ONCE: Ella no está a tu alcance

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CAPÍTULO 11

Micaela se paso toda la fiesta con Ramiro Nayar, un ex compañero de colegio con el que siempre hubo onda pero nunca llegaron a nada.
Ramiro era uno de los hijos de Jorge, un importante publicista que contrataba la editorial cuando lo necesitaban.

- Hola Nayar, ¿disfrutando la fiesta? - lo saludo con formalidad y la mayor cordialidad posible Matías acercándose a su socia y su acompañante.

- Tengo a tu ex a mi lado, claro que estoy disfrutando la noche. - lo chicaneo Ramiro. Ellos nunca se habían llevado bien, en el pasado Matías había discutido muchas veces con él por Micaela. Claramente ahora estaba disfrutando el momento de venganza.

Matt y Micaela habían roto su pareja hace años, ambos quedaron en buenos términos. Ninguno quedo con necesidad de continuar su relación, cada uno continuo su vida. Pero ahora, como nunca antes, refloraron los celos de Matt. Algo que solo Ramiro lograba y ambos lo sabían.

- Lo nuestro es pasado. - Afirmó Mica sonriendole a Ramiro sin darse cuenta de los celos de Matt.

- Claro -dijo con fastidio Matt.

- ¿Tu novia? - preguntó Ramiro

- Sigue enojada - contó Matt.

- Lo mejor que podría pasarte es deshacerte de esa caprichosa - opinó la rubia bebiendo una copa de champán.

- Quiero recordarte que nos peleamos porque vos la amenazaste - puntualizó su ex.

- No de muerte - rodó los ojos Micaela aclarando su punto, ella creía que Florencia era una exagerada.

- Van a solucionar las cosas, se nota que se aman - comentó Ramiro tratando de deshacerse de su rival para quedar nuevamente a solas con Micaela.

- ¿No viene Dalila? Esa chica me agradó - dijo la rubia para sorpresa de Matías.

- La contraté sin consultarte, invitarla sin hacerlo sería tentar a la suerte - bromeó el mayor de los Ferrario.

- Ella si me cae bien - aseguró Micaela y Matías supo que su ex iba a jugar a la Celestina con ellos.

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Bruno estaba en la fiesta, junto a su tío y su prima trabajando de mozo.
Había visto a Micaela toda la noche con un joven de ojos claros y traje importado. Ella no lo había visto aún ya que no despegaba la mirada de su acompañante.
Bruno deseaba quitarle ese sensual vestido y hacerle el amor en ese momento. Le molestaba que ella estuviera con ese tipo pero sabía perfectamente que la rubia encajaba más a su lado que con él que no era más que humilde mecánico.

- Esa rubia no está ni cerca de tu liga - lo molestó Bianca mientras estaban en la cocina preparando las bandejas con más tragos. - Estuviste toda la noche mirándola, vas a ojearla si seguís así. Además, ¿No viste con el bombonazo que está?

- Siempre tan molesta vos - la cortó Bruno.

- Sólo te digo la verdad primito. Para que no te hagas ilusiones falsas - dijo con voz de buena Bianca. Un papel que Bruno no se tragaba, la conocía muy bien.

- ¿Crees que pienso que puedo tener una chance con esa mina? - dijo su primo mientras por dentro se reía. Él ya estaba con esa despampanante rubia, y su prima era una odiosa ingenua que no se daba cuenta.

El papá de Bianca los retó por hablar en horas de trabajo y los mandó a que siguieran sirviendo.

Bruno tuvo la mala suerte de toparse con Micaela y el chico castaño que no se despegaba de su lado, al parecer estaban por irse... juntos.
La rubia se sorprendió al verlo pero disimulo al instante. En cambio Bruno no pudo evitar fruncir el ceño al ver la escena.

- ¿Les sirvo algo para beber? - les preguntó con profesionalismo el morocho.

- No gracias, ya nos vamos - respondió Ramiro por los dos teniendo de la cintura a Micaela.

- Alcanzale una copa aquel chico - le ordenó la rubia señalando a Lucas y fingiendo no conocerlo - esta noche necesita mucho alcohol.

- ¿Lucas? - le preguntó extrañado Rama.

- Volvió de New York y hoy tenía una cara de distraído. No quiero que con su humor arruine la fiesta. - Resumió Micaela dándole una última mirada a Bruno y yéndose con Ramiro para su loft.

Dueña de mi silencio, esclava de mis palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora