Capítulo 4: Un momento incómodo
Cuando llegamos al colegio, cada uno se fue al salón que correspondía. Yo tenía Física y estaba algo retrasada. Espero que el maldito profesor Zack me deje entrar, ya que es la primer semana de clases del año y no quiero comenzar mal, aunque nos odiemos mutuamente. Y no es que diga que tiene algo contra mí porque me pone malas notas, como todos. Mis notas son excelentes, pero realmente me odia. En fin, afortunadamente me dejó pasar, aunque me miró con muy mala cara.
A la mitad de clase, un alumno de tercero entró para avisar que Raquel me llamaba. En un principio me asusté, principalmente porque oí mi nombre en un momento donde prácticamente estaba dormida, y luego porque oí el nombre de Raquel en la misma oración. Sin embargo luego anunció que era por mi castigo, y me tranquilicé. O se dio cuenta de que no fui yo, o al menos no me culparía de otra cosa.
-El lunes comenzarás con tu castigo. Después de tu horario de clases vas a quedarte en el colegio limpiando y pintando lo que haga falta.
-Ya le dije que no fui yo. No es justo. –Repetí. Aunque sabía que era completamente inútil.
En la siguiente clase ingresó Raquel en persona. Supuse que iba a culparme por otra cosa, pero en su lugar anunció una fiesta de bienvenida. Ese fue el detonante para que estallara una calurosa discusión entre Pamela, la chica insoportable del curso, y Anthea, una chica nueva que me caía realmente bien. Como suele quedarse rápido sin argumentos para defenderse, Pamela comenzó a insultar a la pobre Anthea, entonces intervine, ganándome un grito de mi profesor.
Al final del día, la tormenta no había cesado, aunque sí había refrescado mucho. El profesor Germán me avisó que lo espere en la puerta, donde había un techo. Cuando salió, corrimos a su auto.
-Me enteré de lo que sucedió contigo, Anthea y Pamela. Creo que puedes ser peor que ella. –Me dijo en un momento bromeando.
-Auch, acabas de insultarme –Respondí siguiendo el chiste.
-¿Te molestaría desviarnos por un minuto? Debo ir a casa de un amigo por un segundo –Preguntó luego de unos instantes.
-Por supuesto que no. –Contesté. Después de todo, él me llevaba, no era quién, ni tenía derecho a decirle qué hacer.
Después de unos minutos, Germán estacionó frente a una casa bastante lujosa. Se bajó y tocó timbre, luego saludó a un tipo alto y rubio, para ingresar. Sin embargo salió en seguida.
-Lo lamento, debo ir a casa un segundo, ¿Podrías aguantarlo? –Puso cara de hartazgo, que dirigió hacia el rubio alto, a lo cual me reí, asintiendo con la cabeza.
En uno diez minutos, llegamos a un edificio igual de elegante que la casa anterior, ya que era en la capital. Creo que en menos de una hora vi varias casas dignas de una revista de decoración. Claro que había visto el edificio varias veces, ya que era a una cuadra de mi casa, pero nunca lo hice en detalle.
-Baja –Me dijo. –No tardaré, pero creo que sería imprudente dejarte. –Asentí y bajé rápido, para refugiarme bajo el techo por la lluvia. Germán abrió la puerta y saludó al portero, que lo miró con un gesto extraño que decidí pasar por alto.
-Pasa –Me dijo cuando llegamos a su departamento. Ok, si el momento de la mañana en su auto fue incómodo, esto no tenía comparación con nada. Estaba en el departamento de mi profesor, y ahora él había ingresado por una puerta, por lo que me encontraba sola en la habitación. Aproveché para distraerme observando el lugar. No era muy amplio, pero supongo que para una pareja o una persona sola, estaría muy cómodo. Me encontraba parada como idiota en la puerta, y frente a mí había un precioso sofá blanco, una mesita de café y, en la pared, un televisor de plasma. A su lado, había un equipo de sonido, y en las paredes, al lado del televisor y frente a él, había varios cuadros muy bonitos, todos iluminados. Avancé un poco para seguir observando. A unos pocos metros del sofá había una mesa amplia, cerca un desayunador y, detrás de él, se ubicaba la cocina. Me sorprendió la cantidad de libreros que había en la casa. Todos los espacios que no tenían muebles o ventanas, tenían grandes libreros, cuadros, o bien estantes con discos de música. Finalmente Germán salió por una puerta, supongo que su habitación, y reparo en otra que había en una habitación contigua, deduciendo que sería el baño. Luego de unos segundos, Germán dijo que ya podíamos irnos, que tenía todo lo que buscaba.
Finalmente, me dejó en mi casa. Al entrar, me encontré con John mirando televisión, y recordé que había salido de casa y me había subido a un auto desconocido para mi familia sin dar explicaciones, y de seguro me harían un interrogatorio junto a mi madre.
Cuando se dio vuelta para saludar, noté una mirada de reproche.
-¿Con quién te fuiste, Sarah? Tu madre me dijo que el auto no lo conocía. –Lo sabía.
-Un conocido de último año. –Mentí. Creo que sería demasiado complicado decir la verdad.
-Ajam, porque es muy normal que te lleves bien con gente de otros cursos. –Maldito, sabía que odiaba relacionarme con gente que no sean mis amigos. -¿Por qué no me dices la verdad?
-Era mi profesor de Filosofía, ¿Feliz? –La expresión de su rostro fue de fotografía.
-¿Qué? ¿Por qué tu profesor viene a buscarte?
-Pues lo conozco porque es amigo del hermano de Matthew, un amigo mío, y vive a una cuadra de aquí, y me ofreció llevarme los días de lluvia. – Era la verdad a medias. Sí vive a una cuadra de aquí, y no se negó a llevarme, aunque claro, fue por una apuesta y no por propia voluntad, pero son detalles. No era muy amiga de mentir, y menos a John, pero realmente sería difícil decir la verdad y que me creyera. Era una situación muy extraña, a decir verdad. Lo era hasta para mí, y realmente esperaba no volver a repetir el ir a su casa. No es que haya odiado ir, es que es realmente incómodo.
John se quedó pensando en mi respuesta y yo aproveché para escabullirme a la cocina, tomar un vaso de agua, y correr hacia mi habitación a leer un poco.
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Foto de Nicole, otro personaje cambiado♥
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Forbidden (2022 - SIN EDITAR)
RomanceEn la secundaria pasan muchas cosas. Eso se sabe, y nuestras familias se empecinan en metérnoslo en la cabeza por toda nuestra adolescencia, ¿Pero qué pasaría si una de todas esas cosas es algo tan problemático que pueden dejar a una adolescente exp...