Capitulo 29 - The princess' game

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*Narra Melo*

Después de una semana llena de reuniones desde que llegué, despertaba junto a mi princesa, esta estaba agarrada a mi como si de un peluche se tratase. Y la verdad es que yo también me sentía protegida entre sus brazos, me encantaba estar aquí.

Pensé una bonita manera de despertarla aunque en realidad la quiero dormida, se ve tan bebé. Pero bah, como sea tendría que hacerlo, de la mejor forma.

Dándole besos en toda la cara.

Me puse a ello mientras ella estaba agarrada a mí, besando cada parte de su cara, quizás así podría despertar.

Efectivamente lo hizo para luego ponerse encima mía, con su cabeza en mi pecho indicando que ya había despertado. Sus labios junto lo míos creaban fricción, no los cambiaría  por nada.

[...]

Sobre las 11:45 de la mañana, María y yo fuimos a andar tranquilamente por la ciudad sin que nada ni nadie nos molestase.

Tengo que reconocer que algunas veces pensaba en el trabajo, pero tendré que acostumbrarme, esto cambiará mi vida y la de ella.

No puedo prometerle que voy a estar todo el día junto a ella pero sí puedo prometerle que voy a sacar tiempo.

No lo tomo como obligación, lo tomo como necesidad el estar con ella.

—María, ¿jugamos a algo?—sonreí mirando el paisaje, luego le miré atentamente.

—Como quieras, Melo—respondió emocionada.

—Bien, empezaré. Te haré preguntas.—sonreí—¿Que pensaste de mi cuando me viste en aquel café?

—Pues.. pensé que era una broma. Jamás me habían propuesto tal cosa. Hasta que viniste tú.—rió entrelazando aún más nuestra mano.

—¿Por qué decidiste aceptar? Podrías haberte quedado con él perfectamente..—recordé.

—Porque con el ya no sentía lo mismo. Quería sentir algo nuevo, alguien.

—Está bien.. entonc..—interrumpió.

—Suficientes preguntas, Yellow Mellow.—rió y yo le acompañé.

Continuamos caminando hasta encontrar la parte turística donde todos iban. Decidimos pasar por allí y luego ir al apartamento.

[...]

Después de 2 horas, volvimos con muchísima hambre así que quise sorprender a María ya que el otro día no.. bueno. Estábamos sentadas en las cómodas del living y yo haciendo unas llamadas, entre ellas a Ralph Leithoild, mi chófer a partir de ahora. Hice una reserva en el Metropolitan Grill, un restaurante bastante caro.

Bajamos y los propietarios de diferentes apartamentos saludaron amablemente dándonos la bienvenida. Realmente era un buen edificio. Montamos a la limusina de Ralph, nos transmitió un breve saludo a través del cristal que separaba los espacios.

Sin más, fue una bonita tarde pero para rematarla, tenía que actuar.

Una vez llegadas a casa no esperé más y fui hacía ella que se encontraba en la cómoda revisando su móvil. Le quité el móvil de las manos y cojí una de ellas levantándola de ahí.

La llevé a la habitación y la tiré en la cama quitándole la ropa y haciendo que la temperatura subiese, besándonos desesperadamente. Mientras las dos nos quitábamos la ropa íbamos tocándonos lentamente, acariciaba su espalda desnuda y seguía jugando con sus pechos, esta mujer era mi perdición. Besé todo su cuerpo hasta que llegué hasta donde las dos queríamos que llegase, a su centro.

Mis grandes embestidas hacían que ella gimiese descontroladamente escuchándose por todo el apartamento. Mientras más pruebo, más me pierdo. Pasé mi lengua lentamente por ella, arqueaba su espalda indicando placer, una sensación única. Subí de nuevo besando sus pechos y seguidamente hasta sus labios. Succioné su labio inferior dejando que nuestras lenguas tuviesen permiso. Pero de nuevo caí ante la tentación y introducí sin previo aviso tres dedos, sacándolos y metiéndolos rápidamente.

Nos dejamos caer ante un placentero orgasmo histórico, para luego acariciar de nuevo su pelo y besarle. La tenía para mí, ambas estábamos desnudas completamente y sentía admiración por su cuerpo.

Puro espectáculo es verla en acción.

Amor Prohibido - MelepeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora