Capítulo 7

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Pasó la tarde del lunes, su primer día, en la biblioteca del campus realizando sus tareas a pesar de que eran para entregar el jueves.
No tenía ganas de salir al bosque de nuevo, al menos no con compañía como la de Adam o Gray. Incluso la de Annie.
-Adam dice que vayamos a almorzar algo, ¿quieres?- mientras Leda hacía tarea y consultaba un par de libros, Annie enviaba mensajes de texto y separaba su vista del celular solo de vez en cuando.
-Gracias, pero me gustaría terminar esto- no le faltaba prácticamente nada pero no sentía confianza como para ir a almorzar ni con Adam ni con Gray. Al contrario, mientras más lejos, mejor.
-Leda es tu primer día, ¡relájate!- Annie le caía bien, eran Adam y Gray los que no le agradaban para nada –Nos asustaron, sí, pero eso no quiere decir nada- odiaba pensar que tal vez tenía razón
Tal vez, y solo tal vez, estaba siendo exagerada; solo había un problema ¿conoces ese sentimiento de que no te cae bien alguien y, a pesar de que no sabes porqué, solo te cae mal o no te agrada solo porque sí? Así se sentía Leda
De repente algo se iluminó en su cerebro.
-Dame un minuto- Annie pareció desconcertada, pero ella se paró y caminó por los estantes hasta que llegó a uno en que acumulaban algunos ejemplares del periódico escolar.
Tomó todos los que había; debían ser unos veinte o un poco más. Los registró como préstamo con la bibliotecaria y los metió en su mochila. Moria por revisarlos todos y también sacaría el tema a flote en el almuerzo para que ellos le contaran lo que sabían.
-¿Qué fue eso? Te paraste de golpe, de veras creí que no ibas a aceptar- Annie estaba un poquito perpleja
-Ya acabé lo que hacía y estaré un poco más libre para realizar otras tareas o pasar el rato- fingió inocencia, pero lo que quería era saber un poco más acerca de las sectas de esa Universidad
-De acuerdo- dijo con un poco de duda pero al final salieron de ahí rumbo a un pequeño local de comida rápida
-¡Vinieron!- no reconoció cuál de los dos era, si Adam o Gray, aunque lo supo de inmediato pues podía apostar que el de la derecha era Adam dado que Annie se lanzó a sus brazos apenas lo vio. Patético.
-Hola- saludó Gray, ambos veían al par incómodamente
-¿Segura que querías que yo viniera?- le preguntó Leda a Annie, pensando en que tuviera en mente algún sucio y macabro plan conocido como "cita doble".
En su opinión, las citas dobles eran una porquería; no había nada de divertido en salir con tu pareja a ver a otra pareja, además, ¿quién ha asistido a una cita doble que no consista en celar a la otra pareja? Nadie y si alguien dice que no le pasó, es porque a él no era al que trataban de celar.
Leda no tenía casi nada de experiencia en cuanto a relaciones; le habían gustado chicos a lo largo de su vida y sabía reconocer cuando uno tenía lo suyo, pero no había pasado de ahí más que en una ocasión y no había sido para nada divertido.
Leda observaba cada movimiento de los gemelos y notaba que Adam no paraba de mirar el trasero de Annie. ¿La quería realmente? Porque ella si parecía ilusionada con él. Gray por otra parte, parecía inofensivo. Parecía.
-¿De qué quieren la pizza?- preguntó Adam siendo falsamente encantador
-Mm...- Annie estaba sentada a un lado de Leda y frente a Adam -¿Les gusta la hawaiana?- tenía que ser
-Está bien- accedió Adam –Pero a Gray no le gusta, ¿A ti Leda?
-Tampoco- se encogió de hombros y Gray optó porque Adam y Annie pidieran una pizza hawaiana y ellos una de champiñones con jamón
-¿Ya no estas molesta?- preguntó Gray y ella le agradeció mentalmente por la pregunta debido a que eso la acercaba más al tema del que quería hablar
-Bueno, no realmente, supongo que estaba molesta pero ya no
-Fascinante, ¿Le pedirás perdón a mi mamá por dejarla sin nietos por mi parte?- no pudo evitar reírse
-¡No! Pudiste pensarlo antes de asustarme así- ese era el momento –Además, ¿Qué hacían ahí?- ellos se miraron y se molestó porque debían estar fabricando una mentira
-La verdad planeamos el susto- admitió Adam –Las vimos entrar en el bosque y supimos que Annie se asustaría de verdad
-¿Porqué yo?- renegó Annie
-Leda no estaba cuando pasó- comentó Gray y Leda aprovechó para disparar sus preguntas
-¿Qué pasó?- empezó su interrogatorio
-Una chica de primer semestre se perdió en el bosque y encontraron su cuerpo tres semanas después- le contó Gray
-¿Cómo pasó?
-No se sabe con certeza, ella tenía una clase en el turno nocturno que acababa a las ocho, la chica se llamaba Helen Marrise y acababa de ingresar a la carrera de biología, me parece- la pizza había llegado y comían plácidamente
-¿Hace cuanto fue eso?
-No mucho- admitió Adam –Al parecer cinco meses y estoy exagerando
-La policía investigó y los equipos deportivos hicimos una labor de búsqueda por la zona, pero nadie encontró nada hasta una semana después; ella estaba desangrada
-Suena horrible
-Sí, es completamente terrible, ¿podemos cambiar el tema?- pidió Annie desesperada
-Sólo una cosa más, ¿Dónde la encontraron?- no quería verse tan obvia -¿Cuándo pasó?
-Bueno, donde no tengo idea exactamente y cuando- se detuvo un momento pensando mientras retiraba un champiñón de su pizza y lo comía –Creo que fue por Febrero porque el clima estaba bastante frío esos días
Nota mental: Revisar el periódico escolar de Febrero y si es posible, el de la ciudad. Leda creía que entre menos tuviera que consultar en Internet, era mejor porque la mayoría de veces en Internet hay mentiras.
La tarde se pasó lenta y aburridamente; lo que ella deseaba era correr a la biblioteca a leer todos los periódicos, pero sabía que eso lo debería hacer al día siguiente en la mañana mientras estuviera sola
Se le ocurrió que tal vez Jack le contara un poco, es decir, él iba a esa Universidad. A otra área, pero iba ahí y debía saber algo.
Pensándolo bien, en esa Universidad todos debían saber al menos algo, pero había un par de problemas con eso:
1)     No podía simplemente interrogar a todo ser que se moviera.
2)     La gente miente.
Sí, alguien podía contarle una historia fascinante pero no servía de nada si estaba conformada de blasfemias.
Annie le hablaba y ella contestaba robóticamente; también, aprovechó la red de wifi e hizo una llamada a su mamá, en la que se entretuvo casi media hora
En Alaska se oscurecía rápido y cuando se dieron cuenta, ya eran las seis y media. El hospital al que iban estaba a cuarenta minutos de camino, así que decidieron aguardar a las siete en punto para salir.
Preferían llegar temprano.

I R R E A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora