Matt abrazó con efusión a su hermano y salió de la casa dispuesto a seguir sus consejos.
Lucas se sintió un padre orgulloso al ver a su hermano seguir sus recomendaciones, y satisfecho consigo mismo y aprovechando el día lindo salió al jardín para almorzar bajo los árboles.
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Bianca no paraba de dar vueltas en la puerta de entrada de la mansión Ferrario. Estuvo pensando muchísimo acerca de como hacerle frente a Lucas y recuperarlo. Ya había probado la vida que él podía darle y ahora se le esfumaba entre los dedos como agua, ella no iba a permitirlo.
Tomó una gran bocanada de aire y con coraje suficiente tocó el timbre siendo atendida por una de las mucamas.
La muchacha la guió hasta el jardín donde se encontraba Lucas.
- ¿Qué haces vos acá? - exclamó con molestia Lucas al ver a su ex allí.
- Para Lucas, tenemos que hablar. Escuchame por favor. - suplicó Bianca.
- No tenemos nada que hablar nosotros, esta todo claro. Andate ya de mi casa trepadora - gritó él sacado, no quería verla nunca más.
- Es importante, te juro que hay una razón para todo. Tenes que escucharme si o si - insistió la morocha.
- Te vas ya mismo. No me importa nada de vos nena. - mantuvo Lucas empujandola hacia fuera.
- Estoy esperando un hijo tuyo - dijo de una ella al ver que él no iba a detenerse a oírla.
Todo se torno en silencio, Lucas dejo de gritar y la soltó. Se alejó unos pasos y la miró anonadado.
Bianca sabía que tenía que aprovechar este momento de duda por parte de él para convencerlo con sus mentiras otra vez. Sabía que no iba a tener otra oportunidad como esta nunca más en su vida.
- Paio había ido a verme aquella noche, porque mi primo le comentó que andaba enferma, con vómitos y mareos. Me había hecho el test de embarazo unas horas antes y dio positivo. - Le explicaba ella a su ex novio. - Le conté que estábamos esperando un bebé.
Lucas se agarró la cabeza, de repente todo le empezó a doler. Estaba confundido e intentaba procesar lo que Bianca le estaba contando. Su cerebro dudaba si ese hijo era suyo o no. Su corazón aún latía por la morocha.
- Él quedó muy mal con la noticia, estuvimos muchos años juntos y enterarse que estoy embarazada de otro hombre fue el golpe que le hizo darse cuenta que definitivamente nunca más íbamos a volver, que lo nuestro termino. - Siguió inventando ella, se le daba tan natural decir mentiras que no daba margen a que Lucas creyera otra cosa que no sea lo que ella decía. - Me pidió un último beso de despedida y fui una idiota al concedérselo, solo fue un beso pero estuve mal en hacerte eso a vos, que sos el hombre al que amo. Perdóname. - y se puso a llorar.
Lucas no dudo más y la abrazó fuertemente. Bianca aprovechó su debilidad y lo besó.
Todo volvía a salirle bien. Ahora tenía que ver como seguía con la historia que se armó. Pero de una cosa estaba segura: no iba a volver a dejar escapar a Lucas.
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Dueña de mi silencio, esclava de mis palabras
Teen Fiction"Las palabras se pueden manipular, pueden perder su valor o tener demasiado. En cambio el silencio es más noble. El silencio es algo que se puede compartir. El silencio es estar en control. El silencio es poder. Dicen que somos esclavos de nuestras...