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Baile de Bienvenida

Capítulo 5: Baile de Bienvenida

"Crying", la canción de mi despertador, sonó a las 7 de la mañana ¡Era sábado, maldita sea! Jamás podré entender por qué demonios mi madre insiste en que me levante tan temprano los fines de semana, sin embargo sabía, por experiencia, que si no me levantaba yo, ella vendría por mí y sería peor. Resignada a lo triste de mi situación, me levanté y fui a ducharme. Al salir me puse una camiseta de los Beatles, unos jeans grises rotos y mis Converse.

Saludé a Clara, mi madre, y a John, para después sentarme en la mesa de la cocina.

-¿Papá?- pregunté cuando me di cuenta del detalle de que falta mi padre, y era improbable que esté durmiendo aún.

-Fue al trabajo. –Respondió mi tío.

-Pero papá no trabaja los sábados.

-Surgió un asunto importante, y le dijeron que tenía que ir en seguida. –Agregó mi madre.

Desayuné waffles con café y fui a ver televisión. A esta hora siempre pasan Dr. House y jamás me lo pierdo. Maté el tiempo con eso hasta que se hicieron cerca de las diez, entonces decidí llamar a Nicole e invitarla al Centro Comercial. Odiaba ir, pero realmente no tenía nada que hacer, además de que esta noche sería la Fiesta de Bienvenida y no tenía qué usar.

Cuando llegamos, Nicole entró al primer negocio que vimos, y comencé a pensar seriamente en que esto, después de todo, no era buena idea.

-Este te quedará súper genial –Me dijo bastante entusiasmada, enseñándome un vestido

-No lo sé... Es muy corto y... –Comencé a excusarme. Aunque quizá deba comprarlo y ya, para evitar la cantidad de veces que me hará probarme vestidos. Aunque de todas formas creo que lo hará.

-Pruébalo, estoy segura de que te quedará fantástico.

Finalmente, accedí a probarlo. Era bonito, ¿para qué mentir? Pero realmente era corto, y era demasiado liviano. En una noche como hoy, donde se acerca el otoño, de seguro habría viento, y sería algo incómodo. Salí del probador, y Nicole me regañó por habérmelo quitado sin siquiera mostrarle. Íbamos a irnos cuando mis ojos se posaron en un vestido que, a pesar de odiar ese tipo de ropa, me maravilló. Era color celeste, y, si bien era algo corto, tenía una especie de falda debajo que era más ajustada, y no permitía que se viese más de lo necesario, de todas formas, por detrás era mucho más largo, casi llegando a mis talones. Venía con un pequeño cinturón con un moño, y éste era color natural. Decidí probarlo. Me gustó mucho cómo me veía, para ser sinceros, y la cara de sorpresa de Nicole cuando me vio salir, me confirmó que, en efecto, no estaba mal. Era más caro que el vestido que mi amiga me había hecho probar, pero no temí por lo que me diría mi madre al saber el precio, ya que amaba que gaste montones de dinero en ropa.

Luego de pagar por el vestido, Nicole me llevó, casi de los pelos, a comprar zapatos y accesorios. Muy a mi pesar, acepté los tacones de aguja blancos que casi me obliga a llevar, y también compré algunas pulseras. Finalmente, el padre de mi amiga vino a recogernos, ya que habíamos acordado con antelación que iría a su casa para prepararnos, y de allí a la fiesta.

***

-Me siento incómoda...-Me quejé cuando me terminé de poner el vestido, mientras miraba con cara de terror a los zapatos.

-Sarah, vamos, no empieces. Termina de vestirte que debo maquillarte y peinarte, y Daniel vendrá a recogernos en una hora.

Siempre era igual, a mi amiga la ponía súper histérica todo lo que tenga que ver con fiestas y esas cosas. En eso somos muy diferentes.