Confusiones continuas

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Capítulo 10: Confusiones continuas


Tal como lo quería, tuve tiempo. Intenté ignorar a Germán la mayor cantidad de días posibles, llegando a pasar de él por más de un mes. Continuamente me pedía por favor que lo escuchara, que sólo sería un momento, pero sinceramente no quiero hacerlo. Estuve pensándomelo mucho, y llegué a la conclusión que lo mejor será olvidarlo. No quiero que con una conversación se me ponga la cabeza patas para arriba de nuevo.

Sin embargo, después de la clase de química no pude seguir con mi hermosa idea, porque vino al salón de clases y me llamó, aunque también llamó a algunas personas más.

-Sarah, tu ven conmigo, al resto las llama Raquel. –Ah, o sea que no puedo escaparme.

Me condujo hacia un aula vacía y cerró la puerta.

-Germán, en serio, tengo que irme. –Le dije.

-No, por favor. Sólo un momento. No puedes escaparte eternamente, Sarah. En algún momento podrías actuar de forma más adulta, creo.

Me debatí por un momento entre tirarle el borrador o tranquilizarme. Me decidí con mucho esfuerzo por la segunda opción.

-Te doy cinco minutos, tengo cosas que hacer.

-Nunca fue mi intención molestarte, simplemente me dejé llevar, Sarah. Eres muy bonita y ni bien llegué me sentí atraído hacia ti. No lo frené en ese momento, y después no pude hacerlo. Perdóname.

-No tienes de qué disculparte. No fue tu culpa. –Respondí. La verdad es que no sabía qué decir.

-Sí, porque yo te besé. Solamente quería que hablemos de esto, porque prefiero que me digas todo lo que quieras de frente a que me ignores completamente, porque no sé qué pasa por tu cabeza.

-Bueno, sinceramente no sé qué pasa por mi cabeza –Reí nerviosa. –Pero en realidad también me pareces atractivo. Sólo tengo una pregunta que me da vueltas desde ese momento, ¿De verdad no querías hacerlo? –No era una pregunta sarcástica, sino una real. Él dijo que no había querido hacerlo, y luego de unos días me di cuenta de que eso era lo que más me molestaba. Si bien en el momento no supe cómo reaccionar ni lo que quería, luego me di cuenta de todo lo que pasó por mi mente: Me había gustado. Lo repetiría. No me arrepiento y sí quise que me besara.

No respondió a mi pregunta, pero vi un ligero rubor en sus mejillas. Me hubiera quedado a esperar una respuesta, pero al ver la hora supe que debía irme.

Germán me dio tiempo, y yo realmente se lo agradecí. Sin embargo, cuando parecía que estaba convenciéndome finalmente de dejarlo pasar, algo hizo que me replanteara todo.

A los dos meses de nuestra conversación, cuando yo ya tenía todo muy claro, mi profesor de Física tuvo que tomarse un mes de reposo por no sé qué cosa, y pusieron a una suplente, Maggie.

Un día estábamos en Filosofía y entró, porque al parecer se había confundido de salón, y desde ese momento cada vez que me cruzo a Germán está con esa chica. Me molesta demasiado, pero más me molesta que me moleste, porque supuestamente yo ya me había aclarado que iba a dejarlo pasar.

Maggie está en el colegio desde hace dos semanas, y creo que no voy a soportar tenerla cerca un día más. Sobre todo por su tono de voz, es tan chillón que aturde, además de que tiene una personalidad empalagosa. Todos parecen quererla, pero yo prefiero a Zack, y eso que el odio que nos tenemos es mutuo y cada vez más enorme, pero si tuviera que asesinar a uno, sería a ésta muchacha.

Forbidden (2022 - SIN EDITAR) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora