Narra María Cadepe.
Salí del apartamento a contemplar la bella ciudad que me rodeaba, Seattle. Había llegado aquí ayer por la noche, y ya me apetecía descubrir.
Melo esta mañana había estado en una reunión y luego pasó al apartamento a estar hablando con un tipo llamado Charlie.
Visité los lugares más bellos de esta ciudad.
Justo fue en el Queen Anne Hill, un barrio famoso de Seattle donde encontré una guía turística y decidí acompañar.
Pasaron 45 minutos allí en lo que Melo me llamó para preguntarme donde estaba.
Tomé un taxi hasta el apartamento donde me esperaba ella para salir de nuevo a un restaurante cercano ya que eran las 22;00 pm.
Llegamos allí a los 15 minutos y pedimos mesa para dos en el lujoso restaurante. Procedimos a sentarnos mientras su mano y la mía iban entrelazadas y sin hablar nada. El mesero indicó a sentarnos aquí, hicimos caso y ella estaba delante de mí con una bella sonrisa mirándome fijamente.
—¿Que estás mirando?—le dije amablemente y sonriendo.
—A ti.—sonrió con ojos brillantes.
—¿Que guay, no?—sonreí tímidamente.
—Lo eres—dijo riéndose cariñosamente.
Nos interrumpió el mesero de nuevo, esta vez para que ordenemos lo que íbamos a pedir.
Después se fue. Quedamos ella y yo mirándonos fijamente con una sonrisa en la cara. No nos la quitaba nadie.
—Después de todo no entiendo cómo sigues aquí conmigo—sonrió pasando su mano por sus cabellos plateados—Es lo que siempre quise.
—Sigo aquí por que quiero estar contigo. Hagas lo que hagas.—sonreí.
—Es increíble. Eres increíble—sonrió.
—¿Por qué has hecho todo eso, por mí?—cuestioné orgullosa.
—Esa sonrisa tuya quiero verla siempre, ya te dije. Pelearía por verte sonreír. Ya lo has podido comprobar.—sonrió tímida.
—Y qué después de todo tú me traigas aquí, alejándome de mi pasado y también de mis errores.
—Quiero que empieces de cero. Que te olvides de todos tus errores. Por que si tú estás feliz yo también, si tú estás triste yo también, ¿recuerdas?—una leve sonrisa salió de su rostro.
—Como el primer día que me dijiste—sonreí acompañándola.
Vaya, nuestra conversación se demoró puesto que la comida ya estaba aquí. Mientras sonaba 'Change me' de Justin Bieber, ella y yo jamás dejamos de mirarnos. Ella podía cambiarme, solo ella podía hacerlo.
Estaba convencida que esto no solo era una estrategia para poder llevarme fácilmente a la cama. Lo podía hacer cuando quisiese, pero tal vez esta noche solo quiera abrazarme mientras duerma, o quien sabe. Tal vez.
Cuando quise darme cuenta ella no me estaba mirando pues estaba devorando el plato, pasó todo el día con Charlie haciendo cosas de trabajo.
Estaba segura que no había comido nada en todo el día a causa del trabajo. No me gusta que se exceda demasiado, todo a su debido tiempo.
Después de mirarla preocupada yo también decidí comer...
[...]
Cuando llegamos al apartamento, todo fue una locura. Me llegó hasta la cama, pero luego sonó su estupido móvil el cual arruinó todo lo acordado. Ni un segundo para respirar.
Por su expresión, me fijé que era por trabajo, tal vez otra de esas reuniones. ¿Así será siempre?
La escuchaba hablar desde el living.
—Charlie, ¿podrías enterarte de lo que dirán mañana?. Es que no tendré todo el tiempo. Ellos mismos lo dijeron. Tenía que instalarme en Seattle por 1 semana. Bueno.. lo de la semana me lo inventé pero ese era el plan. Estuviste allí. ¿De qué más quieren hablar?. Bueno, no hay nada más que hacer. Me tendrás allí a las 11:00pm. ¿Chófer? Está bien, ¿ese es el número? Ralph Leithoild. Okay.
Vaya, otra de esas reuniones otra vez. Están con Melo todo el tiempo lo que no me permite tener momentos relajados con ella. Le hablaré del tema. Por ahora iré a dormir.
Al día siguiente:
—¿Que es que no te dije que todo sería así, María? Estoy ocupada con el trabajo.. entiéndelo—dijo recargada en la encimera.
—Melo, lo entiendo pero no quiero que siempre sea así—dije acariciando su pelo.
—No te preocupes María..—bufó—Charlie está buscando secretarios y asistentes personales. Un equipo entero, en realidad.
—¿Ellos cuidarán de ti?—cuestioné tragando difícilmente saliva.
—No queda otro remedio. Los secretarios harán lo que no quiero hacer y los asistentes se encargarán de que yo esté bien y que no me falte nada—dijo tomando un sorbo de su café.
—Bueno.. lo importante es que te haga bien—dije.
—Tu también podrías tener asistentes—avisó—Cariño, ahora estamos donde todo el mundo nos ve y paga por nosotras.—sonrió—Tengo que irme ya.—me dio un último beso.
Para luego irse.
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Amor Prohibido - Melepe
Fanfic[TERMINADA] María es una chica lista. Vive junto a su novio Juan, hay discusiones, pero no se anda con rodeos, todos sabemos que muere eternamente por YellowMellow, hasta el punto que decide pasar un rato a su lado.. ¿Podrá María resistirse a la ans...