El tipo que daba miedo

4K 175 8
                                    


Capítulo 26: El tipo que daba miedo


Realmente fue un día agotador. Al menos la clase de arte ya casi estaba terminando. No interpreten mal: amo el arte pero las clases que da este profesor son completamente inútiles.

Luego de la aburrida clase, al fin pude volver a mi casa. Como dije antes, mi tío estaba con Brianna lo cual me dejó mucho, realmente MUCHO más tranquila. Pasé por enfrente de él y me llamó la atención. Me dijo algunas cosas sobre por qué debía estar en casa, pero nada más porque, como dije antes, estaba Brianna y John. Luego de eso, fui a mi cuarto. Me quedaría allí hasta que sea la hora de ir a la esquina de casa a esperar a Germán. Finalmente, Daniel le contó a Nicole que los había descubierto. Ella no se lo tomó mal ya que pensaban en decírmelo de todas maneras. Por ese lado las cosas habían salido muy bien, y nuevamente volvimos a hacer las cosas que hacíamos antes. Con mi padre todo también salió bien, ya que no me hizo nada malo. Espero que con Germán tenga la misma suerte y arreglemos de una vez por todas las cosas. No sé si eso significa volver a estar con él, sólo quiero saber en qué demonios quedamos.

Tomé de mi biblioteca un libro de Holmes y me puse a leer algunos cuentos. Tenía ganas de hacerlo hasta que se hiciera la hora de ir a bañarme para ir con Germán. Acordamos que pasaría por mí a las 18.

Hice lo que me propuse, ya que recién solté el libro a las 17:30. Mierda, qué tarde se me había hecho. Dejé todo sobre la cama y me fui a dar una ducha. Al salir opté por usar un lindo vestido azul con dibujos negros, que realmente amaba. Usé unos tacones azules también, de plataforma. Luego de vestirme, opté por poner un poco de rímel, delineador y polvo en mi cara. A mi cabello lo dejé suelto en su mayor parte, ya que recogí un poco con una hebilla. Tomé un bolso negro para que combine con los dibujos del vestido y allí metí mi teléfono, billetera, y algunas cosas que no tienen importancia pero que siempre es bueno tener. Algo así como algún medicamento por si me agarraba un probable dolor de cabeza.

Luego de prepararme, me perfumé y salí de mi habitación. Papá estaba en la sala con un hombre. Demonios, ese tipo sí que daba miedo. Era altísimo, incluso más que Adolfo, tenía grandes músculos y algunas cicatrices en sus brazos. Estaba de espaldas a mí, por lo que no pude verlo completamente pero apostaría mi teléfono a que su cara es terrorífica. Por lo poco que lo vi, parecía un soldado o algo de eso.

-Papá, saldré con Daniel- mentí- Volveré para la cena.

-Espero que vuelvas, si no tomaré medidas. Por cierto, ¿No te crié diciéndote que es de mala educación no saludar a una visita?- dijo

-Lo siento.- respondí. –Soy Sarah, mucho gusto.- saludé al enorme hombre que estaba cerca mío.

-Hanz Friddman.- contestó con una gruesa voz, estrechando mi mano con fuerza. Como les dije, el tipo tenía una cara que daba miedo, además de que estaba acompañada de bastantes cicatrices.

-Él es uno de los mejores militares que tuvo éste país durante la Guerra Civil de hace 35 años.

-Así es. Pero no quiero aburrirla con mis historias. Vaya a donde tenga que ir.- me dijo el tipo amablemente. Okey, como sea, ya eran más de las 18 y Germán se molestaría conmigo.

En efecto, llegué al lugar acordado para que pase por mí, y estaba bastante molesto. Lo saludé educadamente y le conté la extraña visita.

-¿Hanz Friddman? ¿El militar?

-Sí, creo. ¿Lo conoces?

-Bueno, no yo. Pero mi padre era un gran admirador suyo. Él quería enviarme al colegio militar y que en algún momento sea como él. Escuché hablar acerca de ese tipo durante toda mi vida. Incluso lo vi en varias fotografías, pero en ese entonces yo era incluso más pequeño que tú, ahora ya no debe ser ese joven.

Forbidden (2022 - SIN EDITAR) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora