Amor Prohibido - Melepe

Capitulo 20 - She is like That

Narra María Cadepe.

Después de la pesada noche que tuve desperté. Melo aún seguía dormida. Ande hasta la cocina y allí me encontré a Lois. La hermana de Melo.

—Buenos días, cariño—Me dijo Lois, ¿que pasa?, ¿todos los Moreno son así de cariñosos?

—Buenos días Lois—dije sin más preparándome un café.

—Lo siento si ayer soné un poco brusca..—suspiró—¿Te asusté?—cuestionó.

—Si, bueno. Un poco.—reí.

—Lo siento..—rió—Ya sabes, amor de hermanas—pasó su mano por mi cabello.

—Si..—reí falsamente, nisiquiera tenía hermanas.

—¿Como os conocisteis tu y Melo?—preguntó de nuevo.

—En una fiesta—tomé un sorbo de mi café—Ella y yo nos dimos los números y me llamó a las 3 semanas, me dijo si quería verle y tan solo dije que si.

—Y desde ese momento tu y ella..—rió.

—Oh, sí—reí acompañándola, ¿por qué solo sabía eso?.

—Verás María..—bebió café—Como puedes imaginar Melo es una chica muy fría, puede resultar demasiado inmune a veces. Desde que terminó con su exnovia Nuria jamás pensó en tener novia. No por que no quisiese.—rió y luego cambió su expresión—Si no por que tenía miedo al rechazo.

—Entiendo..—ordené mi cabello.

—Por eso María te pido que la cambies—miró hacía un lado, allí estaba Melo escuchando la conversación.

—¿Cambiar a quien?—rió Melo

—Nada, Melo. Solo hablábamos.—dijo su hermana.

Terminé mi café y antes de irme de la cocina Lois y yo nos guiñamos el ojo a modo de promesa.

Regresé a la cama y Melo vino conmigo. Nos sentamos. Su hermana fue de nuevo al salón.

—¿Que te ha dicho mi hermana?—susurró en mi oído.

—No es nada interesante—me volteé para mirarle fijamente.

—Vamos María..—suspiró sonriendo.

—Nada..—dije.

Lois vino hacía nosotras y nos miro fijamente para luego hablar.

—Chicas, he quedado con Mike para lo de las fotografías—observó la cámara—pórtense bien. En especial tú, Melo—sonrió para luego irse.

Cuando escuchamos el portazo Melo empezó a besarme en el cuello.

—María—siguió dejando chupetones—te echo de menos.

—¿Echarme de menos? Me tienes aquí—solo empecé a reírme, entendía lo que me decía.

—Echo de menos tu cuerpo—me quitó el móvil de las manos y lo dejó en la mesilla, luego me volteó poniéndome encima suya.

Deslizó sus manos por dentro de mi camiseta y me la quitó al segundo dejándome en sujetador. Me miraba atentamente, con sus dos manos tomó mis pechos dejando sus manos quietas en mi sujetador. Seguía mirándome, algo quería. Puse mis manos en sus muñecas mirándolas. Soltó un suspiró y decidió hablar.

—Necesito que me abraces pequeña—dijo esta por fin.

Automáticamente me acurruqué en su pecho, la antes nombrada me abrazaba por la espalda. Podía escuchar su respiración. Era realmente hermoso. En algún momento depósito un cálido beso en mi frente acompañado de un 'Te quiero' demasiado sincero.

—Quiero que sepas qué... lo nuestro no se trata solo de hacerlo—acariciaba mi espalda, yo seguía inmóvil—Por que yo te amo María—subí mi cabeza y le di un beso, luego volví a su pecho.

—Melo, yo quiero decir..—continuó hablando.

—....Vayámonos de aquí María, vayámonos lejos tu y yo. Huyamos de aquí, viajemos a New York, California, donde tú quieras.

—Tengo que arreglar cosas de mi pasado, Melo. Esto es demasiado difícil para mí. Iré donde sea contigo, pero antes debo de encargarme de varios asuntos en los que no quiero que estés involucrada.—Me levanté, me dispuse a ir a la cocina pero Melo fue rápida, me agarró del brazo volteándome.

—María, escúchame—puso sus dos manos en mis mejillas—No dejaré que te pase nada malo. No quiero que discutas con él.

—No lo haré, pero ya sabes que allí tengo todas mis cosas.—dije.

—No te harán falta—dijo mirando hacía un punto fijo aún agarrando mi cara.

Se separó de mí y abrió su armario. Dentro de él había una caja fuerte que abrió delante de mí, de ahí sacó bastante dinero. Muchísimo. Se dirigió de nuevo a mí.

—¿Ves esto pequeña?—dijo abriendo mi mano y depositando el dinero en ella—Son todos mis ahorros, los cuales más de 3mil euros—me miró fijamente y sonriendo.—Son para ti.

—Melo yo no..—me interrumpió y siguió hablando.

—No, María. Te quedaras el dinero y te quedarás en mi casa.—me besó—Ahora vístete, te voy a llevar a una de mis cafeterías favoritas.

Así hice pero primero me duché, mientras lo hacía pensaba en como me encantaba esta chica y todo lo que hacía por mi.