Capítulo 32

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Mientras comían, lo tres muchachos empezaron a contarles lo que Krystal había pedido.
Se trataba de un "simple" encargo en el cual debían ir a un pueblito cercano y encontrar un sectario enemigo de la mujer, pero en lugar de matarlo, debían llevarlo al bar en donde ella aseguró que se encargaría de él. Griffin los acompañó, pero a petición de la mujer, se quedó haciéndole compañía y en el transcurso de ese rato, ella le dio información muy valiosa y un pequeño libro con una cubierta de piel; de esa manera, Griffin quedó sujeto a otro trato con Krystal.
Al principio sus amigos renegaron por su torpeza, pero al final accedieron a ayudarle con el favor que ella pronto le pediría como pago por su ayuda.
En medio de esa charla, Leda se enteró de que en realidad Krystal y Griffin eran familiares; primos, exactamente.
-No dijo lo que quería aún- les contestó cuando preguntaron qué era lo que ella querría esta vez
-¿Qué te dijo que valiera otro favor?- preguntó Nicholas de mal humor
-Me dijo que tenía un libro que había tomado y que tenía algo que podía ser de nuestro interés- puso el libro sobre la mesita de centro –Resulta que ella conoció a un hombre que tenía un don muy parecido al de Leda
-¿Le contaste?- reprochó Jack
-¿Sabes lo peligroso que es?- Nicholas se veía molesto
-Krystal no es de fiar, pero no es soplona, además lo que dijo tal vez ayude, no sean necios- rascó su nuca –El punto es que ese hombre también veía cosas
-¿Cómo?- la primera en querer resolver la duda fue ella
-Ni idea- todos resoplaron molestos con él –Pero, ahí fue donde me dio el libro- Leda tomó tímidamente el ejemplar; la portada era de piel y adentro se veía mordido por polillas, pero aún se leía lo que decía: El libro de los médiums.
En el índice venían una serie de maneras en que un rito de esos se podía realizar y en un papelito dentro del libro venía escrito un nombre. Jules Camedy.
-¿Planeas que traigamos una ouija y nos comuniquemos con este tal Jules?
-¿Porqué no? Después de todo tu eres experta en comunicarte con los de su tipo, si esa no funciona, probamos otro método- sonaba simple, pero no lo era
-No quiero tener más espectros siguiéndome, pero como él parece ser el único que sabe al respecto- estaba tratando de evaluar las consecuencias -, tal vez sea la mejor idea
-Cuando eso se hace pueden liberarse fuerzas aparte de las deseadas- apuntó Connor –Es algo que no se puede controlar
-Va contra las reglas, los que hacen eso son los sectarios, no nosotros- Jack veía el libro con repulsión
-Nadie va a saberlo, será un secreto- alegó
-Es peor idea que se te ha ocurrido- regañó Connor –Apuesto a que es una trampa de Krystal
-Que condenada tontería- objetó el moreno -¿Trampa de qué? No seas testarudo
-Eso va contra nuestros principios
-También el favor que le hicimos- le recordó Nicholas a Jack –En vista de que nadie tiene una mejor idea, la de Griffin no suena tan descabellada
-Gracias
-Los riesgos son muy altos- opinó Connor con expresión de derrota, sabía que se realizaría de todas formas
-Va, pero solo una vez, si no sale, no lo intentaremos de nuevo- advirtió Jack
-Meridia no lo va a aprobar
-Connor, mi mamá nunca aprueba nada de lo que hacemos, simplemente lo acepta porque sabe que no cambiaremos de parecer- el pelirrojo no tenía ánimos debido a la discusión perdida y es que, en sano juicio, Leda habría opinado de la misma manera que él
-¿Tienes velas?- preguntó finalmente Nicholas cuando hubieron decidido y la chica notó la maliciosa sonrisa del muchacho, la cual, le causó escalofríos.
A continuación, todos se sentaron en el suelo de la sala alrededor de la figura de un pentágono invertido que habían dibujado en una tela y sobre cada pico pusieron una vela de color blanco.
Leda temblaba de pies a cabeza y se abrazaba a sí misma mientras los ayudaba a preparar el rito.
El moreno sacó del bolsillo una bolsita y la puso en el centro junto con unas ramitas de incienso sobre la tabla de madera que contenía todas las letras del abecedario, los números del 0 al 9 y las palabras "hola" y "adiós".
El borde del pentagrama, lo repisaron con un círculo de sal pero Leda no pudo determinar cual era su propósito.
-Todo listo- anunció Jack y comenzaron a sentarse cada uno frente a una vela, quedando Leda, a su derecha Connor, luego Jack, después Nicholas y finalmente Griffin; que formaban un círculo alrededor de la indumentaria.
-Leda, tu vienes al centro conmigo- le pidió Griffin, dejando huecos en el círculo, pero los otros muchachos se corrieron para poder tomarse de las manos correctamente –La tabla funciona mejor con la energía de un chico y una chica
-Bien- aceptó con vértigo
-Despejen sus mentes, relájense, sólo es una charla- tranquilizó Jack
-Aún estamos a tiempo de cambiar de opinión
-Cállate, Connor- ordenó Nicholas –Ninguno de nosotros tres va a hablar a menos de que sea estrictamente necesario y lo haremos en orden
-Faltan diez para las doce, esperemos a la hora perfecta- elogió Jack y pasaron diez minutos en silencio aguardando a las doce en punto.
Cuando el reloj marcó las doce, Griffin sacó de la bolsita un rosario y un puñado de tierra.
Leda y Griffin estaban frente a frente, arrodillados y con la tabla sosteniéndose sobre sus rodillas y los otros tres estaban alrededor, tomados de las manos, aguardando con la casa en completa obscuridad.
-¿Listos?- preguntó Griffin.
Era claro que si Meridia no iba a participar era mejor que no estuviera en la casa, según Griffin esa fue una de las recomendaciones de su prima, así que la mujer había optado de mala gana por salir a dar una vuelta acompañada de Toby y Tony.
-Pase lo que pase no vayan a soltarse las manos- advirtió Griffin seriamente a sus amigos –Va en serio, no se suelten- puso el librito a su lado izquierdo.
Para calmar sus nervios, la rubia se persignó antes de poner el dedo índice de la mano derecha sobre la plancheta, justo al lado del de Griffin.
-Seré el médium- se ofreció él.
Leda y Griffin posicionaron el puntero en la letra "G" para empezar.
-Que se alejen los demonios- oró Griffin y la chica supo que habían iniciado.

I R R E A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora