Esa noche cenó con Meridia unos panquecillos con leche y prefirió no hablar de nada en lo que al hospital concierne. La mujer no tardó en recordarle que quería su ayuda al día siguiente (jueves) a partir de las siete que era a la hora que salía ese día.
Pensó que le sería más sencillo tomar una siesta a la mañana siguiente y hacer sus tareas en la noche, así, estaría atenta a cualquier cosa.
Algo para ella muy importante en esos momentos de inseguridad fueron Toby y Tony; los dos akitas cuidaban la casa y Toby se quedó dormido en su cuarto (lo que la reconfortó bastante). Si se sentía mal en algún momento, se metía a la cama junto con Toby y de repente era como tener un ángel guardián con ella.
Bien sabemos que los perros son la más noble compañía, los más leales amigos y guardianes.
Acabó sus deberes bien entrada la noche, alcanzó a intercambiar mensajes de texto con sus padres y fue gracias al cansancio (y a Toby) que se durmió.
Oía el susurro del viento chocando en su nuca, como si tratara de decirle algo. Llovía mucho y las gotas de agua golpeaban la ventana ruidosamente, pero aún así, escuchaba voces, aunque no había nadie. La habitación estaba oscura –y no sabía dónde estaba-, a excepción de la mesa en la que se encontraba leyendo. Habría jurado que este libro le pidió que lo leyera. Daba vuelta a las hojas y continuaba la lectura –Leda- escuchó que la llamaban suavemente, trató de ver quién era, pero no pudo ver nada. Siguió leyendo –Leda- oyó de nuevo. Sintió la presencia de alguien y giró rápidamente, -había alguien ahí- pudo ver su silueta observándola fijamente mientras a la chica se le erizaba la piel. Parpadeó y ahora avanzaba hacia ella desequilibradamente... Otro parpadeo y ya estaba sobre ella, tratando de ahorcarla. Era un cuerpo pequeño y delgado, con cabello muy largo, oscuro y sucio y unos ojos negros, como un pozo sin fondo, eso gruñía y la rasguñaba cuando se defendía. Lo empujó hacia atrás y se arrastró un poco para alejarse, pero pronto se dio cuenta de su error; en la mesa estaban unas tijeras y aquello las tomó. Se balanceó sobre ella e intentó quitárselas. Demasiado tarde. Le puso las rodillas sobre los brazos y quedó inmovilizada, sólo esperando a que no doliera. Un relámpago iluminó la habitación; pudo ver ira y enojo en su rostro, luego bajó el brazo con fuerza y las tijeras le atravesaron la garganta... No dolía... Otro trueno y todo desapareció, la oscuridad la invadió, al mismo tiempo que sui alma abandonaba su cuerpo...
Un ladrido de Toby la despertó y se dio cuenta de que sudaba. Vio el reloj y este marcaba las seis de la mañana. Recargó su cabeza nuevamente en la almohada pero ya no durmió, solo descansó un poco.
Se estiró un poco y oyó ruidos afuera; seguramente Meridia y Jack estaban a punto de irse.
Se dio un bote para ver si podía descansar bien, pero estaba incómoda y no sabía porqué. Llamó a Toby y lo abrazó para sentir un poco de compañía; la verdad es que aún con Meridia, Annie, Jack, Connor, Griffin (Nicholas no lo contó porque técnicamente ni siquiera lo conocía) y quienes estaban ahí, se sentía sola. No había nadie a quién pudiera contarle lo que le pasaba.
Claramente no le diría a sus padres porque no quería alarmarlos, pero Toby había llegado en el momento justo y agradecía mucho su compañía.
Pudo dormirse de nuevo y se despertó hasta las nueve de la mañana.
Seguía bastante cansada, pero ya tenía suficiente energía para el día, así que se cepilló los dientes y el cabello y fue a dar de comer a Toby y Tony y ella también desayunó.
Su celular timbró y vio que era Annie.
-Hola- la saludó adormecida y escuchó risas del otro lado del teléfono
-Ledy- la llamó; solo sus papás la llamaban así de cariño –Ledy, Ledita- entonces supo qué pasaba
-Seguiste bebiendo anoche, ¿verdad?- rodó los ojos con fastidio
-Más o menos, seguí a tu chico
-Annie- regañó y estuvo tentada a colgar
-Lo seguí un poquito pero me encontré con Adam y me invitó a tomar algo
-¿Y?- se desesperó un poco
-Me pasé un poquito- la oyó hipar –Creo que no iré hoy, ¿puedo pedirte un favor?
