Dueña de mi silencio, esclava de mis palabras

SEIS: Cuestiones de novios

CAPÍTULO 6

Bianca disfrutaba cada segundo junto a Paio. Ella lo amaba, lo amaba mucho. Y se odiaba a si misma por amarlo y por pasarla tan bien con él. Claro que Pablo ignoraba los sentimientos contrariados de su novia, pero bien sabía que Bianca aspiraba a una gran vida que él jamás podría darle por más que se rompiera el lomo trabajando, lo que él podría darle siempre iba a ser poco para ella y es por eso que Paio se despertaba cada mañana con miedo a que ella lo dejará para irse con otro que pudiera brindarle la vida de reina que soñaba.

- ¿En qué pensas? - Curioseó Bian acariciandole el torso desnudo a su novio.

Estaban en la cama acostados después de haber hecho el amor toda la tarde. - Te amo Pupi - le dijo él sin despegar la vista del techo.

- Dale Paio. Decime en que estas pensando - le reclamó ella demandándole atención.

- Nada Bian. Mambos míos - le restó importancia Pablo. - Sólo que no puedo creer que aún sigas conmigo, soy tan poca cosa para vos. - Y cuando la morocha escuchó esas palabras optó por quedarse callada y mentalmente tomó nota de nunca volver a insistir para que él le revelará sus pensamientos.

●●●●●●●●●●

Cuando Micaela se fue, Bruno no quería soltarla y la había chapado por varios minutos en la puerta. Entre risas y reproches ella se soltó y se fue. El morocho reviso su celular por si su jefe lo había llamado pero se encontró con un mensaje de su amigo Paio en el que le contaba que Dalila había conseguido trabajo y estaba muy feliz.
Bruno se dio una ducha y fue hacia la casa de su amiga para compartir la noticia.

Paulina le abrió la puerta y le invitó unos mates mientras Dalila volvía del almacén.

- ¿Cómo va el trabajo en el taller? - le preguntaba Paulina.

- Todo bien, por suerte tenemos mucho trabajo. Viste como es eso.

- Me alegro hijo. Ojalá siga todo igual de bien - le deseaba la mamá de su amiga que lo había visto crecer y era como una segunda madre para él.

- ¿Qué tiene que seguir igual de bien? ¿Andrés tiene novia? -Lo chicaneo Dalila entrando a la cocina.

- Hablábamos del taller. Cuando tenga novia prometo presentartela antes que a nadie para que me des tu aprobación - le juró Bruno a su amiga que lo abrazaba.

- Dali calenta más el agua. Yo voy a seguir cociendo - se excusó la mujer dejando a los amigos solos. - Hijo, ¿cuando vas a presentar a la mujer de perfume francés? Te quedó su aroma impregnado - le dijo Paulina en un susurró para que sólo él escuchará.
Bruno sonrió poniéndose rojo como un tomate y solo esperaba que su amiga no se diera cuenta como su mamá.

●●●●●●●●●●

Florencia se paso una hora. En serio, una hora reloj, recriminándole a su novio que nunca la defendía ante los constantes ataques de Micaela.

- ¿Porqué siempre es ella quien tiene la palabra final? - le preguntó finalmente ella. - Vos sos el presidente pero siempre obedeces a esa.

- Los cargos son lo de menos. La editorial es un 50% de mi familia y el otro 50% suya. Micaela está más preparada que yo para tomar decisiones.

- Deja de defenderla y excusarla Matías. - grito ofuscada.

- No la excusó, sólo te aclaro que yo no soy más que ella. Me preguntaste porque dejo que Micaela tenga la palabra final, bien, yo confío ciegamente en ella - le contestó con firmeza él - ¿feliz?

- ¿Te acostaste alguna vez con ella? - soltó Florencia después de pensárselo unos segundos.

- ¿Porque estamos hablando de Micaela? - retruco con cierta molestia Matt. Si bien tenían una relación amable con su socia no le gustaba hablar sobre ella. Y ya era la segunda vez en el día que alguien sólo le hablaba de la rubia.

- Te acostaste con Micaela - afirmó esta vez Vigna viendo como su novio quería esquivar su pregunta. - No vuelvas hablarme hasta que te dignes a decirme la verdad.

Florencia tomó su cartera y sin dejarlo pestañear se fue de la oficina. La rubia de ojos oscuros no toleraba que pusieran a otra por sobre ella. Y si nadie se lo decía, ella misma iba averiguar todo sobre Micaela para hundirla.