Capítulo 21: Confesiones insoportables
Finalmente, llegamos al departamento de Germán. Subí a la habitación para cambiarme: me puse una blusa color salmón bastante suelta, un short de jean y unas bonitas sandalias sin tacón blancas. Al bajar, Ger me llamó.
-¿Qué sucede?- le pregunté.
-Pregunta algo acerca de mí, te responderé.- me dijo. ¿Eso significaba que quería contarme todo?
-Con respecto a...
-Lo que quieras- me interrumpió.- Si quieres saber mi historia, así será más sencillo, además puedes sacarte todas las dudas que tengas.
-De acuerdo.- contesté. Tras unos segundos de silencio, en el que pensé qué preguntar, me decidí- ¿Qué hacías antes de dar clases?- algo común y normal para comenzar.
-No trabajaba. Terminé el secundario, que no lo hice cuando debí, y entré a la universidad.
-¿Por qué no terminaste el secundario antes?
Germán quedó en silencio por unos segundos, hasta que finalmente habló.- Problemas... familiares. Debía hacerme cargo de muchas cosas, y no tenía tiempo.
La forma en que lo miré quizás le dijo algo, porque en seguida contestó mi duda -Realmente, es complicado. ¿Tienes ganas de oírlo?- por supuesto, él estaba esperando que yo me negara, pero la duda me estaba matando, así que asentí con la cabeza.
-Muy bien...- continuó- Yo nací en una familia bastante bien económicamente hablando. Todo estaba genial, pero un día, cuando yo tenía aproximadamente quince años, mis padres me dijeron que se irían de viaje, y me dejaron a mí y a mi hermana solos, yo era el mayor, ya que Georgiana tenía apenas tres o cuatro años, por lo que tuve que hacerme cargo de ella. Nos las arreglábamos como podíamos, sinceramente, y llegamos a pasarla peor de lo que ya nos iba, como si eso fuera posible. Un día, un primo nuestro, llegó al país y no sé cómo nos encontró. Me ofreció un trabajo con... Bueno, con tu padre, Frederick.
Okey, eso sí que no me lo esperaba. Iba a seguir con su relato, pero lo interrumpí.
-Espera- le dije- ¿Quieres decir que tú conociste a mi padre? ¿Quieres decir que todo este tiempo sabías todo acerca de ellos, y no me dijiste nada?- estaba comenzando a molestarme, ¿cómo pudo esconderme algo así?- Germán, tú viste como estuve, como busqué algún dato sobre él. Algo que me dijera dónde estaba, o dónde fue la última vez que estuvo. Me dices que tú lo conociste, que trabajaste con él en vaya uno a saber qué cosas, y no me dijiste nada.
-Sarah yo...
-Tú nada. -lo corté mientras me levantaba para ir a la habitación.
Junté las cosas del colegio y luego bajé corriendo.
-¿Te vas?
-¿Cómo sé que no me escondes algo más? Quizás salí con un asesino y no lo sé. No quiero eso, así que adiós.- le escupí, entregándole el reloj que me regaló.
-No, es tuyo...
-Si rompo contigo me parece lo más correcto. Ten y adiós, Germán.
***
Entré a mi casa hecha una furia y, para colmo, en mi sofá estaban John y una chica muy concentrados en un beso que ya daba asco.
-¡PODRÍAN IRSE A UNA HABITACIÓN, NO!- Grité. Al hacerlo, se disculparon tartamudeando. Luego de eso, corrí a encerrarme en mi habitación. Ya allí, llamé a Daniel. Necesitaba hablar con alguien y, claramente, John no se desocuparía por largo rato.
Me atendió su madre, diciéndome que él no estaba en casa. Le agradecí y corté la comunicación. Genial.
Encendí mi celular y en seguida me entraron mensajes de Germán disculpándose, que no pienso leer. Lo ignoré y llamé a Daniel. Luego de hablar un rato, le pedí que venga, que quería decirle algo importante. No iba a decirle por teléfono lo que pasó con Germán, ya que me echaría en la cara que salir con él era mala idea, aunque no fue por eso que pasó lo que pasó. Él estaba con Matthew y un chico de su clase de Inglés en un parque, y me dijo que en cuanto pueda, vendría a verme.
