-Usaremos a ese chico para atraer a esos dos niños, dices que no ha habido rastro en dos días, investiga eso primero, ya es hora de deshacernos de esos dos estorbos- tomó entre su mano las fotografía de Nagisa y Juzou.
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Juzou y Nagisa tenían alrededor de 1 año cuando, al ser vendidos, fueron llevados a un laboratorio ilegal, en un lugar completamente oculto de la sociedad.
El lugar, dirigido por criminales, científicos, que después de atentar contra la moral y reglas, eran exiliados y obligados a buscar otra forma de cumplir con sus deseos y objetivos. Su objetivo, niños capaces de pelear por si solos contra un grupo grande de personas, inteligentes, que siguieran específicamente sus órdenes, querían usarlos como armas de guerra.
Mediante drogas, exposiciones al dolor, entrenamientos de combate y asesinato, todos inhumanos, los niños empezaban a obtener resultados positivos y negativos, muchos niños morían con el trato que les daban. Sus restos desaparecían.
-En ese lugar éramos en total 50 niños de 1 a 5 años, todos a excepción de nosotros, murieron- todos observaban a Nagisa relatar tan tranquila la historia- pasamos alrededor de 5 años ahí, viendo a nuestros compañeros morir uno detrás de otro hasta solamente quedar nosotros-.
Tenían alrededor de 6 años, cuando solo quedaban ellos dos con vida, sabían que serian los siguientes si no hacían algo. El plan comenzó a planearse.
-La droga que nos mantiene con vida, es increíblemente toxica para cualquier otro ser vivo, por eso cuando la siguiente ración tocara, seria el momento perfecto para llevar a cabo nuestra huida-.
Una semana después, cuando el día llegó, ambos estaban preparamos para atacar, debían lograrlo ese día, no habría una segunda oportunidad, morirían si fallaban.
Llegó el momento en el que ambos fueron llamados, los segundos parecían minutos, observaron las jeringas siendo llenadas y acercadas a ellos, ese era el momento.-Les arrebatamos las jeringas y - dudó en que tan explicita debía ser, al ver sus expresiones prefirió no decirlo, solo hizo una mímica para explicarlo- cuando ellos ya estaban retorciéndose por el dolor, agarramos unos bisturís en la sala, los pequeños frasquitos que vieron antes y salimos corriendo de ese lugar antes de que más personas vinieran por nosotros-
Las preparaciones ya echas, las llaves de gas estaban abiertas y listas, una pequeña flama haría que todo el lugar se incendiara. Ayudándose mutuamente, treparon unas cuantas paredes. Justo habían logrado traspasar la ultima reja, cuando el sonido de una explosión, seguida de otras dos, se hizo escuchar.
Tierra, escombros y demás materiales volaban por los aires. Difícilmente alguien debió sobrevivir a eso.
-No sabíamos dónde nos encontrábamos, nunca habíamos salido de ese lugar, tardamos días en encontrar un camino a la ciudad- todos parecían aliviados de que la historia por fin tomara un rumbo mejor- teníamos días sin comer y estoy segura de que el agua que bebimos no estaba limpia- sonrió- entonces un oficial nos encontró- volteo en dirección a Yukio- Yukio lo conoció cuando fuimos a esa misión, nos hizo varias preguntas y tras analizar nuestra situación, nos llevó a un hospital y después nos invitó a comer, la mejor comida que habíamos tenido en 6 años-.
En ese restaurante las preguntas continuaron, pero las respuestas no eran lo que esperaba escuchar, tras un largo debate mental en la cabeza del oficial, llevarlos a la estación de policía era lo mejor, ahí contactaría una casa hogar.
En ese lugar, Juzou estuvo durante un año y Nagisa durante catorce meses, hasta que fueron adoptados por primera vez, fueron puestos en adopción muchas veces y con cada adopción fallida, la distancia entre los dos se hacía más grande.
Estaban confundidos, la vida fuera de ese lugar era más problemática y complicada de lo que hubieran pensado. Al estar en ese lugar por toda su vida, ni su apariencia ni su mentalidad eran de niños de 6 años.
Los resultados que obtenían en la casa hogar obtuvieron la atención de un alto mando del gobierno, quien, moviendo hilos, investigándolos se decidió por llevarlos a sus oficinas y ponerlos a prueba.
Ambos tenían 7 años cuando fueron enviados por primera vez a una misión, misiones distintas con una complejidad similar. Durante poco menos de un año, fueron enviados a distintos lugares con el mismo fin de hacer el trabajo sucio.
Un año había pasado hasta que, Nagisa tuvo oportunidad de ser ubicada con una nueva familia, seria enviada ahí al terminar una de las misiones más largas que había tenido hasta el momento. Seis meses después tuvo finalmente llegó al lugar donde viviría.
Habían pasado más dos años desde la última vez que se habían encontrado, sin embargo, para Nagisa la situación no era una grata sorpresa, Juzou se encontraba en la entrada de su nuevo hogar, cubierto de sangre, sangre que claramente no era de él.
La escena era horrible, manchas rojizas por todo el lugar, Nagisa paseo por el lugar, tras ver que no quedaba ninguna señal de vida, se acerco a Juzou, "¿Por qué lo hiciste?", "Solo necesito una razón para dejarlo pasar", lo cuestiono sin obtener una respuesta y sin más Juzou le dio la espalda, huyendo del lugar.
-Desde entonces mi relación con Juzou empeoraba cada vez que nos encontrábamos- Juzou recibió varias miradas a lo que solo pudo encogerse de hombros- meses después regresé a esa casa, algo en mi quería revisar el lugar, no esperaba encontrar lo que encontré- suspiró - tuve que negociar durante un tiempo para que me dejaran vivir sola con el dinero que recibí por el tiempo trabajando-.
A partir de ese momento, Nagisa quiso intentar reiniciar su vida, un departamento le fue prestado y con ayuda de varios funcionarios del gobierno, se inscribió en la escuela, algo que entendió, a su edad era algo que debía hacer.
Ocultó el color de sus ojos con la ayuda de pupilentes.
y en la escuela asignada, conoció a Haru, la primera persona después de Juzou con la que pudo hablar tranquilamente y hacerse lo suficientemente cercana.
-Al principio intente actuar, algo alegre e infantil, intentando imitar a los otros niños, pero los moretones que aún no sanaban no ayudaban a la imagen que quería proyectar y rápidamente se desmorono- se encogió de hombros- probablemente porque eran niños mis compañeros no tuvieron problema con eso, me aceptaron así- para de hablar unos segundos- de ahí en adelante no tuve tanto problema, me mandaban a misiones ocasionales, a los 12, los padres de Haru me ayudaron a comprar la casa donde vivía, no esperaba tener que volverme a encontrar con él-señalo a Juzou- al menos no tan rápido-.
♥
Sufrí mucho editando este capitulo *cries* y probablemente tenga que volver a revisarlo
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Elegidos *Terminada*
Teen FictionUna historia sobre seis estudiantes que se ven obligados a dejar sus vidas normales al ser elegidos en un proyecto del gobierno en donde se someteran a un entrenamiento arduo y continuo con el proposito de conformar un grupo elite. Pero antes de lo...