Capítulo 6

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Efectivamente, Annie era familiar del director de la  Universidad; para ser exactos, era su sobrina.
-¿Y qué tal te va con eso?- preguntó Leda comiendo un emparedado
-No es tan problemático, de vez en cuando sí, pero no siempre- ella se comía unas galletas pues tenían una hora libre –Es difícil tener que demostrar todo el tiempo que estoy aquí porque me lo gané no por mi tío
-No tienes que demostrarle nada a nadie- aconsejó Leda –Tú sabes porqué estas aquí
-¿Qué harás al salir? Es decir, en la tarde antes de las prácticas
-Bueno, la mujer con que me estoy hospedando me dio la opción de trabajar con ella en las tardes de los lunes y viernes, pero ella tiene una junta hoy, entonces empezaré el viernes- la cafetería era grande y no había mucha gente en ese momento
-¿Regresarás para pasar la tarde a la casa o te quedarás
-No tengo ni idea, es bastante tiempo- hizo una pausa –Pensaba hacer alguna tarea o algo
-Podríamos dar una vuelta por el campus- la idea le atraía; los edificios terracota eran bonitos pero comunes, sin embargo, alrededor se levantaba un lindo bosque lleno de pinos y le gustaría aprovechar que ese día el frío no estaba tan fuerte –Es muy agradable y no nos alejaremos casi nada, obviamente
-Creo que me gusta más esa idea- sonrió
-Si, la tarea es para el jueves, hay tiempo- ambas se pararon y comenzaron a caminar por el campus y Annie le mostraba un par de cosas –Es un lugar muy bonito, ¿verdad?
-Me encanta- confesó y de un momento a otro, bajo ellas ya no había baldosa ni cemento; sino hojas, césped y tierra
-Sí, está el lago Auke y una bahía, principalmente para los del área de biología marina
-¡Súper! ¿Es cierto que hay osos polares por acá?- Annie rió
-Bueno, se aparecen en ciertas temporadas- empezó ella, pero Leda vio algo que llamó su atención y pronto dejó de oírla.
En un árbol, había una marca tallada, pero no era cualquier cosa; no eran garras de algún animal que marcaba su territorio ni nada por el estilo. Era un dibujo.
En el tronco de un pino se encontraba trazado un pentagrama invertido dentro de un círculo. Leda tuvo tentación de tocarlo, pero sabía lo que era ese símbolo. Se giró para hablar con Annie al respecto y en el proceso, algo negro y enorme cruzó por su vista, asustándola.
-¡Aah!- gritó sacudiendo su pelo para que el insecto se alejase. Odiaba los insectos.
-Es una mariposa- avisó Annie y el bicho se paró sobre el tronco marcado. Era una horrible mariposa enorme y negra; y había más de una revoloteando
-Odio los insectos y odio las mariposas, son horribles- dijo sacudiéndose un poco más. Sólo para asegurarse.
-No es como si fuera venenosa- Annie se acercó
-Lo sé, es que son horribles y me asustó- se calmó –Es que yo estaba viendo eso- señaló el pentagrama y Annie pareció palidecer un poco
-De... deberíamos irnos- tembló ligeramente
-¿Porqué hay un símbolo como ese aquí? ¿Hay sectas?-le dio mucha curiosidad saber de eso.
No le extrañaba, había leído que en Norteamérica eso era muy común. Terriblemente común.
-Creo que ya sabes la respuesta- repuso Annie –Pero ninguna de esas cosas es cierta, los símbolos los ponen chicos que no tienen nada que hacer
Leda se quedó viendo el árbol y el símbolo, pero principalmente las mariposas. No quería que se acercaran.
En la parte baja del tronco, casi en el suelo, había una mancha café y Leda no pudo evitar acurrucarse a inspeccionar.