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(GERMÁN)
Luego de que Sarah salió como loca de casa, dando un portazo, me recosté en el sofá. Realmente quería hacerme el protagonista de alguna absurda cursi película romántica y salir a seguirla, y decirle lo arrepentido que estaba; mas sería peor, ella era de esas chicas que necesitan un tiempo, porque si no las cosas empeoran mucho.
Decidí ir al minibar que tenía en la sala, y me serví un whisky, luego volví a mi posición anterior en el sofá. Tomé algunos vasos más, hasta que sonó el timbre. Era Víctor.
-Pase.- Grité al oír su nombre.
-Hola –Saludó enérgico, aunque a ver mi estado lamentable, cambió el tono por uno que no sabría decir exactamente qué expresaba -¿Qué demonios estás haciendo?
-Tomo whisky, que está tremendo, ¿Quieres?- contesté.
-Oh, no me digas.- me respondió sarcástico. -¿Por qué lo haces?
-No importa.
-Como quieras, oye, ¿Dónde está Sarah? Debo darle algo importante.
-Ella ya no está aquí, ni creo que vuelva a estarlo. Al menos por un tiempo.- dije mientras me llevaba nuevamente el vaso a la boca
-¿Rompiste con ella?- preguntó sin dar crédito a lo que escuchaba
-No yo. Ni que fuera a hacerlo.
-¿Pero qué le hiciste?
-Eso ahora no importa... –Al ver su cara de que no se iría tan fácilmente, decidí contarle lo sucedido. Lo que me había preguntado y la respuesta que le di. Para él no era nada malo, pero no sabía quién era Sarah exactamente, por eso, al decírselo, me insulto de veinte formas distintas.
-¿Cómo se te ocurrió no habérselo dicho antes?- me preguntó, mientras comenzaba a enfadarse.
-No lo sé, ¿de acuerdo? Quizás... Me dio miedo, no tengo ni puta idea
-¿Miedo? ¿Miedo de qué?
-De que piense que soy un puto mafioso, que se asuste, y se vaya.
-Pues el resultado no fue tan distinto ¿No?- me dijo sarcástico, ya bastante furioso conmigo.
-Por favor, vete. Necesito estar solo.
-Como quieras... –Bueno, al menos se calmó un poco. Parecía que le iba a dar algo. –Lo siento y, si necesitas algo, llámame. Con los chicos iremos a tomar algo, pero no creo que quieras venir...
-No, ya te dije, quiero quedarme aquí.
-De acuerdo, estaremos cerca, cualquier cosa llama. -dijo mientras salía. Cerré la puerta y volví a mi querido sofá. Pero antes guardé el whisky. No quería quedar ebrio.
Encendí el televisor, pero no había nada decente para pasar el rato. Miré la hora, seis de la tarde. Probablemente Sarah aún esté en casa. Casi tomo mi abrigo y corro hacia allí, pero creo que, si lo hago, no vuelvo vivo a mi departamento. Sólo decidí enviarle un mensaje. Esperé, y al no recibir noticias, volví a insistir. Mandé aproximadamente diez mensajes, y no contestó, por lo que comencé a llamarla. Aún no estaba muy seguro de qué decirle, pero sólo quería hablarle, y que me escuche. Cinco llamadas no contestadas después, me di por vencido, al menos por ahora.
Fui a mi escritorio, ya que no tenía otra forma de pasar el tiempo, decidí corregir algunos trabajos de mis alumnos. Mierda, tenía más de cien, ¿Por qué les di trabajos a los cuatro cursos? Debo recordar no hacerlo más. Sin embargo, pensaba bastante en cosas descabelladas, y no pude concentrarme.
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Confieso que siempre tuve una especie de amor-odio con esta escena. Dénme estrellitas y comentarios para pensar lo contrario =D
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Forbidden (2022 - SIN EDITAR)
Любовные романыEn la secundaria pasan muchas cosas. Eso se sabe, y nuestras familias se empecinan en metérnoslo en la cabeza por toda nuestra adolescencia, ¿Pero qué pasaría si una de todas esas cosas es algo tan problemático que pueden dejar a una adolescente exp...