-Tranquila, yo entrego tus tareas, ¿va?
-¡Gracias! Eres un amor, te debo una- Leda rió –Te las dará Gray- se quedó hablando con ella un rato hasta que empezó a alistarse para irse
Una vez estuvo lista y segura de que podía llegar a la Universidad en el transporte público, se despidió de los akitas, cerró con llave y comenzó a caminar para llegar a la parada.
Era por la tarde pero el cielo se veía muy oscuro y supo con certeza que más tarde llovería.
Caminó por un buen rato y pensó que le habría gustado ir con Toby porque nuevamente tenía ese presentimiento de que la seguían. Nuevamente se encontraba intimidada por esa soledad que tanto solía gustarle.
Estaba caminando en las afueras y había monte a ambos lados de la calle; Alaska no era una ciudad insegura, pero como en todo lugar, siempre había gente con ideales cuyo propósito era dañar a los demás.
Todavía pensaba en Sarah y en su pesadilla; siendo la primera la causa de la segunda.
Al llegar a la parada, no tardó mucho en pasar el autobús que necesitaba, así que subió, pagó y tomó un asiento. Para su fortuna, no iba nada lleno.
A mitad del camino, el transporte dio una sacudida y pronto se detuvo, haciendo que el chofer se bajara a ver que sucedía. Se tomó su tiempo y los pasajeros aguardaban expectantes para ver si debían bajar a tomar otro autobús o ese podría continuar.
-Lo lamento- se disculpó el chofer antes de pedirle a todos que bajaran del bus. Algunas personas estaban molestas y reclamaban al conductor, Leda en cambio se asomó para buscar el daño y se dio cuenta de que la llanta derecha de adelante estaba rota y desinflada, todo por unas tijeras que atravesaban el caucho.
Realmente algo raro sucedía. Quería pensar que era una simple coincidencia el hecho de que de no ser por Thia, estaría en el hospital recuperándose de haber tenido unas tijeras ensartadas en su ojo; que tuvo una horrible pesadilla en la que moría por obra de las mismas y ahora resulta que el transporte en que iba había sido frenado por esas famosas tijeras. ¿Qué seguía?
En fin, no tuvo problema para arribar a sus clases (aunque no sin unos minutos de retraso). El día parecía ir bien, clases normales, recibió las tareas de Annie por parte de Gray y entregó todo junto con las propias, en los cambios de hora tuvo un par de momentos para hablar con Olliver acerca de Sarah.
La chica definitivamente había perdido el ojo sin remedio.
No vio a Adam con Gray y supuso que estaría con Annie. Empezaba a pensar que de pronto la estadía y pases de Annie si podrían estar relacionados con su tío.
La muchacha terminó su jornada y se dispuso a esperar a Meridia.
Estaba agradecida de que ya casi terminaba la semana, esperaba poder dormir en el fin de semana y recobrar fuerzas. Además, se encontraba muy entusiasmada por la primera sesión del club de teatro de ese sábado; había estado practicando el papel protagónico por las noches cuando su mente no la dejaba dormir y podría decirse que ya casi dominaba las líneas.
Oyó un auto acercarse y la camioneta apareció frente a ella.
-Hola- saludó abrochando el cinturón de seguridad -¿Qué tal?
-Súper, pero por el trabajo esta lloviendo- y era verdad, avanzaron tranquilamente pero apenas se acercaron al edificio en donde trabajaba Meridia, el agua comenzó a rebotar contra el auto.
Se bajaron corriendo para evitar mojarse mucho y entraron al edificio riendo. A Leda le encantaba la lluvia y por lo visto a la mujer también.
-Aquí es, tomemos al ascensor y te mostraré mi oficina- el lugar era bastante profesional; una recepción y dos puertas de elevadores, una a cada lado, sillas formando una especie de salita y el resto eran algunos jarrones con bellas flores.
El piso era de madera y las paredes estaban cubiertas con un tapiz serio y bonito.
Meridia saludó a la recepcionista y Leda le dirigió una inclinación de cabeza; la puerta de cristal dejaba ver la lluvia y justo al lado el guardia vigilaba quien entraba y salía.
No era diferente al resto de los edificios de oficinas que hubiera visto antes; con cuatro pisos de altura y un amplio estacionamiento, el lugar resultaba cómodo y profesional.
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I R R E A L
ParanormalIntercambio académico: Proceso por medio del cual a una persona se le da la increíble oportunidad de viajar a otro país para ¿estudiar? Una latina estudiante de medicina es elegida para un intercambio académico que la lleva a un lugar completamente...