Amor Prohibido - Melepe

Capitulo 44 - Again?

MARÍA CADEPE POV

Tres días después...

Fui corriendo hasta el apartamento después de ver lo que vi hace meses. Melo se encontraba sentada en el sofá con el ordenador tomándose un café preparado por mí. La interrumpí de su agradable comodidad.

—¿Ya empezamos de nuevo?—dije alzando la voz con la revista en alto.

—¿Que es eso?—se limitó a decir ella mirándome.

—¡De nuevo con esa guarra buscona!—me senté a su lado intentando calmarme.

Pero es imposible tratándose de un tema semejante.

—María, te lo puedo explicar—dejó lo que estaba haciendo.

—¡Se ha visto todo!—dije enfadada gritándole.

—¡María! ¿Quieres escucharme de una jodida vez?—replicó.

—...Necesitó mi ayuda—continuó diciéndome—¡Cuándo te enterarás que no quiero nada de ella!

—¡Me enteraré cuando dejes de verte con esa guarra!

—¡Es imposible, pertenece a la discográfica! Es obligatorio estar juntas.—dijo ella.

—¡Está bien, pues si quieres por mí puedes irte a follártela todas las tardes, pero yo me voy!—grité saliendo del apartamento.

—María, joder, espera—decía repetidas veces a mi espalda—¡María!

MELO POV

Lo sabía, sabía que esto ocurriría de una vez por todas. Cuando se fue lo único que hice fue llorar, jamás había tenido algo así con ella o ni siquiera parecido. Intentaba mantener mi calma firme, pero los sentimientos iban más allá. Imaginaba donde podría estar ella ahora, un sitio que le relaje, que se encuentre cómoda.

La playa.

Pasó media hora y no aguanté más. Estaba segura que estaría por aquel lugar y corrí en su busca. Llamé a Ralph y ordené que viniese de inmediato. A la media hora me esperaba fuera en el lobby.

Pasaron 45 minutos, estaba lo más nerviosa que he podido estar en toda mi vida. Primero he discutido con María, segundo esa patetica revista la cuál no me deja vivir con tranquilidad. Sin olvidar al estúpido de Juan–que no desaparecerá jamás–.

Allí estaba ella, observando como rompían las olas del mar. Mi único temor es que ella no quisiera verme, así que cuidadosamente me acerqué intentando no molestarla con mi presencia.

María Cadepe.

—María...—dijo en un pequeño susurro tocando mi hombro.

Yo solo me eché las manos a la cara, no quería hablar con ella en ese momento. Me dijo que ya no volvería a estar con esa mujer. Pero mintió.

De nuevo lo hizo...