La rubia que apareció de la nada

6.6K 270 8
                                    


Capítulo 13: La rubia que apareció de la nada


Luego de la charla con Nicole me di cuenta de que ella llegaba tarde a la clase de deportes, por lo que nos dimos prisa. Pero en el camino Germán me llamó la atención.

-Johnson, necesito hablar con usted acerca de una tarea que le pedí. –Dijo un poco alto, para que mi profesora lo escuche.

-Lo lamento profesor, tengo clases- contesté remarcando lo último.

-Oh, no será mucho tiempo, es sólo un minuto.

-Le repito, no puedo ahora –Cada vez quería remarcar más que estaba molesta por su desconsideración de ésta mañana. Y se lo hacía notar tratándolo como a cualquier otro maestro.

-Sarah, puedes ir, no hay problema. No te anotaste en deportes, ¿recuerdas?–Contestó mi profesora. Y ya no pude negarme más. Aunque quedaba algo por intentar. No haría nada, pero tal vez lo moleste, y a fin de cuentas es lo que quiero lograr.

-Profesor, ¿qué tiene para decirme? –Pregunté con burla.

-¿Me acompaña, Johnsonn?

-Es una tarea, no veo por qué no puede decírmelo en éste mismo lugar. –De todas formas los últimos compañeros ya se habían marchado, así que de una forma u otra estábamos solos.

-Sarah...-mencionó perdiendo la paciencia.

Sólo reí, y lo acompañé al salón vacío más cercano

Al parecer había pensado una disculpa extensa, pero a la mitad dejó de hablar, y me tomó desprevenida para besarme con fuerza. Yo no estaba realmente enojada con él, sólo un poco molesta. Pero hasta una de mis más grandes furias se desestabilizaría en un momento así.

-Idiota... –Lo interrumpí sonriendo.

Luego del colegio caminé hacia donde había estacionado el auto Germán, que ya me esperaba adentro, y me las arreglé para entrar lo más disimulada posible. No era tan necesario, porque no estábamos exactamente en la puerta del colegio, pero no está de más.

-No me gusta enojarme contigo. –Me dijo cerca de mi rostro.

-Y a mí me divierte molestarte, así que tendremos pelea para rato, acostúmbrate

-Va a ser complicado esto. –Dijo riendo, mientras miraba para arriba, como pidiendo paciencia.

Llegamos a mi casa y me bajé saludándolo con formalidad, después de todo no sabía si Adolfo, Clara, o alguna otra persona extraña andaba por allí zumbando.

Clara casi pone el grito en el cielo cuando le pedí permiso para la salida de los chicos, pero pude controlar la situación cuando le hablé de la fiesta de Nicole y las demás niñas. Me dijo que sólo podría salir ese sábado si John me acompañaba.

No era difícil. John me había dado una mano muchas veces anteriores, y jamás hubo problemas, así que no tuve que esforzarme para que acepte, aunque faltara bastante tiempo.

Ese mes pasó bastante rápido, y podía decirse que mi relación con Germán había tomado cierta forma. Al parecer confiaba mucho en mí, porque me había dado una copia de las llaves de su casa, por alguna emergencia, cosa que voy a usar hoy.

Como estaba teniendo una tarde extremadamente aburrida, y ese día él no trabajaba en el colegio, decidí darle una pequeña sorpresa.

Me fui a duchar y me puse unos Jeans, una camisa escocesa en tonos violáceos, y mis amadas Converse. Tomé lo que necesitaba y dije que iría a casa de Daniel, aunque claro que luego me desvié y me fui al apartamento de mi profesor.

Antes de entrar, me aseguré de que no había nadie, aunque cuando entré me sorprendió el terrible desorden.

Mi idea era hacer un pastel, aunque tuve que ir al baño a arreglarme el cabello, ya que me molestaba mucho. Estaba en eso cuando escucho la puerta abrirse, iba a salir, pero la imagen de una chica rubia y hermosa me detuvo. Lentamente arrimé la puerta lo más que pude, para que parezca cerrada, y apagué la luz, escuchando atentamente lo que decían.

Germán la abrazaba con mucho cariño, y en un momento le dijo que vaya a descansar a su cuarto, para que en la noche vayan a cenar juntos, y salir por ahí.

Germán tomó su teléfono e inmediatamente comenzó a sonar el mío. A la velocidad de la luz lo tomé y corté la llamada, luego lo apagué. Lamentablemente no fue tan rápido, porque mi profesor comenzó a acercarse al baño, y yo me paralicé.

*Piensa Sarah*. Me metí en la ducha, aunque resbalé, pero no podía pararme porque Germán ya estaba abriendo la puerta.

Sin embargo echó un vistazo rápido y luego salió de la casa junto con la mujer.

Creo que me torcí el pie, maldita vida.

Me di la vuelta para salir y mi reflejo en el espejo me detuvo. Nunca me consideré fea, y realmente amo como soy, pero la mujer ésta era mucho más alta que yo, vestía ropa ajustada y a la moda, parecía arreglarse mucho, y tenía una finura particular. Éramos incomparables. Sin saber muy bien qué hacer, salí del baño para irme de allí, pero justo cuando puse un pie en el living, la puerta se abrió, y apareció la rubia y mi profesor. Sarah, de nuevo estás muerta.

Germán corrió a abrazarme, y yo me quedé de piedra, esperando que la rubia me lanzara mil maldiciones. Por el contrario, mantuvo completamente la calma.

-¿Quién es ella? –Preguntamos al mismo tiempo, en cuanto Germán me soltó. Yo lo hice con furia, y ella con la misma calma que demostró desde que me vio.

-Sarah, ella es mi hermana Georgiana. Georgiana, ella es... la hija de un amigo. Él, él salió de viaje y bueno, me pidió que la cuidara. –Comenzó a tartamudear y trabarse, y yo no sabía si reír, correr, romper cosas, saltar o quedarme ahí como imbécil. Por supuesto que hice lo último.

-Claro, y yo soy Emma Watson. –Contestó Georgiana riendo suavemente, mientras se sentaba en el sofá.

Germán suspiró lentamente, y le explicó que era su novia, a lo que la mujer supo mezclar una sonrisa, con pánico y con confusión en un mismo rostro. Yo reí.

Mi profesor se dirigió a la cocina a preparar café, y yo me quedé conversando con su hermana. Era simpática y tenía muchas cosas en común con Germán, aunque físicamente eran casi lo opuesto. Ella también pintaba, muy bien según me dijo mi profesor después.

A la tarde tuve que irme, ya que Clara comenzaría a sospechar.

**************************************************************************************

Les dejo una foto de Georgiana, la maldita rubia que pasa a ser una chica amable después de que Germán le diga que era su hermana. Ésta niña...

Forbidden (2022 - SIN EDITAR) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora