desordenadas.
Acomodó las cobijas y se metió en la cama, abriendo espacio para Toby y Tony en ella, quedando Toby a su lado derecha y Tony sobre las almohadas, en la cabecera de la cama.
Quedó casi rodeada de los perritos y se sintió realmente cómoda y segura; dejó la cortina abierta para que la luz entrara, se volteó dándole la espalda a la misma y se quedó profundamente dormida.
Fue la primera vez en mucho rato que realmente podía y lograba descansar. Tuvo varios sueños y todos fueron lindos así que no hubo problema alguno.
Era normal que ella se moviera mientras dormía, sin embargo, esa vez se movió un poco más de lo normal. Se despertó sintiendo dolor en las extremidades, específicamente en la parte alta de sus piernas y antebrazos; dolía bastante.
Lo que la despertó fue el timbre de su celular y cuando lo recogió se dio cuenta de que tenía como veinte mensajes y cinco llamadas perdidas, todas pertenecientes a los muchachos y esa última era de Meridia.
-¡Bendito Dios! Creímos que te había pasado algo, ¿por qué no contestabas? ¿Pasó algo?- estaba agitada
-Mery, estaba tan agotada que llegué y me quedé dormida apenas toqué la cama, lo siento- se disculpó mientras sobaba sus ojos.
Hablaba con Meridia cuando oyó ruidos en la casa. No de nuevo, fue su primer pensamiento, pero ni siquiera le dio tiempo de pararse cuando Connor abrió la puerta de su cuarto de golpe.
-Aquí estas- dijo triunfante y Leda quedó por un momento envuelta en una confusión tratando de hablar con Connor a la vez que contestaba a Meridia por el teléfono.
Total, Meridia iba de regreso a la casa, entonces colgó para manejar.
-Jamás me había quedado dormida tan rápido- salió de la cama y los perritos la arremedaron
-Jack, Nicholas y Griffin no tardan en llegar también- aparte de Meridia, supuso –Griffin dice que encontró algo importante y quiere mostrarnos, dice que es realmente importante
-¿Qué pasó?- estaba ansiosa -¿Algo como qué?
-No dijo mucho, pero él asegura que es muy importante
-Bueno- mordió su labio inferior y el sonrió
-¿Nerviosa?
-Eso creo, sí, bastante- divagó
-Pediré una pizza para comer todos ahorita- se levantó y la dejó sola.
Se lavó la cara y mientras estaba en el baño escuchó gente llegar, así que se secó el rostro y salió al pasillo en su encuentro.
-Hola, linda- Meridia besó la cabeza de Leda y siguió hasta la cocina por un vaso de agua.
En la entrada, Jack y Nicholas tenían los pantalones y las botas militares sucias con tierra y lodo en los costados, sus rostros estaban sucios también y tenían algunos ligeros cortes. Leda supo que eso debía atribuirse al favor de Krystal y se sintió mal porque mientras ellos realizaban quien sabe que tarea peligrosa, ella dormía.
Una vez los tres chicos, Mery y ella se juntaron en la sala, comenzaron a comer la pizza y casi al instante llegó Griffin.