-¿Qué es eso?- le preguntó Annie
-No sé, ¿barro?- pasó sus dedos por encima de la mancha pero esta se quedó en su lugar y sus dedos limpios –Esta seco
-Leda, deberíamos irnos- la castaña la miraba impaciente –No entra mucha luz aquí por los árboles
-Huele a...- reconocía ese olor. Lo olía cada vez que en una práctica necesitaba una muestra, o cuando llegaba gente con heridas abiertas –Sangre
-Leda, por favor- rogó Annie y ella coincidió. No quería estar en ese lugar ni un minuto más, a pesar de que la curiosidad y el deseo de saber fueran extraordinariamente fuertes.
Caminaron de regreso y ahí se dieron cuenta de cuanto se habían alejado; Leda no quería decir nada a Annie, no quería ponerla nerviosa pero ella tenía ese sentimiento de que las veían desde lejos. Tenía ese horrible sentimiento de una mirada en su espalda y cada crujido la tensaba y le erizaba la piel.
-¿Oíste eso?- Annie frenó el paso y comenzó a ver alrededor –Juro que oí algo- Leda agradeció que ella también oyera algo porque eso significaba que no estaba loca.
-Yo también lo escucho- aceptó. Eran pasos y se acercaban poco a poco –Ven acá- Leda jaló a Annie y se quedaron tras el tronco de uno de los pinos hasta que ya no oyeron nada.
-Creo que ya podemos salir- susurró Annie
-Creo que si- se asomó pero no vio nada -¿Vamos?
-Cuanto antes mejor
-Bien- separaron sus cuerpos del tronco y dieron un par de pasos hasta que alguien las detuvo.
Annie gritó horriblemente y Leda lanzó un par de patadas y rodillazos. Sus ojos y boca estaban cubiertos.
Una de sus patadas logró conectar bien y la soltaron bruscamente, haciendo que cayera al suelo sobre su espalda.
-Espera, tranquila Leda- Annie la tomó de los hombros mientras ella pataleaba un poco más. Alguien maldijo desde el suelo, a sus pies –Los conozco- su corazón empezó a recuperar el ritmo cardiaco normal y se sentó para ver a sus atacantes.
Eran dos chicos; gemelos. Altos, robustos y de cabello oscuro.
-Ellos son Adam y Gray- el segundo estaba acurrucado en el suelo, con la frente recargada en el piso
-Buena patada- dijo y supuso que su golpe había alcanzado el mismo resultado de una castración
-Patanes- ofendió mientras se paraba –Te lo merecías- no se disculparía por nada del mundo
-Ella tiene razón, son horribles- comentó Annie con inocencia
-¿Horribles? Son unos malditos cretinos- retrocedió para alejarse lo más que pudiera de ellos
-¿Estas bien hermano?- Gray finalmente pudo pararse arduamente –No pretendíamos asustarlas tanto, sólo caminábamos por el rumbo y las vimos
-Tranquilos- Annie se acercó a Adam y se saludaron con un beso en la mejilla. Ahí había algo. Luego, se acercó a ella y estiró su mano pero ella la alejó.
-No me toques- espetó con mala cara
-Relájate Leda- pidió Annie –Mejor volvamos
Los cuatro caminaron de regreso al Campus, pero Leda no se molestó en acercarse a ellos. Ella caminaba con mínimo cuatro metros de distancia entre ella y los demás.
Le parecía patético estar molesta por el susto, pero la verdad, estaba molesta porque quería saber lo que había pasado allí y ellos habían arruinado el momento con su aparición.
-Ya dijimos que lo sentíamos- iba diciendo Gray (y lo reconoció vagamente porque no iba cuchicheando con Annie). Ella simplemente lo ignoró.
Se puso a analizar: pentagrama, sangre y la mariposa. La mariposa se creía era mal augurio o señal de muerte; el pentagrama era considerado un símbolo satánico y era utilizado por diversas sectas para hacer magia negra; y sangre, podría ser de un gato, rata, ardilla, ave o cualquier otro animal que podría haber sido la víctima de algún tipo de sacrificio.
En ese momento comprendió que no debía confiar en cualquier persona y recordó la frase que había dicho su padre por teléfono: Uno nunca termina de conocer a las personas.

I R R E A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora