VEINTINUEVE: Lo que nos vuelve a unir

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Matt abrazó con efusión a su hermano y salió de la casa dispuesto a seguir sus consejos.

Lucas se sintió un padre orgulloso al ver a su hermano seguir sus recomendaciones, y satisfecho consigo mismo y aprovechando el día lindo salió al jardín para almorzar bajo los árboles.

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Bianca no paraba de dar vueltas en la puerta de entrada de la mansión Ferrario. Estuvo pensando muchísimo acerca de como hacerle frente a Lucas y recuperarlo. Ya había probado la vida que él podía darle y ahora se le esfumaba entre los dedos como agua, ella no iba a permitirlo.

Tomó una gran bocanada de aire y con coraje suficiente tocó el timbre siendo atendida por una de las mucamas.

La muchacha la guió hasta el jardín donde se encontraba Lucas.

- ¿Qué haces vos acá? - exclamó con molestia Lucas al ver a su ex allí.

- Para Lucas, tenemos que hablar. Escuchame por favor. - suplicó Bianca.

- No tenemos nada que hablar nosotros, esta todo claro. Andate ya de mi casa trepadora - gritó él sacado, no quería verla nunca más.

- Es importante, te juro que hay una razón para todo. Tenes que escucharme si o si - insistió la morocha.

- Te vas ya mismo. No me importa nada de vos nena. - mantuvo Lucas empujandola hacia fuera.

- Estoy esperando un hijo tuyo - dijo de una ella al ver que él no iba a detenerse a oírla.

Todo se torno en silencio, Lucas dejo de gritar y la soltó. Se alejó unos pasos y la miró anonadado.

Bianca sabía que tenía que aprovechar este momento de duda por parte de él para convencerlo con sus mentiras otra vez. Sabía que no iba a tener otra oportunidad como esta nunca más en su vida.

- Paio había ido a verme aquella noche, porque mi primo le comentó que andaba enferma, con vómitos y mareos. Me había hecho el test de embarazo unas horas antes y dio positivo. - Le explicaba ella a su ex novio. - Le conté que estábamos esperando un bebé.

Lucas se agarró la cabeza, de repente todo le empezó a doler. Estaba confundido e intentaba procesar lo que Bianca le estaba contando. Su cerebro dudaba si ese hijo era suyo o no. Su corazón aún latía por la morocha.

- Él quedó muy mal con la noticia, estuvimos muchos años juntos y enterarse que estoy embarazada de otro hombre fue el golpe que le hizo darse cuenta que definitivamente nunca más íbamos a volver, que lo nuestro termino. - Siguió inventando ella, se le daba tan natural decir mentiras que no daba margen a que Lucas creyera otra cosa que no sea lo que ella decía. - Me pidió un último beso de despedida y fui una idiota al concedérselo, solo fue un beso pero estuve mal en hacerte eso a vos, que sos el hombre al que amo. Perdóname. - y se puso a llorar.

Lucas no dudo más y la abrazó fuertemente. Bianca aprovechó su debilidad y lo besó.

Todo volvía a salirle bien. Ahora tenía que ver como seguía con la historia que se armó. Pero de una cosa estaba segura: no iba a volver a dejar escapar a Lucas.

Dueña de mi silencio, esclava de mis palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora